5 tipos de vestidos que no favorecen ni rejuvenecen a las mujeres de 50, según un diseñador (y los 5 que sí)

En el mundo de la moda, la edad no define el estilo. En cualquier caso, es crucial elegir prendas que resalten la belleza y saquen el máximo partido la silueta. Hablamos con Juan Ferrando, director del Grado en Diseño de Moda de la Universidad Nebrija, para compartir contigo los mejores consejos sobre los tipos de vestidos que no favorecen ni rejuvenecen a las mujeres de 50, así como aquellos que sí lo hacen.

La clave para elegir el vestuario ideal a los 50 está en la elección de prendas que no solo estén a la moda, sino que también favorezcan la figura y reflejen la personalidad de cada mujer. 

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5 patrones/cortes de vestidos que no favorecen ni rejuvenecen a las mujeres de 50

1. Un mini vestido para el día a día. Ya está obsoleto y encuentro más elegante y distinguida a una mujer de cincuenta años con vestidos de largo midi. 
2. Cualquier vestido de elastano, lycra o tejidos similares, que sean muy pegados y ceñidos al cuerpo o que marquen demasiado la silueta, en ningún color, ni siquiera en negro, ni tampoco en estampado. 
3. Cualquier vestido de un color estridente y llamativo, como puedan ser los flúor, ni aunque sea en un corte evasé o fluido. Hay que ir hacia colores neutros, relajados o empolvados, pero nunca optar por tonos muy saturados.
4. Un vestido muy escotado, ni por delante ni por la espalda, ni tampoco vestidos con tirantes muy finos. Aconsejo escotes algo más comedidos y no tan provocadores.
5. Vestidos con cut outs o con aberturas en la zona del vientre, con una raja muy pronunciada o con una espalda extremadamente abierta… Para una mujer sofisticada, estas prendas son completamente un ‘no’.

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5 patrones/cortes de vestidos que sí favorecen y rejuvenecen a las mujeres de 50

1. Un vestido camisero de largo midi, ya sea con fajín o sin él, que permita abrir los botones y hacer el escote más profundo, preferentemente en colores neutros como blanco, arena, caqui o verde militar, con botones de madera o coco, grandes bolsillos tipo parche y la falda con un poco de vuelo.
2. Un vestido de punto de rayas marineras, siempre que sea un punto ligero y cómodo, de patrón un poco desprendido sin llegar a ser oversize, para insinuar la silueta pero no ceñirla ni que vaya embutida; y con la parte de arriba del escote de tipo canesú y más liso, de modo que las rayas empiecen a partir del pecho.
3. Un vestido evasé de largo midi con un toque romántico, apto para dar un paseo o para una cena informal, en tonos pastel o con un estampado de florecitas silvestres o algo muy relajado, pero que tenga ese punto de romanticismo.
4. Un vestido más sofisticado, con unas mangas con volumen de tipo farolillo o manga jamón, que lleve la importancia hacia el hombro y el escote, para darle realce y sofisticación, que permita más luz en el rostro y deje una figura más limpia y pulida. Con la silueta marcada con un pequeño cinturón, con el largo por debajo de la rodilla o incluso largo del todo, si hablamos de llevarlo para ceremonia o una fiesta de noche.
5. No es un vestido, pero sí considero una opción interesante contar con un mono largo para cubrir las piernas y enfocar el punto de atención en el zapato. Con un escote bien pronunciado que alargue el cuello y estilice, y que no tenga corte en la cintura sino que vaya todo de una sola pieza, para conseguir una silueta alargada y sofisticada.