Lara, una elegante novia con pamela y vestido ‘midi’ (con una sorpresa final)

Lara y Alberto eran tan solo dos niños cuando se conocieron. Crecieron en Logroño con vidas paralelas, unidos por la amistad que mantenían sus madres. Pero afloró la adolescencia y comenzaron a trazar su camino en común, tras tímidos saludos y primeras salidas que acabaron en un amor que ya dura 15 años. Juntos han descubierto la vida y han capeado temporales, como los de una pandemia que truncó sus planes de boda. Tras una pedida de mano con su perrita como cómplice de excepción, nada hacía presagiar que el destino elegiría un momento aún mejor para ellos.

“Somos de aquellas parejas que se iban a casar en el 2021, pero la crisis del Covid-19 lo paralizó todo. Como bien pensamos ahora cuando echamos la vista atrás, no hay mal que por bien no venga”, nos cuenta Lara. Porque en ese lapso de incertidumbre mundial, ellos dieron la bienvenida al mejor regalo de su vida: su hijo Daniel. “Ahora ya tiene dos añitos y, al aplazar nuestra boda para 2023, pudimos disfrutar de este día con él”, apunta.

Se casaron el 23 de julio del año pasado en la iglesia de Santiago de Logroño, y lo celebraron en el restaurante Villa Cañas de la misma localidad, teniendo a los mandos a Beatriz G. Morón, la wedding planner de Sweet Emotion, para que todo saliera perfecto. Y fue en ese momento de caminar hacia el altar cuando se descubrió el secreto mejor guardado de toda novia: un impecable vestido de Alicia Rueda con factor sorpresa en los complementos. “Todo el mundo que me conoce esperaba algo súper original y extravagante, por eso quise sorprender con un look más elegante y sencillo”.

Un vestido 'midi' elegante y atemporal

Si algo caracteriza a las novias de Alicia Rueda es la personalidad. En el camaleónico imaginario de la diseñadora vizcaína tienen cabida todo tipo de estilos, desde el más clásico al más rompedor. Por eso, las mujeres que acuden a su atelier, situado en uno de esos edificios señoriales que custodian el centro de Bilbao, van con la tranquilidad de jugar sobre seguro. “Tenía claro que no quería ser una novia convencional y, desde el primer momento, sin mirar ni probarme en otros sitios, fui directa a Alicia Rueda Atelier. La seguía desde hace años y todo lo que hacía me parecía especial”. Así es que la de Markina hizo su magia y se ciñó a las premisas de la novia: un vestido midi a prueba de imprevistos.

Dicen que un diseño es bueno cuando es capaz de envejecer bien, independientemente del tiempo que pase o las tendencias que dicten el paso del momento. “Comenzamos a idear mi vestido de novia en 2021. Hacerlo a medida me permitió, aún pausándolo durante dos años, conseguir el vestido de mis sueños y plasmar en él mi ADN. Para ello Alicia Rueda es la mejor con diferencia. Ha sabido esperar, respetar los tiempos y conseguir un look que perdurase. Me reafirmo que fue la mejor elección”.

Hablamos de un diseño midi, con escote cuadrado, manga tres cuartos y hombreras pronunciadas, uno de los sellos personales con los que suele jugar Alicia. De ellos nace una gran capa como alternativa a la clásica cola del vestido de novia y, como es desmontable, se adapta a los distintos momentos de la celebración. Además, tiene un pequeño escote en la espalda, que se cierra con botones dorados vintage.

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una pamela con toque nupcial

Para un vestido de líneas sencillas como este, se necesitan complementos que refuercen su carácter y personalidad. “En mi día a día llevo gafas y fue un dilema el decidir si ponérmelas o no. Al final decidimos que no y, muy bien aconsejada por Alicia, recurrimos a un complemento en el pelo para no verme tan rara sin ellas”, desvela la novia. Ese complemento que redondeó el trabajo de Alicia, corrió a cargo de otra vizcaína, la sombrerera Anita Ribbon. Cuando dos talentos se unen, solo pueden crear un look tan inspirador como el de Lara que, lejos de apostar por el tradicional velo nupcial, eligió una gran pamela que redondeó el look.

Hoy son muchas las novias que deciden alejarse de los tradicionales velos nupciales para apostar por diseños que siguen la corriente estética de muchos looks de invitada. Es por eso que los sombreros se han adueñado de los estilismos nupciales más especiales de los últimos años, esos que tuvieron como reciente precursora a Emma Leth y su sombrero extragrande de Jacquemus o a la siempre elegante Inés de la Fressange, en su boda de hace décadas con un afrancesado canotier.

El giro de tuerca de este tipo de accesorios es que se han aliado con los velos para dar lugar al combo nupcial más inesperado: pamelas con una delicada rejilla incorporada. Su origen se remonta a las clásicas diademas que llevan las invitadas más elegantes. ¿Cómo olvidar a Carlota de Mónaco en la boda de su tío, el príncipe Alberto, con Charlene de Mónaco? En versión nupcial y tirando de hemeroteca, encontramos el caso de Margaux Hemingway, la famosa modelo y nieta del célebre Ernest Hemingway, que se casó hace cuatro décadas con un look nupcial que perfectamente se podría adecuar a los patrones actuales y que completó con una pamela con red incorporada.

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La importancia de los complementos

Lara completó su look nupcial con zapatos de Raquel Zapatos I Dulce Castro que ponían una pequeña pincelada de color y rompían la neutralidad del blanco. Las joyas, sutiles y delicadas, eran de Joyería Cárdenas, mientras que el ramo corrió a cargo de Espacios Verdes Logroño. Para el momento de la comida, la novia buscaba comodidad, así que se desprendió de la capa, descubriendo la maravillosa botonadura trasera del vestido. También se quitó la pamela, dando lugar a un look más rompedor que coronó con una original diadema de plumas de Minica Complementos. “En el baile, y por si mis ojos no aguantaban, ya que llevo gafas siempre, decidí apostar por unas originales gafas con montura blanca”, recuerda.

Y así, siendo fiel a su estilo, puso el broche de oro a una jornada que aún recuerda emocionada. “Estoy convencida de que la espera mereció la pena. Todo el rato pensaba: “me estoy casando cuando me tenía que casar”. Creo que llegué en mi mejor momento”, y a las imágenes donde irradia felicidad nos remitimos.