Come, medita y camina: 15 claves para estar sana todo el año

Respira y escucha. Dedicar unos minutos cada día a alegrar tus oídos solo puede tener ventajas. Disfrutar de tus canciones favoritas te alegrará el día y conseguirá que estés más relajada y feliz.

Hablamos de una siesta de 20 o 30 minutos, no más. Dormir la siesta habitualmente podría reducir la mortalidad coronaria. Además, puede aportar mayor agilidad mental, relaja tu corazón, te ayuda a aliviar tensiones y tus niveles de concentración serán mayores.

Hacer ejercicio moderado a diario no tiene únicamente beneficios para tu cuerpo (mejora tu forma física, reduce el riesgo de tener hipertensión, ayuda a mantener el peso…), sino que a nivel psicológico son todo ventajas. Aumenta tu autoestima, rebaja el estrés y la tensión, evita la depresión y te ayuda a relajarte y dormir mejor.

Un estudio realizado por la Universidad Estatal de Oregón (EE. UU.) sugiere que beber vino moderadamente puede reducir la grasa del hígado, que favorece la enfermedad cardiovascular. Este efecto se debe al resveratrol que contiene. Pero el consumo tiene que ser muy moderado, ya que el exceso de alcohol aumenta el riesgo de padecer cáncer de mama. 

Las mujeres dormimos peor que los hombres y eso pone en peligro nuestro corazón. Según un estudio publicado en el European Heart Journal, no dormir las horas suficientes triplica las posibilidades de sufrir una insuficiencia cardiaca. Para dormir como un bebé lo mejor es tomar una cena ligera que te ayude a conciliar el sueño.

Estar en una zona ruidosa, no solo en la calle, también en la oficina, en casa… favorece el estrés. Así que evita tanto como puedas estar largos periodos en ambientes de mucho ruido; y si no puedes, un buen remedio es utilizar tapones.

La “S” es de socializar. Y es que según investigadores australianos, las personas que cuentan con una buena red de amigos pueden vivir hasta 10 años más que las que no los tienen. Haz hueco en tu agenda para quedar con amigas o apúntate a actividades como cursillos, grupos deportivos, etc. Te lo pasarás bien y cuidarás tu salud.

Los rayos solares te ayudan a sintetizar la vitamina D, muy necesaria para controlar la presión, asimilar el calcio (para tener unos huesos fuertes) y disfrutar de un sistema inmunitario de hierro. Dedica unos minutos al día a ponerte al sol y verás cómo tu cuerpo te lo agradecerá.

Respirar aire puro y alejarte del estrés de la gran ciudad tiene muchos beneficios para tu estado de ánimo y te ayudará a reducir la ansiedad. Un estudio de la Universidad de Stanford (EE. UU.) sugiere que algo tan simple como una caminata por el campo puede ayudar a reducir el riesgo de sufrir depresión.

Prestar ayuda a un ser querido le beneficia a él pero también a ti. Un nuevo estudio en mujeres basado en imágenes cerebrales y realizado por científicos de la Universidad de California en Los Ángeles (EE. UU.) afirma que el apoyo dado puede repercutir directamente en el cerebro de la persona que proporciona ese mismo apoyo, reduciendo el estrés.

Según un estudio impulsado por la marca Special K, centrarte en los puntos fuertes de tu cuerpo, en lugar de en los defectos, y pensar en todo lo que ganarás si pierdes peso, te ayudará a sacarte esos kilos de más. De hecho, las mujeres que piensan en positivo son un 25% más exitosas perdiendo peso y 8 veces menos propensas a engordar. 

No debería hacer falta repetir los beneficios del sexo para tu salud, pero allá vamos. El sexo ayuda a fortalecer la musculatura y los huesos, mejora el sistema inmunológico, disminuye la hipertensión arterial y contribuye a mitigar dolores porque libera endorfinas, un neurotransmisor con efecto analgésico. Además, pone en forma tu suelo pélvico y mantiene en buen estado la vagina en la menopausia. 

Sí, como lo lees. La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria y el Centro de Información Cerveza y Salud han emitido un comunicado sobre el consumo moderado de cerveza y sus beneficios a la hora de proteger de infecciones y reforzar el corazón. Además, en mujeres, una lata al día previene la anemia. Eso sí, no te pases, porque el alcohol tiene muchas calorías escondidas (y vacías).

Yoga, taichí, meditación… Estas técnicas de relajación –u otras con las que te sientas más afín– pueden ayudarte a controlar el estrés. Si no te sientes cómoda practicándolo en un gimnasio, puedes preparar tu propio “estudio de yoga” y practicarlo en casa. 

¡Y vete de vacaciones! Aunque la preparación (sobre todo si son vacaciones largas) suele conllevar estrés, tómatelo con calma. Se ha demostrado que las personas que disfrutan de unas vacaciones dos veces al año, además de ser más felices, tienen menos probabilidad de sufrir una enfermedad cardiaca.