Según una terapeuta

¿Arrastras una herida emocional? Identifica de qué tipo es y cómo sanarla para liberarte y ser feliz

La terapeuta y experta en desarrollo personal, Ángela Vazi, profundiza en cómo las heridas emocionales te limitan en tu vida y ofrece pasos muy sencillos para abordarlas.

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Begoña Bernáldez
Begoña Bernáldez

Periodista especialista en estilo de vida, actualidad y SEO

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¿Te suena el término "herida emocional"? Seguro que sí, ya que se se ha vuelto muy popular en los últimos años, y con razón. Un trauma del pasado, distorsiones de la realidad cuando eras niña... ¿te siguen afectando y doliendo? Y lo peor, ¿están limitándote en tu vida diaria o en tus relaciones personales?

Tranquila, todos hemos arrastrado alguna herida emocional que ha marcado nuestro presente y futuro, pero afortunadamente estas experiencias pasadas las puedes abordar para despedirte definitivamente de ellas y del dolor que te causan.

La terapeuta especialista en manifestación, desarrollo personal y habilidades psíquicas, Ángela Vazi, señala que las heridas emocionales son aquellas experiencias dolorosasque normalmente se originan en la infancia, que no se han resuelto y que continúan ejerciendo su influencia en tu vida. Si te sientes identificada y hay una herida, por pequeña que sea, que te impide avanzar, la experta te da las herramientas para poder sanarla y liberarte de sus cadenas, ¡para que vuelvas a ser feliz!

¿Arrastras una herida emocional?

Una herida emocional es más que una cicatriz invisible; es una huella de dolor que nos corroe por dentro y no ha sido procesada adecuadamente. Puede que cuando eras niñas, sufrieras alguna experiencia traumática como el abuso, el rechazo o la traición, lo que te ha marcado y limitado durante toda tu vida. 

Ya sea un rechazo doloroso, una sensación de abandono, una traición desgarradora, una humillación aplastante o un abuso devastador, estas experiencias puede que te hayan generado heridas emocionales que han moldeado tu percepción del mundo y de ti misma, impidiéndote sentirte del todo libre y en paz.

Pero, ¿qué se siente realmente cuando arrastras un trauma desde pequeña? Según Vazi, los signos de cualquiera de estas heridas pueden manifestarse de diversas maneras, desde una baja autoestimaestrés, ansiedad o inseguridad, hasta el fracaso en tus relaciones personales, pensamientos obsesivos, problemas de sueño, desarrollo de apego evitativo o reacciones emocionales desproporcionadas.

¿Es la tuya una de las heridas más comunes?

Sabes que arrastras una herida emocional, ¿pero de qué tipo? Identificarla es igual de importante que reconocerla. La terapeuta clasifica en 5 tipos las heridas emocionales que más afectan a las personas, y son aquellas relacionadas con el rechazo, el abandono, la traición, la humillación y el abuso.

  • ¿Ha sido por rechazo? Esta herida surge de la sensación de no haber sido amada o aceptada, lo que puede haber hecho que te autoaísles o tengas dificultades para confiar en los demás.
  • ¿Quizás por el abandono? Ya sea física o emocional, esta herida puede que te haya provocado un temor persistente a la soledad y no seas capaz de establecer relaciones saludables.
  • ¿Has sido traicionada? Especialmente si esta herida ha sido infligida por figuras de autoridad como tus padres durante la infancia, puede que hayas desarrollado patrones de control, perfeccionismo y tengas problemas para conectar contigo emocionalmente.
  • ¿Has sufrido algún tipo de humillación? Una crítica dolorosa, sobre todo si ha sido de tus padres, te ha dolido tanto que ha resultado en una baja autoestima y una sensación de no ser suficiente.
  • ¿O tal vez un abuso? Ya sea emocional o físico, esta herida puede haberte generado una variedad de comportamientos negativos que ni tú misma eres capaz de aceptar pero que son incontrolables, desde la necesidad inconsciente de sumisión o castigo hasta el abuso de los demás.
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¿Cómo te están limitando estas heridas?

