Para madrugar te será de gran ayuda comenzar a adoptar algunos rituales la noche anterior. Intenta hacer la última comida del día lo más pronto posible y comienza a desconectar del ruido apagando todos los dispositivos electrónicos, ¡sí, el móvil incluido! Recupera tu viejo despertador, te ayudará a desconectar de las redes sociales antes de dormir, lo agradecerás.
Antes de irte a la cama es el momento perfecto para desconectar de la tecnología y conectar con tus seres queridos. Aprovecha para conversar con ellos o si lo prefieres, o vives sola, dedica este tiempo a mediar, leer o relajarte con un baño de sales. Lo importante es comenzar a establecer un clima de calma, tranquilidad y sosiego.
¿Cómo llevarlo a la práctica? Para levantarte antes tienes que acostarte antes, al principio puede costarte pero con fuerza de voluntad y organización acabarás acostumbrándote.
Prepara un cuarto fresco, oscuro y sin tecnología para descansar mejor. Organiza todo lo que necesitas para el día siguiente: tu ropa de deporte, la ropa para ir a trabajar, el desayuno, el tupper… Así tendrás todo preparado, no te agobiarás y no perderás más tiempo a la mañana siguiente.
Ya en la cama, reflexiona sobre tu día, practica la gratitud y ¡hasta el día siguiente!
Foto de Vladislav Muslakov vía Unsplash