Los zapatos para Primavera/Verano que la podóloga más famosa de Instagram recomienda llevar a los 50 (y los que no)

Neus Moya es archiconocida en Instagram por sus prácticos testeos y recomendaciones sobre calzado infantil. Más de medio millón de padres y madres se guían con ayuda de sus vídeos a la hora de comprar calzado a sus pequeños con una única prioridad: que sean respetuosos. Y es que la podóloga más famosa de internet se ha convertido en la máxima defensora del calzado barefoot y nadie mejor que ella para aconsejarnos sobre las mejores opciones de zapatos para la primavera-verano para las mujeres maduras.

Por si no sabes de qué hablamos, el calzado barefoot es ese que respeta la morfología del pie y permite su movimiento natural para evitar problemas comunes como la fascitis plantar y deformaciones muy habituales como los juanetes o los dedos en garra.

Sí, lo más probable es que el calzado que hayas llevado toda la vida sea radicalmente opuesto a esto: punteras estrechas, tacones que llevan todo el peso a los metatarsianos, suelas rígidas, inclinadas o demasiado amortiguadas, etc.

Aunque, como nunca es tarde para mejorar y evitar molestias, te proponemos tomar nota de sus recomendaciones para tener un pie sano sin descuidar la imagen.

¿Qué necesidades tiene un pie a los 50?

"Entre los 45 y 55 años se suelen producir cambios en el cuerpo de la mujer y que pueden repercutir en el bienestar físico y mental", afirma la podóloga, que refiere que "la menopausia es la causante de una caída de los estrógenos y con ello se generan unos cambios complejos".

¿Pero cómo pueden afectar en el pie? Segúin Neus Moya, "la repercusión en el pie puede manifestarse con el riesgo de fracturas por osteoporosis, aumento de la laxitud articular, aparición o agravamiento de deformidades, inestabilidad en la marcha, esguinces, ...".

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Y de ahí que recomiende "la prevención en el trabajo articular de todas las extremidades, incluidos los pies", dando la debida importancia a los zapatos. "Estos dependerán del pie y del bagaje que la mujer haya tenido a lo largo de su vida", señala. 

La experta asegura que si no hay patología, se puede llevar un calzado barefoot "haciendo siempre una transición adecuada y guiada". Y en aquellos casos en los que "haya una pérdida de la grasa plantar u osteoporosis, podrá requerir de un poco de amortiguación, manteniendo las características del calzado barefoot". Aunque recalca que "lo importante será la personalización de cada caso". 

Efectos de llevar calzado no respetuoso

Moya apunta a diferentes patologías que puede generar el calzado convencional, si bien "somos muchos los que los hemos llevado calzado no respetuoso y afortunadamente no todos sufrimos las consecuencias de ello". Aunque señala que "el calzado actúa como factor externo a tener en cuenta en determinadas patologías", como las que nos explica a continuación.

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• Juanete o hallux abductus valgus. La causa del juanete es multifactorial pero el calzado es una de ellas. Y lo es por dos motivos: por la compresión constante de la puntera en el dedo gordo y por la atrofia muscular secundaria a no poder mover los dedos durante muchas horas al día. 
• Juanete de sastre. Ocurre cuando el el juanete está en la cara externa del zapato, con causa similares al anterior. 
• Dedos en garra. Debidos a la falta de espacio en las punteras y el drop –tacón–.
• Retracción de la musculatura posterior. Toda la vida llevando altura detrás, hace que toda la musculatura posterior no tenga la longitud que debería tener. 
• Fascitis plantar. Los pies no han tenido movimiento con lo que la musculatura intrínseca del pie está débil y esto se traduce en compensaciones como puede ser la fascitis plantar. 
• Entorsis de tobillo. Especialmente aquellas generaciones a las que se les puso zapatos de caña alta, que sujetaran el tobillo. Esto ha debilitado mucho la musculatura dando lugar a mucha inestabilidad por la falta de fuerza. 
• Metatarsalgia. Es el dolor en los metatarsianos, debido a dos causas: llevar el talón más alto que da lugar a un desplazamiento de gravedad y presión brutal en esta zona en cada paso. Y debido también a las punteras estrechas, que al no dejar espacio en los metatarsianos, éstos se apelotonan y los que quedan más abajo ( suelen ser el segundo y tercero) reciben todo el peso. 

¿Qué se puede mejorar a los 40-50 con calzado barefoot?

Ante todo, la podóloga nos recuerda que "un calzado barefoot se basa, a grandes rasgos, en suela fina e igual por delante que por detrás –sin tacón–, con sistema de sujeción y puntera bien amplia".

