La capital de Gran Canaria es una ciudad repleta de encantos que merece una visita de varios días para conocerla a fondo. A su climatología tropical se suman barrios con historia, una de las mejores playas urbanas de Europa y convertirse en el punto de partida ideal para adentrarse en todos los rincones de una isla a la siempre querrás regresar. Si estás planificando una escapada al archipiélago, sigue leyendo.
La ciudad en profundidad
Para los que anhelan el mar, la playa de Las Canteras es el enclave perfecto. Casi cuatro kilómetros de playa a pocos minutos del centro, así como multitud de restaurantes y terrazas para comer, beber o tapear con vistas al Atlántico. Un consejo para disfrutar de las mejores puestas de sol: pasear al atardecer por el Confital (la prolongación natural de Las Canteras). Los barrios imperdibles -y muy animados- son Vegueta, Triana y sus calles aledañas, donde encontrarás tiendas de todo tipo, boutiques, artesanía, terrazas, etc. Si vas buscando rincones más auténticos, tienes que dar un paseo e incluso almorzar por el barrio marinero de San Cristóbal. Otra parada obligada es el Jardín Botánico Viera y Clavijo, el más grande de España: no podrás para de hacer fotos a su exuberante vegetación, plantas tropicales, flores y palmeras. También hay que dejar tiempo para visitar algunos de sus museos, como el Museo Canario, Casa Colón, Casa-Museo Pérez Galdós, el castillo de la Luz-Fundación Martín Chirino o el Museo Elder. Los domingos se ofrecen visitas gratuitas a las Casas Consistoriales. Además de playa y cultura, la ciudad ha crecido mucho gastronómicamente en los últimos años. Apunta estos restaurantes que nunca fallan: Lucira (bocados gourmet de todo el mundo; Qué Leche (frecuentado por los locales); Deliciosa Marta (muy aclamado en la isla); La Marinera (casi suspendido sobre las aguas atlánticas); Siboney (casa de comidas para disfrutar del producto local); o Valentina si lo que prefieres es tapear (no te pierdas su guiso de habitas tiernas). También recomendamos visitar los mercados de la ciudad, como el de Vegueta o el del Puerto. Moverse por Las Palmas es sencillo: los precios de los taxis son razonables, las rutas de las guaguas te llevan a casi cualquier parte y si lo que te apetece es moverte a tu aire y en bici, puedes hacerlo a través de la Sitycleta.
Un clásico legendario
El hotel Royal Hideway Santa Catalina es el punto de encuentro de la alta sociedad grancanaria y un refugio de innumerables celebridades nacionales e internacionales. Con 130 años de historia y un servicio siempre impecable, rebosa esplendor y lujo clásico. Fue declarado Monumento Histórico y Artístico, y desde su inauguración en 1889 ha sido un referente en la isla. En sus pasillos todavía te encuentras esas damas de aspecto cinematográfico que aún viajan con baúles y tras sus muros han pernoctado María Callas, Ava Gardner, Gregory Peck, Winston Churchill, Carlos de Inglaterra o Agatha Christie. Además, tras su renovación está más bonito que nunca y se ha convertido en un referente gastronómico: es el primer establecimiento con Estrella Michelin en Las Palmas con Poemas by Hermanos Padrón, que propone una cocina vanguardista con raíces canarias en la que el producto KM.0 es el protagonista, con una influencia de sabores internacionales. Pero hay mucho más que conocer y disfrutar en el Santa Catalina, aunque no estás alojado. Como tomar un café a media tarde o saborear buenos cócteles -pide el Diablo- con unas vistas privilegiadas al océano mientras cae el sol, en su Alis Rooftop, que es ideal: un oasis vanguardista en las alturas que te traslada a otro ambiente distinguido sin salir del hotel. O cenar bajo arcos - arropados por su espléndida fachada- en el restaurante La Bodeguita, un espacio abierto, en el que te recomendamos cenar a base de su tapeo gourmet: croquetas de chipirón, pulpo, papas con mojo, jamón cortado al momento, salpicón, ceviche de corvina…
Visitar el norte e interior
Tienes que planificar en tu ruta una visita a la caldera de Bandama, el volcán más joven de la isla. Su nombre proviene de Daniel Van Dam, un colono flamenco del siglo XVI. Desde su mirador se muestra una vista fantástica del cono volcánico. Otras panorámicas de escándalo son las que ofrece el Pico de las Nieves, el punto más alto de Gran Canaria; o las que se contemplan desde Roque Nublo, uno de los símbolos isleños más famosos, un gran roque volcánico que se acerca a los cien metros de altura. La villa de Teror es, posiblemente, el pueblo más bonito con sus calles empedradas y sus casitas de colores con balconadas artesanales. Allí se encuentra también la basílica de Nuestra Señora la Virgen del Pino, la patrona de Gran Canaria. Los sábados merece la pena acercarse hasta San Mateo para conocer su gran mercadillo, repleto de productos canarios que traerás en tu maleta.
Conociendo las playas del sur
El barranco de Guayadeque es una de las joyas sureñas que cuenta con varios miradores emblemáticos y algunos enclaves arqueológicos. Se pueden visitar las cuevas en las que se vivían los aborígenes canarios. Uno de mis puntos favoritos de la isla es el puerto de Mogán, conocido como la Venecia canaria. Casas marineras, vegetación exuberante, flores multicolores, puentes, embarcaciones y unas aguas cristalinas conforman una imagen de postal. ¡Os encantará! Maspalomas es otro de los enclaves más famosos, cuyo paisaje está catalogado como Reserva Natural Especial. Caminar por sus dunas de arena dorada es todo un ritual. Un último apunte para los amantes de la vida marina: desde la zona costera de Puerto Rico salen embarcaciones para navegar por aguas atlánticas e intentar otear algunas especies que habitan al sudoeste de la isla: delfines, orcas y ballenas.
¿Por qué no visitar Tenerife en un día?
Se trata de una opción ideal para los viajeros más inquietos. La comunicación entre las islas del archipiélago canario es muy fluida, con numerosos ferris y buenos horarios. Como Gran Canaria y Tenerife se encuentran a unas 60 millas (unos 90 kilómetros), en poco más de una hora y media llegas desde Las Palmas a Santa Cruz y viceversa: podrás visitar durante unas horas los principales puntos de interés de la capital tinerfeña. Uno de mis últimos descubrimientos turísticos ha sido Ferryhopper, que precisamente está celebrando su quinto aniversario y sus dos millones de reservas de ferris. Esta compañía acumula tantos clientes en tan poco tiempo gracias a su proceso de compra directo, fácil e intuitivo. Y como hay tanta oferta entre las islas, a través de esta plataforma puedes comparar todas las navieras, precios y horarios desde cualquiera de tus dispositivos sin costes añadidos; así como reservar directamente la opción que más te interese. Y atención porque trabajan con más de cincuenta compañías, tanto nacionales como europeas, ofreciendo destinos en varios países de Europa, por lo que también te pueden ayudar a planificar tus viajes de este verano. En nuestro país opera en Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla, así como en conexiones al norte de África, Francia e Italia.