Si solo pensar en ir al baño te entran sudores fríos o estar sentada resulta una tortura… necesitas nuestro plan de emergencia para curar las hemorroides rápidamente. En la galería ya has visto los mejores remedios para encontrar un alivio casi inmediato a tu problema. Pero, a veces, cuando el problema está más avanzado, además de un “arreglo temporal”, necesitas algo más. Por eso, te contamos todo sobre las hemorroides.
Qué son las hemorroides
Dicho rápido, son como las varices, pero que en lugar de estar en las piernas, están en la zona anal. Si miras el ano de frente y te imaginas que es un reloj, las hemorroides suelen aparecer sobre todo en las venas que se situarían en lo que sería las 3, las 7 y las 11 horas.
Tipos de hemorroides: internas, externas y trombosadas
Hay que distinguir estos diversos tipos de hemorroides:
- Hemorroides internas. Son las que se encuentran en el interior del recto. Normalmente, no suelen dar molestias, pero puntualmente puedes encontrar restos de sangre tras ir al baño. A veces, si se hace mucho esfuerzo al defecar, estas hemorroides pueden sobresalir del ano, produciendo dolor y escozor.
- Hemorroides externas. Estas hemorroides están en el exterior del ano, debajo de la piel que lo rodea. Estas resultan más molestas, sangran con más frecuencia y producen más picor y dolor.
- Hemorroides trombosadas. Se trata de una complicación de las hemorroides externas. En este caso, lo que notas es un bulto duro que provoca un dolor muy intenso y es que en la hemorroide que hay cerca del ano se ha acumulado sangre hasta formar un coágulo (trombo)
Causas de las hemorroides
La Dra. Sol Villar, del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas, apunta que las hemorroides no tienen una causa única y que cualquier elemento contrario a una vida saludable puede empeorarlas.
- Estreñimiento y sobreesfuerzo a la hora de defecar. Suele ser la causa principal de las hemorroides. Si tienes problemas de regularidad, te contamos cómo despedirte del estreñimiento en 5 días ¡y sin pastillas ni laxantes!
- Diarrea. Cuando se cronifica también puede dar origen a las hemorroides.
- Estar sentada demasiado tiempo en el baño. Si eres de las que se lleva un libro o el móvil al baño, procura no hacerlo. Si pasas mucho tiempo en el inodoro, las venas de la zona anal sufren una presión excesiva.
- Sobrepeso y obesidad. Los kilos de más hacen que haya más presión sobre la zona anal, sobre todo en personas con una vida sedentaria.
- Levantamiento de pesos. Si es de forma habitual, ya sea por deporte, trabajo, etc., al presión sobre el ano puede desembocar en hemorroides.
- Tos crónica. La tos también hace que haya más presión sobre la zona anal.
- Cirrosis del hígado. La cirrosis hepática puede causar encharcamiento de la sangre en los vasos sanguíneos alrededor del recto.
Un caso común: las hemorroides durante el embarazo
Se calcula que 4 de cada 10 mujeres sufren hemorroides durante la gestación. En este caso se da una suma de causas que provocan las hemorroides como son el aumento de peso sobre todo en las semanas finales, aumenta también la presión sobre las venas de la zona anal y también hay problemas de circulación. Además, puede haber problemas de estreñimiento, etc. El tratamiento suele ser el mismo que en otros casos, aunque la medicación, más que nunca, debe estar en manos del médico.
Síntomas de hemorroides
- Sangrado. Si al limpiarte tras defecar encuentras unas gotitas de sangre roja brillante (a veces son más que unas gotitas), aunque no te duela, sospecha que puedan ser hemorroides.
- Dolor. Puede ser más o menos agudo o más o menos constante
- Picor y escozor en la zona anal
- Inflamación de la zona anal
Cómo curar las hemorroides
En la galería te proponemos un plan de emergencia para que puedas tratarlas rápidamente. Normalmente, los cambios en la alimentación y el estilo de vida, suelen dar buen resultado. Pero para ello hay que ir al médico cuando aparecen los primeros síntomas, porque es más fácil tratarlas en su estado inicial.
