Cómo vestir bien cuando hace frío (y no ganar una talla)

Tiene su misterio pero tampoco demasiado. Vestir bien e ir calentita no es tan complicado si se tienen las herramientas adecuadas, o sea, prendas cálidas y favorecedoras que nos protejan de las bajas temperaturas. Solo hace falta combinarlas de forma correcta y con estos consejos lo conseguirás muy fácilmente.

¿Se puede llevar algo tan finito como un traje pijama? Pues sí siempre y cuando recurras al truco de vestir por capas. Camisetas y mallas térmicas serán tus mejores aliados. Van muy ceñidos al cuerpo y como de materiales técnicos no dejan escapar el propio calor con la ventaja de que no se nota que los llevas puestos. ¿Aún no sabes qué es el layering? ¡Te lo contamos!

Los materiales más modernos y sofisticados son una estupenda opción para combatir las bajas temperaturas pero no hay nada como la lana. Es aislante y mantiene el calor por dentro al mismo tiempo que deja que la piel transpire. Llévala en forma de jerséis amplios, abrigos, faldas o vestidos. Todo vale.

Un truco de estilismo que nunca falla a la hora de abrigarse bien sin aumentar una talla es el de crear volúmenes equilibrados. Aquí por ejemplo, se lleva una silueta muy amplia en la parte superior y para compensar el volumen se han elegido unos pantalones ajustados que delatan la verdadera forma del cuerpo.

¿No puedes dejar de mirar los leggins fuseau de la izquierda? Hemos encontrado unos muy parecidos, y a muy buen precio en Zara.

¿Eres una apasionada de las cazadoras de cuero? Por aquí también nos encantan pero abrigar lo que se dice abrigar, no abrigan mucho. No obstante, no hay que renunciar a ellas cuando llega el crudo invierno. Basta con elegir un modelo con forro de borreguito. Se llevan mucho y tienen la enorme ventaja de que dan mucho calor sin que aumente visualmente el volumen corporal.

Echa un vistazo a estas cazadoras de invierno ideales para las que no quieren llevar un plumas.

Los abrigos de paño son los más bonitos, vale, pero como no vayan forrados pueden no ser lo más cálido del mundo. Si vives en un lugar en el que haga frío de verdad, lo mejor es recurrir a un chaleco o un plumas fino y ligero y llevarlo por debajo. De esta forma no tendrás que renunciar al estilazo que tiene un abrigo de paño pero irás calentita.

Se llevan los pantalones cropped, vale, quedan de maravilla y alargan la silueta gracias a que muestran un poco de tobillo pero cuando estamos a menos de 5 grados como que no apetece mucho enseñar pierna por mono que quede... ¿Qué hacemos entonces? Para no perder el efecto, podemos llevar nuestros pantalones de bajo corto con un botín tipo calcetín. Al ir más pegados a la pierna hacen el mismo efecto que todavía se potencia más cuando son de tono camel como estos.

¿Qué pasa si tenemos una boda en pleno invierno o queremos llevar vestido en Nochevieja? Igual toca sacrificar las piernas aunque las sandalias no son necesarias, está claro, pero un abrigo de pelo sintético de un tono potente, además de darle un toque de glamour al look, nos mantendrá bastante más calentitas que cualquier otra prenda.

Llevar un vestido en invierno puede ser una de las mejores formas de abrigarse lejos de lo que pueda parecer en principio. ¿Por qué? Pues porque debajo puedes ponerte unas cuantas capas, por ejemplo, llevar una camiseta de punto y unos leotardos o leggings térmicos y rematar con unas botas altas.

Si tienes la suerte de que esta prenda no te agobie (no todo el mundo soporta el roce del cuello) puedes incorporarlo a un montón de looks para ir más abrigada. Siempre existe la opción de llevarlo como prenda principal, como aquí, pero también puedes ponértelo debajo de pichis, americanas o vestidos escotados.

Hay quien renuncia a los jeans en invierno porque le parecen demasiado fríos pero con unas mallas o unas medias térmicas debajo eso está solucionado. Además, como esta temporada se llevan los vaqueros anchos no hay problemas de incomodidad. No obstante, las medias siempre son una buena opción para lucir faldas y vestidos cortos. Llévalas siempre de materiales que conserven el calor y con un calzado que proteja tus pies del frío.

Parece obvio pero son imprescindibles para mantener dos partes tan sensibles al frío con buena temperatura: el cuello y la cabeza. La bufanda, cuanto más grande mejor porque al llegar a un sitio cerrado y quitarte el abrigo siempre puedes usarla de chal. Y una regla que puedes (y debes) saltarte es la de llevarlos conjuntados, queda más cool si son de colores y texturas diferentes.

Claro que en esto de las bufandas grandes los ponchos son los que se llevan el premio a la opción más cálida. Y es que se pueden llevar encima de un abrigo de forma que podemos duplicar el nivel de calorcito.

Ojo a este accesorio porque tiene pinta de que va a ser una de las prendas de abrigo estrella de la temporada. Si has visto Emily in Paris, ¡seguro que ya tienes una! Llévala ladeada y saca unos mechones del flequillo para darle un toque más chic. 

Los pies son una de las zonas más sensibles al frío pero para eso se han inventado este tipo de botas. Están inspiradas en las botas de los montañeros de hace unas cuantas décadas, las de ahora se han sofisticado bastante en cuanto a los materiales, pero estas siguen teniendo un encanto especial que las ha convertido en calzado de culto en las últimas temporadas. Además, suelen estar forradas de borreguito así que abrigan un montón y quedan súper bien.

También puedes optar por unas botas militares con un calcetín gordito o unas de suela track.

Los hay que son desmontables pero si no das con ninguno que te guste, siempre puedes ponerte dos abrigos. ¿Cómo? Pues escoge uno corto de tu talla habitual y uno largo de una talla superior para que te quede oversize y llévalos juntos. Si sacas los cuellos del primero por fuera te dará un aire muy sofisticado.

Llevar un abrigo que te envuelva como una manta es fundamental y para eso, mejor si llevan cinturón tipo batín. De esta forma se ciñen a la cintura y por ahí no entra ni gota de frío.

Pues entonces tienes que ver sí o sí nuestra selección de chaquetas y abrigos.