El momento 'tierra, trágame' de Ana Boyer ante los jueces de 'Bake Off' del que todos hablan

La cocina no es un quirófano, pero casi. Cuando se enfunda en el delantal y se pone manos a la obra, no son pocos los detalles a tener en cuenta. La precisión es imprescindible, sea cual sea la elaboración. En la repostería, que la cosa va más de ponerse manos a la obra, tampoco hay excepción alguna. Y no hace falta aventurarse a elaborar una 'mousse' o un 'cheesecake' en la cocina particular de cada uno para darse cuenta. Basta con sintonizar La 1 los lunes y disfrutar de una de las emisiones de 'Bake Off: Famosos al horno'.

La segunda temporada del concurso de famosos frente a los pasteles no está dejando a nadie indiferente, con mil y un momentos hilarantes —de la mano de un casting de VIPS envidiable, cabe decir— que ya quedan para la posteridad. No obstante, no todo son alegrías. Nunca debamos olvidar que la competición es real más allá del buen rollo. Es por eso que, más allá de las risas y los chascarrillos, la tensión se cierne sobre la carpa cuando Paco Roncero, Eva Arguiñano y Damián Betularvaloran las elaboraciones. Con más o menos virtud, con un sabor más o menos rico. En el caso de Ana Boyer, con una sorpresa bastante desagradable en el inicio de la quinta entrega. ¿Qué tenía su postre para dejar tan desencantado al jurado?

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Una hora y cuarenta. Ese era el tiempo total que los participantes del espacio presentado por Paula Vázquez tenían en la primera prueba técnica para preparar un set de pastas de té con una visita ideal para la ocasión. Helena Ezquerro y Almagro San Miguel, actores protagonistas de la ficción 'Salon de té La Moderna', pasearon por la carpa para ver cómo llevaban la tarea. Y es que no era poca cosa.

12 conchas, 12 palitos de chocolate, 10 rosetas de pistacho y 10 moscovitas debían presentarse ante el jurado una vez que el tiempo llegase a su fin. Un reto mayúsculo que no alteró la serenidad característica de la hija de Isabel Preysler. Tampoco su pulcritud, despertando la comidilla irónica de compañeras como Yolanda Ramos. "Ese delantal tan limpio, esas uñas tan impolutas y yo ¿por qué así? Pero, ¿dónde se limpiará ella?", se preguntaba la humorista. 

El desastre vendría después de que todo aparentase apuntar hacia el éxito de la 'celebrity'. Cuando los chefs comenzaban la cata a ciegas, se topaban con la bandeja de las pastas de Boyer envuelta con delicadeza. También con mucho —quizás demasiado— material, por apuntar algún desperfecto. "Pero cuánto papel, ¿qué es todo esto?", se preguntaban, a lo que ella respondía en bajito que solo se había limitado a usar "todo lo que me han dado". Por desgracia, no sería ese el mayor de sus problemas. Damián Betular, encargado de catar una de las moscovitas, se quedaba observando una de las pastas para después desvelar, con contundencia, la 'sorpresa' en cuestión: "Tiene un pelo".

Una frase que dejaba a la siempre impoluta Ana perpleja ante el asombro de sus compañeros. "¿Es largo o corto?", preguntaba Paco Roncero, a lo que Betular respondía, tajante, que era "rubio". "Tendré muchas cosas, pero pelos rubios como ese, todavía, no tengo ninguno", respondía ella tajante y bromeando sobre la imposibilidad de que el cabello fuese suyo. Todo mientras el culpable de tan incómodo momento, del pelo posado en la moscovita de la discordia, permanece en la sombra. Un misterio absoluto.

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Dejando de lado los conflictos capilares, y a pesar de que esta está siendo su primera incursión en la televisión lineal, el paso de la jurista por el concurso está siendo verdaderamente remarcable. No solo fue favorita de los jueces en el estreno por su desempeño en la prueba oficial, sino que ha estado entre los mejores en dos ocasiones más. Una prueba más de que ella y Tamara Falcó se parecen mucho, pues la segunda se coronó ganadora de la cuarta edición de 'MasterChef Celebrity'. ¿Correrá ella la misma suerte? Por el momento, no le faltarían ingredientes para cambiarse el nombre por Ana 'Boyante'. Su dicha en materia de pastelería lo sustenta.