Algo muy extraño está sucediendo en el Reino Unido. En su Casa Real, para precisar. Si bien sí que se ha hecho público que en las últimas semanas el modo en el que la salud de algunos de sus miembros más destacados se ha resentido, lo cierto es que siguen habiendo demasiados cabos sueltos. No tanto en lo que respecta a Carlos III, que también. La cuestión es que la consideración con el Rey dista mucho de la que se ha tomado con la otra parte de la historia.

Todo el mundo es conocedor del cáncer que se le ha detectado al monarca y de que ha comenzado un tratamiento. Cáncer indeterminado, eso sí, pero al menos su dolencia está clara. La información suficiente desde la Corona para que se comprenda su ausencia en determinadas ocasiones, así como el hecho de que Camilla o el príncipe Guillermo tengan que asumir algunas de sus responsabilidades. Incluso se ha dejado ver en la calle.

Carlos III
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Sea como fuere, nada de lo previo aplica al caso de Kate Middleton. No existen fotografías de la duquesa de Cambridge desde el pasado 25 de diciembre. Ni una sola prueba gráfica de que la princesa se encuentra bien y tampoco un despliegue exhaustivo desde la institución para dejar claro qué ha sido de ella. Poco o nada más se ha sabido sobre su estado después de que el pasado 17 de enero se comunicase desde Kensington Palace que la esposa del heredero se había sometido a una cirugía abdominal planificada en The London Clinic que le supondría 15 días de ingreso hospitalario. Eso y que no se esperaba que pudiera retomar sus funciones públicas hasta después de la Semana Santa, pero sin especificar qué le ha sucedido para tener que pasar por quirófano más allá de que no se trata de un cáncer.

Una forma ciertamente antinatural de proceder que parte de la idea de preservar la privacidad de Kate, pero que ha desembocado en todo lo contrario. Y es que el hecho de que hayan pasado más de dos meses en los que no existe ni una sola imagen de ella, aunque sea ajena a los actos oficiales, ha generado un interés cada vez mayor dentro y fuera de tierras británicas.

El último movimiento de Guillermo que aumenta a preocupación por Kate Middleton

¿De qué sirve saber que "trabaja desde la cama" y "se recupera con total normalidad" si no hay prueba alguna de ello para los súbditos? Tal magnitud ha cobrado el asunto que se llegó a filtrar un comentario de Guillermo en la gala de recaudación de fondos para la Air Ambulance Charity, en el que aseguraba que "Catherine tenía dos enfermeras filipinas cuidándola que fueron increíbles y amables". Importancia desmesurada a la nacionalidad de las cuidadoras que no gustó y potenció, todavía más, el hermetismo 'royal'. En cualquier caso, el secretismo no es necesariamente la mejor opción.

Más cuando Kate Middleton sigue desaparecida y tampoco cesa el devenir de unos movimientos tan inusuales como inesperados. Sin ir más lejos, el príncipe también desapareció en combate cuando se le esperaba en la misa conmemorativa por el fallecimiento de Constantino de Grecia del pasado 27 de febrero. Un evento que se celebraba a escasos 20 minutos de su residencia, en Windsor. ¿El porqué? "Motivos personales". Más y más secretos que, si para algo sirven, es para alimentar las teorías más locas de los que procuran no perder detalle de lo que pasa en Buckingham.

Los británicos teorizan sobre qué es lo que le ha podido suceder a la princesa

Desde que la princesa estuvo en coma inducido, como afirmó Concha Calleja, hasta que se ha hecho un retoque estético o le han hecho un mal corte de pelo y prefiere no dejarse ver si no luce estupenda. Incluso que esta forma de esfumarse sería una simple muestra de desavenencias en su matrimonio con Guillermo. Los proclamados teóricos de la desaparición de la princesa de Gales no han dejado prácticamente ningún palo sin tocar. Usuarios de X, el antiguo Twitter, han llegado a buscar pruebas para opciones tan diversas que el motivo real de quedar apartada podría ser el tratamiento de un trastorno alimenticio. Otros apuntan que exigencias de palacio podrían haberla forzado a someterse a una histerectomía, coincidiendo con el término 'cirugía abdominal'. Algunos, más hilarantes, han bromeado sobre que en realidad se encuentra en la fallida exposición de Willy Wonka en Glasgow, que ha resultado ser una estafa.

Que Kate es Carmen Sandiego o que se esconde porque ella es el enigmático artista Banksy se suman a la ristra de bromas. El poder de hacer chistes para paliar la preocupación, mientras que el núcleo duro de los príncipes, incluidos sus hijos, sigue en la sombra. ¿Es esta la mejor estrategia para amansar al populacho? El listado de 'trending topics' indica lo contrario.