¿Cuántas oportunidades diarias crees que pierdes al día de hacer ejercicio? Esta pregunta es muy importante, porque no cabe duda de que el tiempo no le sobra a nadie. Vivimos diciendo “no me da la vida”, “no tengo tiempo para nada”, “¿ir al gimnasio? Imposible, no llego”. Y después, desperdiciamos oportunidades que se nos presentan de forma cotidiana para poner en marcha el cuerpo.

Este, asegura Felipe Isidro, catedrático en ejercicio físico, es el gran problema del siglo XXI. Porque el cuerpo, asegura, está hecho para moverse, pero en el mundo moderno tenemos ciento de alternativas para no hacerlo.

Ejercicio en casa
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En un mundo en el que el sedentarismo es el rey y bajar de peso parece un desafío imposible, el catedrático tiene las claves para cuidar de nuestro cuerpo, ponernos en forma y aprovechar cada minuto del día. Y el secreto está en las escaleras.

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Las escaleras

En una entrevista que el experto concede a la Federación Canaria de Tenis, ofrece una importante definición: “La actividad física es moverse más allá de estar tumbado o sentado. Cualquier movimiento de nuestra actividad diaria se llama actividad física, y cuanto más tengas, mejor”.

Aunque parece evidente, esta definición no está tan clara como debería. Cuando hablamos de “actividad física”, pensamos siempre en deporte, en ir al gimnasio, en hacer una tabla de ejercicio. Y no, tu capacidad de ponerte en forma está en cada gesto que hagas, en lo cotidiano.

Por ejemplo, expone el experto, “siempre será más beneficioso subir escaleras que coger el ascensor o caminar a un sitio siempre que pueda, y no coger el coche o la moto”. Esto, sin embargo, no queda del todo claro, y por eso Isidro se lamenta y asegura que “no nos movemos tanto como deberíamos”.

La razón, en muchos casos, es que ya no hay “tanta necesidad de movernos, ya que tenemos al alcance comodidad que nos invitan a movernos cada vez menos”. Y esto, aunque no lo creas, es el verdadero enemigo de la forma física. Solo con movimiento podemos mantener la figura y cuidar del cuerpo.

Empezar en la edad adulta

Si no has tenido costumbre nunca de hacer ejercicio y tu nivel de actividad física es muy baja, es posible que te preocupe empezar en la edad adulta. Por suerte, Isidro nos da las claves para entender cuán cierto es aquello que suele decirse de “nunca es tarde para empezar”.

El experto nos asegura que, si bien “a lo largo de la vida perdemos músculo y fuerza”, es posible recuperarlo si trabajamos “para tener función en la vida diaria”. ¡Que no se trata, ni siquiera, de mantener una buena figura! Más allá de lo estético, que está garantizado si hacemos ejercicio, estar activos es clave para vivir muchos años sin limitaciones físicas.

Para ello, el experto recomienda “hacer ejercicios cardiovasculares, como nadar, correr y coger la bicicleta”. Pero para poder hacer todo esto, necesitamos algo, si cabe, más importante: “se necesita fuerza”.

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Trabajar la fuerza

Sin músculo, no hay movimiento. Sin músculo, no hay tonificación. Y sin movimiento ni tonificación, ni vas a poder verte delgada y fibrosa, ni vas a poder mantenerte activa en tu día a día. Así que, tanto por estética como por estilo de vida, necesitas desarrollar tus músculos.

Por suerte, empezar es muy sencillo. “Se puede empezar con ejercicios sencillos con tu propia fuerza corporal. Hay que trabajar las piernas, que es el grupo muscular más grande, haciendo zancadas o sentándonos y levantándonos”. Y la clave, como ya te adelantaba son las escaleras.

Porque, según Isidro, la forma más sencilla y accesible de empezar a entrenar la fuerza, es “subir y bajar escaleras para trabajar esa fuerza”. Y una vez hecha esta conquista, “podemos seguir ampliando el abanico de ejercicios”.

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Avanzar desde el amor

Es posible que al leer este artículo te haya aparecido por la mente la idea de que tienes la culpa de todo. No empezaste a entrenar a tiempo. No te mueves lo suficiente. No eliges las escaleras siempre en lugar del ascensor. No sirve de nada machacarte, porque, de hecho, no es tu culpa. “Las personas no son culpables del sedentarismo”, revela Felipe Isidro en la mencionada entrevista, “el entorno no ayuda”.

Y no solo no ayuda, continua, “sino que invita a serlo”. Por eso, en su opinión profesional, la clave está en “inculcar el hábito de hacer ejercicio físico y, sobre todo, a edades muy tempranas. El ejercicio”, asegura, “debe ser como lavarse los dientes todos los días. No debes no plantearte si hacerlo, debes hacerlo”.

Con esta idea, y con la conciencia de que nunca es tarde, es hora de cuidarnos desde el amor. No te mires al espejo y te reproches no tener el cuerpo que querrías, cuídalo como si fuera tu casa. Y es tan fácil como empezar a subir la escalera, como salir a caminar todos los días. Porque cualquier esfuerzo, por pequeño que parezca, suma.

Y no, no necesitas ir al gimnasio ni levantar pesas de 20 kilos. Basta con que, a partir de ahora, mantengas tu cuerpo en movimiento y uses tu propio peso para desarrollar tu musculatura, con gestos tan sencillos como subir las escaleras.