¡Presume sin sufrir!

5 trucos infalibles para estrenar sandalias sin destrozarte los pies este verano (y funcionan)

Este año no dejes que tus sandalias te hagan daño. Estos son los trucos que debes tener en cuenta para evitar rozaduras y el dolor de después. ¡No conviertas tus pies en un campo de batalla!

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Este verano, evita que tus pies sufran con las sandalias. ¡Toma nota de estos trucos!

@mariafrubies
Anna Rodriguez
Anna Rodríguez Hurtado

Redactora web

Actualizado a

Te pasa lo mismo verano tras verano. Te pones por primera vez unas sandalias y después de unas horas tus pies ya están llenos de rozaduras y ampollas. Con la llegada de las buenas temperaturas y con el pronóstico de un verano muy caluroso, las sandalias se convierten en el aliado perfecto para que, al menos, tus pies estén al aire y frescos. La experiencia de estrenar calzado no debe incluir el dolor de pies, por lo que atenta a los siguientes consejos, que te ayudarán a evitar el mal rato o, al menos, reducirlo.

Para presumir… ¡No hay que sufrir! Porque sí, el primer día con tus sandalias vas monísima, pero al segundo lo más seguro es que luzcas unos pies llenos de tiritas. Aunque estrenar un par de sandalias pueda ser una experiencia desafiante, existen diversos trucos sencillos que puedes tener en cuenta y probar para asegurarte de que tus pies estén libres de rozaduras. Aquí van 5 soluciones para que vayas cómoda, sin importar el tipo de sandalias que elijas.

5 consejos para que las sandalias no te hagan daño este verano

Pies verano
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Consigue lucir unos pies sin rozaduras este verano con estos 5 trucos.

Adelántate

En el momento de comprarte unas sandalias puede que ya tengas el presentimiento de que te van a doler. Por esta razón, adelántate y no esperes a que aparezcan las heridas. Una de las opciones más efectivas es utilizar apósitos en áreas específicas como el empeine y el talón. Estos apósitos actuarán como una barrera protectora entre tus pies y tus sandalias, reduciendo la fricción. Además, puedes encontrar diferentes tipos de apósitos que se adaptan a distintas partes de tus pies e incluso los hay transparentes, para que pasen desapercibidos. Recuerda, ¡prevenir es mejor que curar!

Cambia y no abuses

No uses el mismo calzado dos días seguidos. ¡No te martirices! Alterna tu nuevo y deseado zapato abierto con otro cerrado como unas zapatillas de tela. Verás que con este simple gesto tus pies irán adaptándose poco a poco a las nuevas sandalias, hasta que consigas llevarlas durante semanas. También puedes estrenarlas de poco en poco, ponértelas para estar por casa o para ir a comprar algo rápido y volver.

Recurre a bálsamos y cremas hidratantes

Los bálsamos protectores y las cremas hidratantes pueden ser la solución definitiva. Protegerán las zonas que elijas, reduciendo rozaduras y evitando las temidas heridas. Hidratarte la piel es algo que debes incluir en tu rutina diaria y en todas las partes de tu cuerpo, incluidos los pies, que suelen ser los más olvidados.

pies
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Mantén tus pies hidratados para evitar las rozaduras de las sandalias.

polvos de talco

Por otro lado, el sudor es uno de los motivos por los que se suelen formar ampollas y roces y en verano es algo casi constante. Por eso, es importante mantener los pies secos. Una muy buena manera de lograrlo es aplicando polvos de talco en toda la superficie del pie. Puedes llevar contigo un pequeño bote de polvos y aplicarlos cada vez que sientas el sudor. ¡Aleja tus pies de la humedad!

Apuesta segura

Los primeros días de sandalias puedes ir a lo seguro y usar las de años anteriores que sabes que no te causan molestias ni dolor. Lo cierto es que hay unos tipos de sandalias que, por su diseño, te harán menos daño que otras. Estas son tus mejores aliadas. ¡Toma nota!

mdfhima alpargatas
@mdfhima

¿Cuáles son las sandalias más cómodas? ¡Descúbrelas!

  1. Sandalias de tiras ajustables: opta por sandalias con tiras ajustables para adaptarlas a tu pie. De esta forma no bailarán al estar demasiado sueltas, ni te apretarán al estar demasiado ajustadas. 

  2. Sandalias de materiales flexibles: las sandalias hechas de materiales flexibles, como la tela, suelen ser más cómodas desde el primer uso, ya que se adaptan mejor a tus pies. Unas con tiras elásticas son un acierto seguro.

  3. Sandalias de plataforma: las sandalias de plataforma o cuña como las alpargatas son una buena opción, porque reducen la tensión en ciertas áreas al distribuir el peso en diferentes puntos.

  4. Sandalias con sujeción trasera: si donde más notas los daños de las nuevas sandalias es en el talón, no dudes en usar sandalias con sujeción trasera o de tobillo. Con ellas evitarás que tus pies se deslicen hacia adelante, que es lo que puede causar fricción en el talón.

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