Bodas

Marta, la novia bohemia del pañuelo pirata y el 'slip dress' que se casó en Zahara

Esta novia catalana se casó con Luis en el sur, llevando un diseño fluido, etéreo y artesanal de la diseñadora Marta Martí, que completó con un original casquete

La boda de Marta y Luis

La boda de Marta y Luis.

Lázaro Aznar
thumbnail María Calvo
María Calvo

Periodista especializada en bodas

Actualizado a

Marta es periodista, Luis es arquitecto. Son dos catalanes con pasión por el sur que se conocieron en una exposición a través de amigos en común. Como en las mejores historias, su flechazo acabó en boda en un pueblecito de casitas blancas de la costa gaditana. Zahara de los Atunes es su lugar, el rincón de paz alejado de la efervescente Barcelona donde Luis ha veraneado toda la vida y Marta ha adoptado como suyo. “Desde que empezamos a salir, pasamos allí los mejores días de verano. Es nuestro lugar mágico, tiene algo muy especial. Siempre decíamos que, si nos casábamos algún día, sería en Zahara”, nos cuenta la novia. Y allí lo hicieron, cómo no, previa pedida de mano en Jerez de la Frontera. “Me pidió matrimonio justo antes de Navidad, estando en un cortijo con su familia a las afueras de Jerez. Fue en un pequeño toril que había en la finca con unas vistas preciosas”, recuerda.

La boda de Marta y Luis
Lázaro Aznar

La boda de Marta y Luis.

Eligieron un 16 de septiembre de 2023, donde el verano suave del sur aún se resiste al aroma del otoño. La ceremonia se ofició en la parroquia del Carmen, una pequeña capilla abovedada que desveló entre sus arquerías el secreto mejor guardado de la novia: su vestido soñado firmado por Marta Martí. “Me gusta la sencillez y la elegancia con un punto romántico y bohemio. Me gusta la moda relajada, el verano y todos sus accesorios y complementos”. Con estas directrices, podemos empezar a imaginar su look nupcial.

La boda de Marta y Luis
Lázaro Aznar

La boda de Marta y Luis.

Un vestido bohemio para una boda cerca del mar
 

Detrás de cada vestido de novia hay una historia que contar y esta habla de una joven que recopilaba fotos de moda en su tablón de Pinterest con ideas de formas, cortes, espaldas, caídas… sin más pretensión que la de servirle de inspiración. Lo que no se imaginaba por aquel entonces, es que un diseño que aparecía en una de esas imágenes fortuitas que guardó hace tantos años, acabaría convirtiéndose en el vestido de novia con el que un día caminaría hacia el altar. “Resultó ser uno de los primeros diseños que hizo Marta Martí”, nos desvela esta barcelonesa.

.La boda de Marta y Luis
Lázaro Aznar

La boda de Marta y Luis.

Hablamos del vestido Skye, una silueta tipo slip dress siempre etérea, femenina y delicada, muy afín al imaginario estético y a la filosofía de esta diseñadora catalana, que ha perdurado a lo largo de todas sus colecciones. “En cuanto me lo probé, me decidí por él. Hicimos algunas modificaciones para que fuera todo lo que yo me había imaginado. Marta y su equipo me dieron buenísimas ideas”, comenta. Algunas amigas de la novia habían llevado diseños suyos, así que Marta jugaba sobre seguro.  “Conecté mucho con todo el equipo de MM. El proceso fue fácil y cercano. Supieron entender muy bien lo que buscaba y adaptaron este modelo a lo que yo tenía en la cabeza. El resultado fue aún mejor de lo esperado”.

La boda de Marta y Luis
Lázaro Aznar

La boda de Marta y Luis.

Tuvieron en cuenta que Marta y Luis se casaban en el sur, cerca del mar, en una época donde aún perdura el buen tiempo y en un lugar teñido de los tonos teja de la tierra, el verde del campo y el azul de cielo que se funde con el mar. “Estábamos rodeados de naturaleza, así que me apetecía sentirme muy cómoda, con una tela muy fluida y una caída muy ligera”, apunta. Hablamos de un diseño relajado, de estilo lencero, una tendencia eterna afianzada desde hace décadas en el sector nupcial.

La boda de Marta y Luis
Lázaro Aznar

La boda de Marta y Luis.

Echando la vista atrás, Carolyn Bessette sentó las bases, allá por 1996, de lo que dos décadas más tarde sería uno de los looks nupciales más buscados por novias e invitadas. La modelo se casó con John John Kennedy enfundada en un inolvidable slip-dress de seda blanca firmado por Narciso Rodríguez para Cerruti. Todo lo demás ya es historia. Kate Moss, Arizona Muse, Bar Refaeli, Cindy Crawford o el segundo vestido de novia de Alessandra de Osma, entre otras tantas, tomaron su relevo.

La boda de Marta y Luis
Lázaro Aznar

La boda de Marta y Luis.

El vestido de la protagonista de esta historia tiene una impecable labor artesanal, y es que la diseñadora Marta Martí tiene devoción por los tejidos naturales, los bordados artesanales y ese “crear a la manera de antes” para seguir apostando por la excelencia de la Alta Costura de ahora. Teniendo en cuenta estas premisas, la delicadeza del look de Marta no es de extrañar. Hablamos de un diseño fluido, de escote en ‘v’ y espalda al descubierto rematado por una escueta cola. El exquisito trabajo de valenciennes es algo a remarcar, tanto en la parte delantera como en los tirantes de la espalda. Es, en definitiva, la sutileza y el encanto de una labor hecha a mano.

Un casquete muy especial

El vestido comparte protagonismo con un accesorio que pone el toque final al look. Y es que los velos nupciales han vivido su propia revolución, hasta el punto de reinventarse de mil maneras diferentes para adaptarse a la personalidad de cada mujer o ser sustituidos por otro tipo de accesorios como diademas, tocados, pañuelos o sombreros como el que llevó Lara en el día de su boda. Marta reinventó este tradicional accesorio nupcial como un casquete anudado en la parte posterior de la cabeza, dando el punto bohemio definitivo a su estilismo. Las piezas situadas en la parte frontal del vestido se replicaron después en el casquete, lo cual dio toque aún más especial, coherente y significativo al conjunto, que completó con un elegante y sencillísimo ramo de calas anudadas con una pieza de tela.

La boda de Marta y Luis
Lázaro Aznar

La boda de Marta y Luis.

Sin embargo, sí que fue una de esas novias clásicas a la hora de seguir con la tradición de llevar algo nuevo, algo prestado y algo azul. “Llevé una pulsera de mi abuela, de su primera comunión. Los pendientes me los regaló mi abuela de segunda mano y, el vestido, llevaba bordado mis iniciales con hilo azul”, explica.

La boda de Marta y Luis
Lázaro Aznar

La boda de Marta y Luis.

Otra pincelada de color con la que rompió con la neutralidad del blanco nupcial fueron las sandalias de Flor de Asoka: un diseño de terciopelo de seda en tonos teja que se mimetizaban con los colores del Club de Polo Trafalgar, donde hicieron la celebración y vivieron “la mejor fiesta de sus vidas”, orquestada por Marta Cañete, “su salvadora” y la wedding planner de Lovely Sense Events. “Al final, tener a todos aquellos que quieres y te quieren cerca, lo es todo”.