El mes de mayo es toda una sucesión de efemérides reales. Basta con revisar los aniversarios nupciales, con dos de los más importantes dentro de la dinastía borbónica. El pasado 14 de mayo era el día en el que el recién coronado Federico de Dinamarca y Mary Donaldson celebraban 20 años desde que pasaron por el altar. Una fecha señalada para la Casa Real española, puesto que fue la primera vez que doña Letizia asistía a un cónclave 'royal' en calidad de prometida de Felipe.

La cuestión es que ese mismo día se cumplían también 62 años de la histórica boda de Juan Carlos I con doña Sofía en Atenas. Tres casamientos para el recuerdo, aunque no su relación no fuese a buen puerto. Una dinámica antagónica a la de los ahora Reyes, que celebraron también dos décadas como marido y mujer el pasado 22 de mayo. Fue esa la primera 'boda de Estado' desde hacía 50 años, en el madrileño palacio de la Almudena, y rodeados de los miembros más destacados del clan. No falló a la cita la infanta Elena, que este 27 de mayo recuerda otro día muy especial.

La 'gema de la suerte' de la infanta Elena en un día especial

Difícilmente olvidarán los más observadores de la Corona la capa rosa que la primogénita de don Juan Carlos lució en la boda de los Reyes de Dinamarca. Elena de Borbón no acostumbra a pasar inadvertida. Quizás es por eso que es una de las únicas figuras de la estirpe que consigue tener un trato decente con el resto de miembros. A pesar de las rencillas entre su entorno y su divorcio de Jaime de Marichalar, ella mantiene la cercanía. Con sus hijos en el primer escalafón de importancia, claro está. Los adora, y aunque el tiempo la vaya distanciando de Froilán, su hija Victoria Federica sigue siendo su incondicional.

La pequeña de la casa y 'royal influencer' por excelencia es su ojito derecho. Y esto no viene de ahora. Es por eso que no es de extrañar que este día 27 sea un día muy importante para ambas, ya que hace 15 años que recibió la Primera Comunión. Dos años después de que su hermano hiciera lo propio, por entonces era 2009 y la hermana del Rey tenía 45 años. Eso y una situación personal bien distinta a la actual, y es que todavía estaba casada con Marichalar. No obstante, desde el 13 de noviembre de 2007 ya se había hecho público el "cese temporal de su convivencia matrimonial".

Infanta Elena y Marichalar
GTRES

Ignorando los problemas maritales, como dos padres orgullosos asistieron a la iglesia de San Pedro Mártir de los Padres Dominicos de Alcobendas. Ella de blanco, con un traje de chaqueta. Fórmula imbatible que parece ser un 'must' en la familia en días señalados. Para Letizia en el anuncio de su compromiso, para Leonor en la jura de la Constitución del pasado octubre, y para ella la administración del Sacramento de su segunda hija. El caso es que jugárselo todo a una carta tan simple —a la vez que efectiva— permite dar rienda suelta a la imaginación. La infanta lo sabe y no dudó en sacar las mejores armas de su joyero. El collar, los zarcillos de perlas y un broche en forma de estrella para decorar la solapa de su chaqueta. Lo que no todos saben es que esa pieza en particular es, además de muy exclusiva, es un amuleto de la suerte. 

El broche de la hermana del Rey conecta con una mujer del poder

Se trata de un diseño de la firma estadounidense Kenneth Jay Lane y es el sitio web de la marca el que define la joya como un talismán de la buena ventura. Una pieza de altísimo valor, en un dorado satinado que combina cristales de diferentes colores en tonos pastel. De acuerdo con la información disponible, su precio es de 155 dólares, poco más de unos 140 euros. Más allá del coste, lo cierto es que esta no es una alhaja cualquiera y tiene historia incluso fuera de la monarquía. Tan sencillo como que otra mujer, muy poderosa además, ya lo había lucido en el pasado. Nada más y nada menos que Jackie Kennedy Onassis.

Infanta Elena

Artículo relacionado

Un nuevo varapalo

La mala racha en la salud de la infanta Elena: caídas del caballo y operaciones

Iván Gómez

Infanta Elena con broche de estrella
GTRES

Tal y como se lee, parece que la infanta Elena y la que fuese primera dama de los Estados Unidos tenían unos gustos similares. El imponente cofre de la viuda de John F. Kennedy albergaba un imperdible exactamente igual, aunque con el matiz de que el esmaltado era blanco y los cristales para ornamentar el broche eran transparentes. Era esta una de las tantísimas reliquias que Jackie guardó hasta el final de sus días, y que tras fallecer se puso a subasta con el resto de objetos personales. Por esta joya en concreto, los hijos de la pareja presidencial se embolsaron más de 19.000 dólares. El precio original elevado a una altísima potencia por quien había sido su propietaria. La suerte, reconvertida en herencia.