Los que quieren esquiar no tienen que ir muy lejos para encontrar complejos de calidad. España es un país de sol y playa, pero también cuenta en su geografía con cordilleras montañosas ideales para la instalación de pistas de esquí, que nada tienen que envidiar a las de países nórdicos.

Además de comprobar qué estación empieza su actividad antes, en la mayor parte de los casos, los usuarios de las pistas escogen dónde esquiar sobre todo en función de las medidas de seguridad que ofrece cada instalación. Aunque no se trata de un deporte peligroso, a la vista está que en una pista de esquí pueden pasar muchas cosas y no son pocos los que han tenido un accidente aparatoso practicando este deporte. Por lo tanto, os daré algunos consejos para prevenir accidentes en las pistas de esquí:

Nivel y seguridad

Hay que tener en cuenta el nivel que tiene cada uno esquiando y escoger las pistas en consecuencia. De hecho, lanzarse por bajadas demasiado pronunciadas con conocimientos mínimos de esquí puede comportar serios problemas de seguridad. Además, también deberá moderarse la velocidad, sin duda, la principal causante de accidentes.

Ponerse en forma

Para evitar caídas es recomendable estar en forma y, para ello, se pueden realizar ejercicios enfocados a ganar estabilidad. Por ejemplo, fortaleciendo el core y las piernas –las partes del cuerpo más importantes en la práctica del esquí- se puede mejorar mucho el equilibrio.

Leer las normas de la estación

Seguramente pocos lo hacen… pero es muy recomendable leerse las normas de la estación de esquí y, además, intentar no quedarnos nunca solos.

En las pistas de esquí el área esquiable está dividida en dos zonas:

  • Zona de pistas, que comprende los recorridos preparados, balizados, señalizados y controlados por la estación para la práctica del esquí y que deben estar dotados de unos servicios de control y socorro. Los enlaces habilitados por la Estación como nexos de unión entre dos pistas se asimilan a las pistas.
  • Zona fuera de pistas, que comprende las vías y variantes abiertas por los usuarios por sus propios medios fuera de la zona de pistas, accedan o no a la misma procedentes de algunos de los remontes de aquella. La zona fuera de pistas no está preparada, balizada, señalizada, controlada ni protegida por la estación por los peligros inherentes a la montaña.

La excitante experiencia que puede suponer esquiar fuera de pista conlleva también asumir una serie de riesgos ya que supone esquiar por pistas que en realidad están cerradas para la estación de esquí y será por tanto el deportista el responsable de los daños que pueda sufrir en la misma. Y además es importante saber que los gastos que se pueden ocasionar en caso de sufrir un accidente (rescate, salvamento, etc.) deberán ser asumidos por el accidentado.

No obstante, la estación avisará del peligro que supone esquiar fuera de pistas y facilitará información genérica sobre el riesgo de avalanchas, de acuerdo con la información facilitada por los centros meteorológicos oficiales.

En caso de que la estación no haya cumplido con su deber de información y prestación de asistencia y hayamos sufrido daños tenemos el derecho a reclamar por vía primero extrajudicial, mediante hoja de reclamaciones o por burofax y en caso de no prosperar se puede reclamar en vía judicial.

Las mejores ‘apps’ en la nieve

Aunque no recomiendo para nada esquiar mirando el móvil, sí que es cierto que tenerlo a mano nos puede sacar de algún apuro. Podéis descargaros algunas aplicaciones de gran ayuda que predicen el tiempo y el estado de la pista que queremos visitar u otras que nos permiten contratar servicios de asistencia médica, gestionar los trámites de solicitud de reembolso por gastos ocasionados a causa de un siniestro y facilitan la geolocalización en caso de accidente.

Contar con un seguro de esquí

Contar con un seguro que permita a los aficionados del esquí disfrutar de esta actividad con total tranquilidad, incluso cuando se desplazan al extranjero. Es aconsejable contar con una póliza que disponga de un servicio de asistencia médica y sanitaria que cubra al asegurado, esté donde esté. También que responda por los gastos de trineo o ambulancia y la repatriación o transporte del asegurado en caso de enfermedad. Además, debería incluir el traslado de un familiar en caso de hospitalización del asegurado, la convalecencia en el hotel y el regreso anticipado. Hay algunas pólizas que se hacen cargo de los costes como el 'fortfait' o las clases de esquí que el asegurado no pueda realizar por causa de un accidente y ofrece servicios de defensa penal en el extranjero, así como garantías de protección jurídica.

Foto de portada de Nicolai Berntsen vía Unsplash