Los pueblos de Málaga con las flores más bonitas para disfrutar en mayo (y no lo sabías)

Ojén se encuentra a diez kilómetros al nordeste de Marbella, sobre el camino del interior que enlazaba con Málaga. Junto al arroyo de Almadán, en un lugar muy apacible y rico en agua, se descubre este pueblo de casas blancas rodeado por las sierras Blanca y Alpujata, de gran riqueza en minerales de hierro, níquel, plomo, talco y dunita. 

Ubicado en la sierra, a unos 300 metros de altitud, el primitivo casco urbano de Benalmádena todavía conserva su estructura antigua de típico pueblo andaluz. Es una auténtica delicia pasear por sus blancas y estrechas calles llenas de flores que recuerda el paso de antiguos pueblos asentados en esas tierras. Sus macetas no te dejarán indiferente. ¡Prepara la cámara!

Canillas de Aceituno se ubica a los pies de Sierra Tejada. Pasear por sus angostas calles llenas de colorido y macetas es un plan ideal si estás preparando una escapada en mayo. En la parte más alta del pueblo comienza la ruta de El Saltillo, con su famoso puente colgante situado a 70 metros de altura sobre el río Almanchares, que conecta los pueblos de Canillas de Aceituno y Sedella.

Gaucín es un hermoso pueblo blanco encaramado en la cresta de la Sierra del Hacho. Desde allí puede contemplarse el mar Mediterráneo, el Peñón de Gibraltar y más allá de las montañas del Rif de Marruecos. A su alrededor están las montañas de la Serranía de Ronda que proporcionan brillantes pinceladas de color gracias a sus flores. 

Frigiliana ofrece una de las panorámicas más espectaculares de la Costa del Sol. La estructura y fisonomía de su casco antiguo responden al trazado del período árabe. Un recorrido por su casco antiguo repleto de macetas deja al descubierto interesantes mosaicos de cerámica vidriada. Destaca también el palacio de los Condes de Frigiliana, del siglo XVI.

En la última década se ha revitalizado el casco histórico de Estepona, una villa con mucha historia. Gracias a este proyecto se ha mejorado su pavimentación, a la par que se han añadido coloridas macetas que gustan tanto a sus vecinos como a los turistas. Las fiestas de San Isidro Labrador que tienen lugar en mayo, representan la importancia del sector agrario en la zona.

Casares es un municipio de la Costa del Sol Occidental que te recibirá con todos los encantos de un pueblo blanco tradicional ¡y mucho más! Conserva lo mejor de todas las civilizaciones que se han posado entre sus límites, como su castillo de origen árabe. Además, en Casares hay espacio para un par de kilómetros de costa y tres campos de golf del más alto nivel.

El pueblo de Mijas es uno de los más bonitos de Andalucía, y conserva el encanto típico de los pueblos blancos de esta región. La estampa de sus casitas blancas ascendiendo por las faldas de la sierra, contrasta con el verde intenso de los pinos. Pasear por su casco histórico con fachadas blancas salpicadas por las coloridas macetas es toda una experiencia que merece la pena ser vivida. 

A 5 km de la costa se ubica el núcleo de Benagalbón. Es el más pequeño de los cuatro que forman el municipio de Rincón de la Victoria. Buena parte de la historia pasada y reciente de Rincón está aún presente en sus calles llenas de color. Al ser muy rico en cultura y tradiciones, es apetecible visitarlo en cualquier mes del año.

Tolox es un encantador pueblo blanco del interior de la provincia de Málaga. Posee una ubicación privilegiada para conocer el Parque Nacional de la Sierra de las Nieves. Adentrarse en su casco urbano de Tolox, supone recorrer el legado andalusí, que se palpa en sus sinuosas y estrechas calles con marcadas cuestas.