¿En qué puede ayudarnos a esta edad? "En realidad se trata de rehabitar, es decir, volver a habilitar el pie. Un pie que es disfuncional, lo volvemos funcional", señala la especialista. ¿El resultado? Según Neus Moya, "se produce una mejoría del todo muscular, mejora de algunas deformidades del pie, en ocasiones mejora de los dolores lumbares y, sobre todo, una mejora en la funcionalidad del pie". 

El calzado ideal para la primavera-verano

Para esta especialista "cualquiera que respete el movimiento natural del pie, haciendo siempre hincapié en que hay que hacer una transición".

Además destaca otras características deseables en nuestro calzado para la temporada primavera-verano:

• Es importante que el zapato esté siempre sujeto al pie para evitar caídas o dedos en garra.
• También es deseable que el material sea transpirable, porque "no hace suficiente calor para ir con el pie al aire, pero sí calor suficiente para llevar el pie completamente tapado". Por eso recomienda buscar zapatos cerrados con material transpirable para evitar hiperhidrosis o sudoración excesiva.

¿Y para las ocasiones formales?

"El problema del calzado formal es que, tenemos integrado que debe llevar altura de tacón", explica la podóloga. "Debemos quitarnos de la cabeza este concepto y, si lo hacemos, tendremos opciones. Hace unos años no, pero hay en día hay opciones preciosas y totalmente respetuosas", asegura.

Para ella, la comodidad en el pie está reñida con la moda "si entendemos la estética como lo que se ha entendido o impuesto hasta ahora. Y también por el hecho de que el zapato respetuoso o barefoot, ha tenido poca variablidad en el diseño hasta ahora", apunta.

Sin embargo, Moya afirma que "las cosas están cambiando ya que están saliendo multitud de diseños preciosos que nos permiten looks versátiles y cómodos". Esto sumado a que "nosotros nos hemos vuelto más healthy y nos estamos revelando contra las imposiciones absurdas que atentan contra nuestra salud", asevera. 

5 zapatos que la podóloga recomienda para primavera-verano

Unas sandalias de tiras doradas

Estas sandalias de tiras doradas son tan versátiles que resulta perfectas para acompañar looks tanto formales como casual en esta temporada. Combina diseño con comodidad y características respetuosas para los pies.

Bailarinas con cierre de pulsera

Dentro de la misma marca encontramos otras opciones interesantes para ocasiones especiales, como estas bailarinas con cierre de pulsera y acabado de brillo multicolor. Son idóneas para complementar looks especiales, aunque también combinan genial con unos simples vaqueros o un vestido primaveral. Además de no tener drop ni refuerzos, están disponibles en dos grosores de suela y dos anchos de horma distintos.

Unos mocasines

Según esta experta, "recientemente Zara ha empezado a incorporar modelos barefoot para mujer. Estos zapatos planos tipo mocasín tienen la puntera amplia y sin altura de tacón, ideal para permitir un libre movimiento al pie.

Zapato plano de piel (Zara, 49,95€).

Unas deportivas

Estas zapatillas son "ideales para aquellas mujeres querequieren cierta amortiguación, manteniendo la puntera amplia", señala Moya. "También puede servir para aquellas que en el día a día pueden usar un calzado barefoot, pero que la hora de hacer deporte de impacto o caminatas, requieren amortiguación", indica.

Sandalias casual

Estas sandalias de la marca española Zapato Feroz se adaptan al pie como un guante y se sienten como si caminaras descalza. Son versátiles para su uso diario con una gran variedad de looks para la temporada primavera-verano debido a su ligereza.

5 zapatos que la podóloga no recomienda

Con puntera estrecha

Aunque las zapatillas o zapatos cuenten con una puntera redondeada, si no es amplia y no permite el espacio natural para todos los dedos, no son recomendables.

Tacones muy altos o de aguja

La experta desaconseja totalmente los tacones, especialmente, los muy altos o de aguja. "Da lugar a un desplazamiento del centro de gravedad y una presión brutal en los metatarsianos que empiezan a doler (metatarsalgia). Al principio solo cuando llevas tacones, pero más tarde duelen con cualquier zapato", asegura Neus Moya.

Chanclas sin sujeción al pie

"A parte de favorecer la garra de los dedos, aumenta mucho la probabilidad de caídas y lesiones", señala Moya en referencia a este tipo de calzado, tan frecuente durante los meses de verano.

Zapatos con mucha amortiguación

Como nos indica la experta, las "suelas muy gruesas y amortiguadas dan lugar a inestabilidad en la marcha". Y advierte que en el caso, además, de que "haya un pie caído hacia adentro –pie valgo– esta amortiguación acentúa el valgo y el trabajo del pie bajo estrés".

 

Sandalias destalonadas con tacón

Según la podóloga, este tipo de sandalias "tienen todos los elementos para necesarios para lesionar: falta de sujeción y altura de tacón", por lo que las desaconseja totalmente.