- ¿Cuándo hay que recurrir a medicación? Solo cuando lo indique el médico. Ni siquiera las crema antihemorroidales se pueden utilizar indiscriminadamente. Al contener corticoides, si se supera el tiempo indicado para su uso, pueden provocar más sangrado. Tampoco hay que abusar de los analgésicos.
- ¿Cuándo hay que operar? Es algo que también debes valorar con tu médico. Si se llega a esta solución, lo habitual es que las hemorroides leves se eliminen con escleroterapia, fotocoagulación, con ligadura con banda elástica o con cirugía con sutura mecánica, que, a pesar de su nombre, es una técnica ambulatoria que no implica la extirpación de las hemorroides. En cambio, en caso de que las hemorroides estén más avanzadas, hay que extraerlas quirúrgicamente.
Cómo prevenir las hemorroides
- Alimentación rica en fibra. Evitar el estreñimiento es clave para evitar las hemorroides, por ello es importante tomar diariamente alimentos ricos en fibra como fruta, verdura, legumbres, cereales integrales y evitar aquellos que pueden estreñir, como el azúcar. Se calcula que hay que tomar unos 25 g de fibra al día en el caso de las mujeres, 38 g en el de los hombres. Cuando no es posible llegar a estas cifras, el médico puede recomendar tomar suplementos de fibra.
- Beber líquidos. Para ablandar las heces y hacer más fácil su evacuación es importante beber abundantes líquidos (de 6 a 8 vasos diarios de agua, infusiones, preferiblemente). Esto es especialmente importante si se toman suplementos de fibra.
- Llevar una vida activa. El sedentarismo favorece la aparición de hemorroides. Procura hacer ejercicio regularmente. Pero, no todo pasa por ir al gym o salir a correr, también es importante que intentes andar tanto como te sea posible, subas por las escaleras en lugar del ascensor, etc.
- Evitar el sobrepeso. Como hemos visto, los kilos de más son una de las causas de la aparición de las hemorroides.
- Facilitar la evacuación. Ve al baño en cuanto notes que tienes ganas. Procura sentarte con las piernas algo elevadas –rodillas por encima de las caderas– para relajar el intestino y hacer más fácil el proceso.
- No hacer fuerza para evacuar. Esto ejerce una presión contraproducente sobre la zona anal. Si te cuesta evacuar, refuerza las medidas que te hemos dado antes.
Ojo, las hemorroides pueden complicarse
- Trombosis hemorroidal. Cuando la sangre se acumula formando un trombo en una hemorroide externa resulta muy doloroso, aunque no es peligroso. Hay que ir al médico para que drene la sangre y alivie el dolor.
- Anemia. La pédida de sangre que puede causar las hemorroides podría dar lugar a una anemia ferropénica, aunque no suele ser lo habitual.
- Estrangulamiento hemorroidal. Cuando la sangre no llega a una hemorroide interna se produce un «estrangulamiento» y el dolor que provoca puede ser realmente incapacitante.
Y si el sangrado fuera por otra cosa…
A veces, atribuimos el sangrado a unas hemorroides, cuando puede ser debida a causas más graves, como un cáncer de colon. Si al sangrado se le unen los siguientes síntomas, sospecha:
- Cambio en el ritmo de las deposiciones. Al una época de estreñimiento le pueden seguir una de diarreas.
- Cambios en la forma de las heces. Sospecha si son más pequeñas y adelgazadas.
- Dolor abdominal. Si notas un dolor que va y viene bajo la última costilla. Puede desaparecer unos días, pero siempre reaparece.
- Pérdida de peso inexplicable. Si no has hecho cambios en tu dieta ni en tus entrenamientos y actividad física en general, también debes sospechar.
- Cansancio inexplicable. Si no puedes atribuirlo a ninguna actividad, es otro síntoma de alerta.
Si tienes algunos de estos síntomas, toma la iniciativa y consulta con tu médico, ya que dependiendo de donde vivas, puede que no formes parte del cribado preventivo para detectar este cáncer en sus fases iniciales.