Además de ese dolor en el pecho continuo, que no cesa, y que a veces seguro te impide respirar, las heridas emocionales pueden limitarte de muchas maneras en tu vida. "Cuantas más de ellas tengas y más profundas sean, más programado estará tu subconsciente para boicotearte y ser infeliz", advierte Vazi.

La falta de autoestima es una de las limitaciones más comunes. Te hace dudar de tu propia capacidad y valor, y tiendes a evitar situaciones porque piensas que no estás a la altura. ¿Te ocurre?

La desconfianza también es una limitación muy común, y puede que haya afectado o esté afectando profundamente a tus relaciones amorosas y sociales. No confías ni en tu pareja, ni en tus padres, ni en tus amigos. En resumen, en nadie. "Si siempre estás atenta a que otros no te traicionen, acabarás viendo o creyendo que ves la traición en cualquier parte", es lo que se conoce como hipervigilancia.

¿Reaccionas de manera desproporcionada a las situaciones cotidianas? Este tipo de respuestas también son una limitación común. Por ejemplo, puede que tengas reacciones exageradas ante hechos que son conflictivos para ti porque "han rascado en tu herida". La otra persona no entiende tu reacción, porque no eres capaz de expresar lo que sientes y está obstaculizando tu crecimiento personal y tus relaciones.

Así las puedes sanar para avanzar y ser feliz

Sanar tus heridas emocionales es un paso fundamental hacia tu felicidad y bienestar. Ángela Vazi ofrece 4 pasos prácticos para comenzar este proceso de sanación.

1. La figura observadora

Comienza por observar tus pensamientos y emociones, e identifica los patrones negativos y las creencias limitantes que están arraigadas en tu subconsciente. ¿Qué hay en ellos? ¿Cuáles son los más abundantes? ¿Son positivos o negativos? ¿Cómo está tu autoestima? ¿Cómo te hablas a ti misma?

Esto te ayudará a comprender mejor tu propia programación y realidad. Si en ti abunda un lenguaje interno negativo “No valgo”, “No soy capaz”, “No me quiere”, “No soy suficiente”, ya sabes que hay un problema de autoestima, merecimiento y amor propio que debes trabajar.

2. Reflexiona antes de reaccionar

Antes de reaccionar ante una situación desencadenante, tómate un momento para reflexionar sobre lo que realmente te está afectando. Por ejemplo, ibas a salir con una amiga pero te ha anulado el plan a última hora con una excusa que ni ella misma se cree. Te molestas, ya que tú nunca la dejas tirada, y empieza una retahíla interna que te lleva al enfado emocional.

Sin embargo, ¿es tan grave? ¿Qué es lo que te molesta? ¿Tal vez sentirte abandonada, o no ser suficiente para el tiempo de tu amiga? Las acciones de los demás tienen que ver con ellos y no contigo. Si te identificas con ellas, es porque tus heridas te controlan.

Identificar qué herida emocional está siendo tocada en este momento te ayudará a separar las acciones de los demás de tus propias experiencias pasadas y responder de manera más consciente.

3. Haz una lista

Una vez hayas aprendido a observarte, escucharte e incluso hayas sido capaz de aplicar la ley del Espejo, haz una lista de todas las heridas emocionales que identifiques en ti misma, así como de tus deseos y metas para el futuro, y de todo aquello que quieres sacar de tu vida, incluidas las personas.

4. Aprende a poner límites

Saber establecer límites saludables en tus relaciones es todo un desafío, ya sea como decir "no" de manera asertiva cuando sea necesario. Esto te ayudará a protegerte de aquellos que intentan aprovecharse de tus heridas emocionales y te permitirá rodearte de personas que te apoyen en tu proceso de sanación.

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Aunque pueden ser difíciles de superar, no son imposibles de sanar. Al seguir estos pasos y ser consciente de tus heridas, estarás en el camino correcto hacia una vida más plena y satisfactoria, liberada de las limitaciones impuestas por tus heridas emocionales.

Recuerda que el viaje hacia la sanación puede ser largo y difícil, pero vale la pena el esfuerzo. Con cada paso que des, te acercarás un poco más a la felicidad y la realización personal que tanto deseas y te mereces.