Existe la creencia generalizada de que los productos de limpieza son inocuos e inofensivos, pero como has visto muchos son extremadamente dañinos para la salud si se entra en contacto con ellos. Y no solo si se ingieren de forma accidental, sino también al inhalarlos o al entrar en contacto con la piel, los ojos, la nariz y la boca.

Productos de limpieza tóxicos: cómo evitar peligros

Aunque no todos los detergentes contienen estas sustancias y compuestos tóxicos, sigue las siguientes recomendaciones si quieres reducir riesgos.

  • Procura ventilar bien la estancia mientras estés limpiando.
  • Mantén los productos de limpieza bien cerrados, y en un lugar seguro y alejado del alcance de los niños o los animales domésticos.
  • A la hora de limpiar, protégete con guantes y ropa adecuada, y ten mucho cuidado con las salpicaduras en los ojos, nariz, boca y piel en general.
  • Lee atentamente tanto las instrucciones de uso como las advertencias de peligro, y cúmplelas.
  • Evita aquellos productos que contengan advertencias y palabras como peligroso, tóxico, irritante, corrosivo…
  • Opta por productos biodegradables, ecológicos, sin fosfatos, sin parabenos, con aceites vegetales como coco y cítricos, así como en envases reciclables para no perjudicar ni tu salud ni el medio ambiente.
  • Nunca mezcles productos (en especial la sosa cáustica y el amoníaco) ya que pueden dar como resultado una reacción química súper tóxica.
  • Dilúyelos en agua para disminuir sus efectos nocivos para la salud. La toxicidad puede variar mucho en función de la cantidad y de la concentración de producto.
  • Siempre que puedas decántate por viejos trucos de limpieza caseros como recurrir al jabón de toda la vida, usar dos cubos (uno con agua con detergente y otro con agua limpia para aclarar), pasar bayetas de microfibras sin detergente para eliminar restos de una superficie limpia.
  • Y prueba sustancias menos nocivas como el vinagre, el agua oxigenada, el limón o bicarbonato, estrellas de los productos de limpieza caseros.