Con tantísima oferta cosmética para cuidar nuestra piel, es normal que dudemos a la hora de elegir un buen sérum antiarrugas. Es más, muchas mujeres se cuestionan si es realmente necesario y si no es suficiente con usar una buena crema antiedad. La respuesta es que son complementarios y cada uno desarrolla su función. Veámoslo con más detalle.

¿Qué es mejor: el sérum o la crema antiarrugas?

La suma de ambos es lo que aumenta la eficacia a la hora de conseguir un efecto lifting en una rutina de belleza antiedad. Por ejemplo, como primer paso después de la limpieza facial, en una rutina de día se puede escoger un sérum muy hidratante (ácido hialurónico) para rellenar las arrugas desde dentro y aplicar después una crema antioxidante (vitamina C, E, resveratrol) para proteger la piel de los radicales libres, esas moléculas responsables del envejecimiento y que los provocan, sobre todo, las radiaciones solares y la polución. O a la inversa: se puede aplicar primero un sérum antioxidante y después una crema que proporcione una hidratación profunda. El último paso para mantener las arrugas a raya (y las manchas): si tu crema antiedad no contiene factor de protección solar (FPS), aplicar un protector solar  de amplio espectro (que proteja de los rayos UV, infrarrojos y luz azul).

Por la noche, también podemos combinar activos y texturas para potenciar nuestro ritual antiarrugas: usar primero un sérum antioxidante y reparador (retinol) y después una crema nutritiva antiarrugas (con lípidos, aceites vegetales y ceramidas). O invertir el orden: aplicar primero un sérum con ceramidas o aceites vegetales y después una crema con retinol.  Lo que no es aconsejable es aplicar sérum de retinol + crema de retinol porque se potenciaría demasiado la acción exfoliante de este activo y se podría irritar la piel. 

¿Cuál es la diferencia entre sérum y crema?

El sérum es un cosmético de textura ultra ligera con una alta concentración de activos (mucho más que la de cualquier crema). Esto le permite llegar a las capas más profundas de la piel y obtener resultados más visibles en menos tiempo. El sérum es mucho más fluido que la crema y se absorbe muy rápido, pero no sustituye a esta. SIEMPRE hay que usar una crema hidratante o nutritiva después del sérum. Es más densa y oclusiva y propicia que el sérum penetre en las capas más profundas. La crema sella la piel, formando una barrera diseñada para retener la humedad y los nutrientes.

Los sérums tienen acciones específicas y puedes usar varios en función de las necesidades de tu piel: antiarrugas, antimanchas, iluminador, equilibrante... pero a continuación es imprescindible el uso de una crema. El sérum potenciará la acción de esta con el beneficio añadido que aporte el ingrediente súper concentrado.

En caso de una rutina antiarrugas puedes escoger un sérum y una crema que tengan el mismo objetivo: frenar las líneas de expresión y/o la flacidez. La estrategia: sumar ingredientes que se complementen. Por ejemplo, los ingredientes antioxidantes (esenciales para luchar contra las arrugas) como la vitamina C, vitamina E, niacinamida, resveratrol, bakuchiol o retinol vegetal combinan muy bien entre sí y se potencian si se usan conjuntamente. Puedes escoger un sérum de vitamina C y sumarle después una crema que contenga otro par de ingredientes antioxidantes: niacinamida, vitamina E, etc. y que esté enriquecida con activos hidratantes, como el ácido hialurónico o el aloe vera.

¿Qué sérum es mejor para las arrugas?

Los mejores sérums antiarrugas son aquellos con propiedades antioxidantes (que protegen de los factores medioambientales que causan el fotoenvejecimiento) y los que ayudan a mantener la hidratación de la piel y reforzar su función barrera.  Más enfocados a un uso nocturno estarían también los sérums reparadores y con una función de renovación celular. Puedes usar un sérum por la mañana y otro diferente por la noche para sumar beneficios y conseguir un efecto tensor y la acción preventiva antiarrugas que buscas.

  • Sérums antioxidantes. Estos inhiben la oxidación celular y, por lo tanto, retrasan el envejecimiento. Si hay que escoger uno, sería indudablemente el sérum de vitamina C, por ser uno de los ingredientes cosméticos más polivalentes. Es un activo esencial para la síntesis de colágeno y elastina, por lo que resulta efectivo en la prevención y tratamiento de las arrugas superficiales. También funciona como protector de la piel ante los radicales libres y el estrés oxidativo, y tiene una acción iluminadora, además de ayudar a unificar el tono. Un buen consejo: Si usas un sérum de vitamina C antes del protector solar FPS 50 multiplicarás la acción de este frente a las radiaciones solares. Otros ingredientes antioxidantes con función antiarrugas que puedes buscar en tus sérums: el ácido ferúlico y la niacinamida.
  • Sérums hidratantes. En esta categoría el rey sería el sérum de ácido hialurónico. Su función primordial es atraer el agua y transportarla a las capas más superficiales de la piel para difuminar las líneas de expresión y mejorar la apariencia de las arrugas más marcadas. Lo interesante en estos sérums es que contengan varios ácidos hialurónicos de diferente peso molecular para que penetren con eficacia en todas las capas de la piel. Tras su uso continuado durante varias semanas, la piel se ve más más tersa y jugosa.

Recuerda que siempre debes aplicar después una crema hidratante que contenga ingredientes oclusivos que atrapen esa hidratación en la piel. Si no lo hicieras, el sérum de ácido hialurónico puede tener el efecto contrario y deshidratar la piel aún más, al no conseguir retener el agua.

  • Sérums reparadores.Si tenemos que destacar un ingrediente, nos quedamos con el que recomiendan todos los dermatólogos por sus múltiples beneficios: el retinol o la vitamina A. Aumenta la síntesis de colágeno y elastina, acelera la renovación celular, lucha contra la oxidación de los radicales libres y combate el fotoenvejecimiento y la glicación.

Por su capacidad exfoliante y renovadora es un principio activo que se recomienda aplicar solo por la noche. Al principio en  concentraciones bajas y espaciando los días de aplicación. Lo aconsejable es cada dos o tres días las dos primeras semanas. Una vez que se comprueba que la piel tolera bien el ingrediente y no se enrojece, se pueden aumentar las concentraciones y aplicar de forma más continuada. 

Al favorecer el recambio celular, mejora las finas líneas de expresión. Y si su concentración es alta, también actúa en las arrugas más profundas, como las conocidas como “líneas de marioneta”.

La combinación de sérums hidratantes y antioxidantes es una magnífica fórmula antiarrugas para mantener la piel tersa y joven más tiempo. Aquí tienes una amplia selección para que elijas en función de las necesidades de tu piel y de tu bolsillo. Te dejamos con nuestro inspirador escaparate.

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