¿Demasiado salado?

El trucazo de los cocineros para arreglar recetas si te has pasado con la sal que jamás te habían contado

¡Que no cunda el pánico! Si te has pasado con la sal mientras cocinabas, aquí tienes varias formas de solucionarlo según la elaboración de la que se trate.

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Descubre cómo arreglar tus recetas saladas fácilmente.

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Isabel Zúñiga

Especializada en temas de decoración, hogar, alimentación y bienestar.

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Dicen las abuelas que a la hora de cocinar, y sobre todo en cuestión de agregar condimentos, es mejor quedarte corta que pasarte. Siempre estás a tiempo de añadir más aceite, más vinagre, más picante o más sal. En concreto, el tema de la sal es bastante peliagudo y puede estropearte cualquier guiso sin que (aparentemente) puedas hacer nada.

¿Por qué pasa esto? Pues hay varias razones: desde un simple despiste por el que no recuerdes si ya la has puesto, que hayas cambiado de tipo de sal y esta sea más intensa, o que no hayas tenido en cuenta los demás ingredientes, por ejemplo si estás haciendo caldo con punta de jamón. En este caso es preferible que vayas probando y rectifiques de sal justo al final, para evitar llevarte una desagradable sorpresa.

Llegados a este punto ¿habría alguna manera de solucionarlo? Pues claro que sí, solo tienes que seguir leyendo para descubrir cuál es el truco que te va a ayudar a arreglar las recetas si te has pasado con la sal.

El truco estrella si te has pasado con la sal

Si te has pasado con la sal ya no valen las lamentaciones: ¡toca actuar! Y por suerte la solución no es complicada, enrevesada ni carísima (que en los tiempos que corren es de agradecer). De hecho, no hace falta ni que salgas de casa porque la solución la tienes en tu propia cocina, más concretamente en el verdulero. ¿Adivinas cuál es?

Pues nada más y nada menos que ¡una patata! Así de fácil. Lo que tienes que hacer es cortar una patata grande en rodajas gruesas y añadirla a tu elaboración. Cuece durante diez minutos y luego retira las rodajas. Aunque lo parezca, no es cuestión de magia sino de que el almidón de este tubérculo absorbe la sal.

Pongámonos en el caso más difícil todavía: que acabas de consumir las últimas patatas que te quedaban y que te resulta imposible salir de casa a por más. Tan sencillo como añadir un trozo de pan cortado por la mitad. Eso sí, para evitar que se deshaga enseguida procura que esté más duro que blando. 

Otros trucos útiles si te has pasado con la sal

¿Y qué pasa si no se trata de un guiso si no de una crema ya triturada? Aquí lo que puedes hacer es añadir una pizca de azúcar y probar el resultado. Siempre puedes añadir más así que no te adelantes, no vaya a ser que sea peor el remedio que la enfermedad.

Imagínate que estás preparando una ensalada y se te ha ido la mano con el aliño, puedes contrarrestar el efecto añadiendo orégano fresco. En el caso de la pasta, lo que puedes hacer es lavarla bien con agua fría y poner poca (o ninguna) sal en el aliño.

Por último, si acabas de triturar una riquísima crema y te das cuenta justo en ese momento de que está un pelín salada, solo tienes que echarle leche entera. En el caso de los caldos puedes añadir agua para rebajarlo: lo que tienes que hacer es sacar primero una cantidad de caldo salado y sustituirlo por la misma cantidad de agua.