La reina Camilla ha querido ejercer de anfitriona de un funeral que pocos esperaban que corriese de su mano. Los Windsor se han encargado de organizar un funeral, de carácter privado, pero al que ha estado invitado lo más granado de la realeza europea, en memoria de Constantino de Grecia, fallecido en enero del año pasado. Una fecha especial a la que absolutamente todos han hecho hueco en su agenda, desde Letizia pasando por Marie Chantal, sin olvidarnos de los reyes eméritos. Todos, salvo una persona, el príncipe Guillermo. Y eso que, sabiendo su vinculación con el fallecido, resulta una ausencia aún más llamativa. 

Cuando el 4 de agosto del año 1982 las aguas bautismales recorrieron la cabecita rubia de Guillermo, a su lado, además de sus padres, Carlos y Diana, estaban sus padrinos. La princesa Alexandra, la duquesa de Westminster, lady Susan Hussey, lord Romsey, sir Laurens Van der Post y Constantino de Grecia. En efecto, el homenajeado en la misa funeral del 27 de febrero. 

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Iván Gómez

Por su enorme vinculación con el fallecido, parecía más que evidente que el Príncipe de Gales estuviera presente durante el servicio religioso, pero no ha sido así. En estas últimas semanas, Guillermo ha visto cómo su realidad se tambaleaba. Todo el orden que conocía se ha visto alterado tras la intervención de su mujer, Kate Middleton, que la obliga a esta de baja hasta pasada la Pascua. Una operación de la que pocos detalles han trascendido y de la que solo sabemos cómo está siendo atendida y que avanza favorablemente. 

Además, a Guillermo se le suma otro frente de lo más complicado: el cáncer de su padre. A principios del mes de febrero, se hizo público que el rey Carlos III empezaba su tratamiento contra la enfermedad que se le había diagnosticado hacía escasos días, y de la que tampoco ha trascendido más detalles, en aras de respetar la privacidad del monarca. 

Los feos repetidos de Guillermo a los griegos

Este no es el primer ‘plantón’ que Guillermo les da a los griegos. En el funeral oficial de Constantino, en enero del pasado año, ya dio la gran ‘espantá’. En Atenas absolutamente todos contaban con su presencia y con la de Kate Middleton, pero ninguno acudió a despedirse de uno de los grandes amigos de Carlos III y padrino del nuevo Príncipe de Gales.

Muchos vieron aquí un importante desplante a esta realeza sin trono ni corona. Para subsanar esta ausencia, los Windsor enviaron a la princesa Ana y a su marido en representación familiar. Aunque supo a poco. Una presencia descafeinada que no habría gustado a ni a Sofía ni a los hijos del fallecido. 

La misa conmemorativa del 27 de febrero de 2024 era la ocasión perfecta para resarcirse por la comentadísima ausencia. Un servicio religioso, en un lugar tan importante como es la capilla de San Jorge, donde se despidió a Isabel II, era la manera idónea para entonar el mea culpa pero, de nuevo, tampoco lo habrían gestionado bien. 

Carlos III está más que excusado por su enfermedad, pero su hijo no tanto. Guillermo causa baja alegando "motivos personales", aunque, tal y como descubre el Daily Mail, sí que se habría puesto en contacto con los familiares de Constantino haciéndoles llegar un mensaje de disculpas. 

¿Por qué Inglaterra celebra el funeral de Constantino?

La gran pregunta. ¿Por qué han sido los británicos y no los españoles quienes han organizado una misa en memoria de Constantino? Para empezar, lo más evidente, la familia real griega ha estado muy vinculada a Ingalterra a raíz de su exilio. En Londres vivieron durante muchos años cuando el pueblo decidió que había llegado el momento de tener una república en lugar de una monarquía. Constantino y Felipe, duque de Edimburgo, eran primos y siempre sintió mucha cercanía y simpatía por los  Windsor. Pero, claro, su hermana estaba en España. ¿No habría sido más lógico que Sofía e Irene presidieran este homenaje en Madrid? 

Lo cierto es que el plantón 'royal' de los británicos aún duele y este gesto podría esconder un perdón inherente que los griegos han entendido a la perfección.