Si viéramos todo esto que os vamos a contar en una película o una serie de televisión pensaríamos: “¡Los guionistas le han echado demasiada imaginación!”. Ya que una historia que mezcla una princesa europea, una huída por seguridad y problemas con la mafia internacional parece más el guion de una película digna de un Oscar que de lo que está viviendo en propia piel la familia real de Países Bajos.

La princesa Amalia de Holanda acaba de regresar a Ámsterdam tras vivir apartada de dicha ciudad desde el año 2022, cuando sus padres, los Reyes Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda, confirmaron que su seguridad estaba en peligro. En aquel momento la princesa vivía en una residencia estudiantil en la ciudad de los canales mientras realizaba sus estudios de Política, Economía, Derecho y Psicología.

La princesa Amalia de Holanda
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Pero tuvo que abandonar su lugar de residencia y volver a la casa familiar, el castillo Huis Ten Bosch en La Haya, en el cual se ha encontrado semi recluida desde entonces. La heredera ha estado estos últimos 4 años estrechamente vigilada, con un equipo de seguridad compuesto por agentes especializados, por estar, literalmente, amenazada de secuestro o muerte por la mafia del país. 

Una amenaza real

Fue en aquel momento, en 2022, cuando se conoció que el crimen organizado de los Países Bajos tenía en el punto de mira a varias personas relevantes del país, a las que pretendían secuestrar o asesinar, y entre las que se encontraban la princesa Amalia de Holanda o el primer ministro holandes, Mark Rutte. 

Esta mafia neerlandesa, que domina la droga en el país, se denomina "Mocro Maffia" y se trata de una organización criminal vinculada con actividades delictivas y tráfico de drogas por toda Europa y parte del norte de África. Amalia de Holanda, en una declaración pública, expresó que aún está lidiando con el impacto emocional de las amenazas de esta organización y de toda esta situación con ella y su familia.

La princesa Amalia de Holanda
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Aunque las autoridades no han confirmado oficialmente la naturaleza de la amenaza y no han podido encontrar pruebas concretas de este peligro, la familia real decidió ser precavida y extremar la vigilancia de la princesa mientras se investigaba a fondo cualquier posible conexión con organizaciones criminales que apuntaran hacia ella.

El 2023 se detuvo a un integrante de dicho grupo, llamado Mohamad E. que al ser preguntado por la princesa dijo que no era cierto, por lo que poco a poco se han ido relajando las medidas de protección de la familia real en torno a este tema.

Incremento de medidas de seguridad en Amsterdam

Aunque ni el Gobierno, ni la Casa Real neerlandesa ha confirmado el regreso de la monarca a Ámsterdam, ha sido el diario holandés 'Het Parool' el que ha comunicado la noticia, haciéndola rápidamente viral en toda la ciudad. Se ha generado cierto revuelo entre los habitantes de la ciudad ya que, debido a ello, se ha producido una lógica intensificación en las medidas de seguridad de la zona, como instalación de más cámaras de seguridad con la finalidad de salvaguardar su integridad., no solo alrededor de la princesa en sí, sino también en los sitios donde reside o frecuenta.

Este hecho ha suscitado una gran preocupación y un debate popular alrededor de un tema muy importante: la seguridad de la familia real neerlandesa y la importancia y coste de que las fuerzas de seguridad del Estado protejan a diario a los miembros de la familia real.

Escapadas habituales a España

Si bien las medidas de seguridad de Amalia de Holanda eran estrechas, sí que durante este periodo ha podido viajar en repetidas ocasiones a España, concretamente a Madrid, donde ha pasado largas temporadas, llegando incluso a creerse que podía estar residiendo en nuestro país. 

Amalia de Holanda
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Una de las princesas con más personalidad

La princesa Amalia, heredera al trono de los Países Bajos, siempre ha destacado entre las royals europeas por ser una de sus miembros con más personalidad. Con un estilo bohemio y relajado, tanto a vestir, como en sus gustos y elecciones personales.

Siempre ha destacado por ser una “princesa inusual” ya que por ejemplo se la podía ver paseando en bicicleta, sin escolta, por el centro de la ciudad; como voluntaria en acciones humanitarias; incluso trabajando de incógnito como camarera o disfrutando de un café con amigos en cualquier establecimiento de la ciudad.