Y no por la razón que crees

10 veces en las que tu salud está en riesgo solo por ser mujer

La Medicina no trata por igual a mujeres y hombres. Descubre qué falla para estar bien informada. Porque en materia de salud, la información no es poder, es vida.

Mamen Lorenzo

Directora de Estrategia Digital

8 de marzo de 2023, 07:52

Tan triste como cierto. El sistema sanitario no trata por igual a mujeres y hombres. A nosotras se nos medica más, se nos hacen menos pruebas –que podrían salvarnos la vida– e incluso se desconocen o confunden nuestros síntomas. Y no lo decimos solo nosotras, los propios médicos ya se están dando cuenta. Afortunadamente las cosas están cambiando, aunque no tan rápido como deberían. Hay muchos errores de diagnóstico y errores médicos que al final pagamos nosotras, con nuestra salud e incluso con nuestra vida.

Ideas preconcebidas que nos ponen en peligro

Si preguntas cuál es la primera causa de muerte según el sexo, lo habitual es que se hable del cáncer de mama en la mujer y del infarto en el hombre. Pero no es así. Los datos del informe Defunciones según la Causa de Muertes del 2016 del Instituto Nacional de Estadística demuestran que las enfermedades del sistema circulatorio (insuficiencia cardiaca, infarto, etc.) son la primera causa de mortalidad femenina (272,7 muertes por cada 100.000), segunda entre los varones (242,5 por cada 100.000).

  • El peligro. Como explica la Dra. María Teresa Ruiz Cantero, profesora del Área de Medicina y Salud Pública en la Universidad de Alicante, en el monográfico Sesgos de género en la Atención Primaria, ante un síndrome coronario agudo, por ejemplo, a igual gravedad, se hacen más cateterizaciones –una intervención que salva muchas vidas– a los hombres que a las mujeres, evitándose así más muertes de hombres que de mujeres.
  • ¿Por qué? Como apunta la doctora Ruiz Cantero, la diferencia es de género. Así lo explica un estudio desarrollado por la Universidad de Siena (Italia) y la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres sobre pacientes con infarto agudo de miocardio, angina, isquemia crónica y dolor precordial. Según este estudio, hombres y mujeres son tratados de forma diferente sin que esto tenga que ver ni con su edad ni con la gravedad de sus síntomas. Solo por la (falsa) percepción de que lo que les pasa a ellos es más grave.

El referente es masculino

En la última temporada de Anatomía de Grey, la doctora Bailey sufre un ataque al corazón, pero el médico que la atiende no quiere hacerle una prueba de esfuerzo para diagnosticarla porque no presenta el típico síntoma de dolor en el pecho, más propio del hombre que de la mujer, cuyos síntomas son más difusos y que pueden confundirse con un ataque de ansiedad.

  • No somos iguales. Bailey le recrimina que “si yo fuera tú tendría en consideración las estadísticas de lo que les pasa a las personas que no son iguales a ti”. Porque la medicina, como dice Ruiz Cantero, “define y mide los problemas de salud de las mujeres basándose en la aceptación de que la norma de salud y enfermedad es lo que les sucede a los hombres blancos”.
  • Somos “atípicas”. El infarto femenino se cataloga de atípico, pero “el infarto atípico es el típico de las mujeres”. Si no se considera normal, es porque no es el del hombre.

Creencias sin base científica

La endocrinóloga Valls Llobet afirma: “Hasta los 90, se pensaba que la mujer estaba naturalmente protegida contra las enfermedades cardiovasculares (por sus hormonas) y que no era necesario realizar estudios al respecto que tuvieran en cuenta las diferencias de género”. Y eso cuando las enfermedades cardiovasculares son nuestra primera causa de muerte.

El "factor emocional"

Valls Llobet señala una tendencia a atribuir problemas de salud de la mujer a causas emocionales.

  • ¿Anemia o depresión? Según la endocrinóloga, en los manuales de medicina se da como normal que la mujer en edad reproductiva sufra anemia por falta de hierro. Pero cuando acude a la consulta quejándose de cansancio, malestar y problemas de concentración –síntomas claros de anemia– en lugar de un análisis de sangre para evaluar sus reservas de hierro, se le suele recetar ansiolíticos atribuyéndolos a causas psicológicas.
  • ¿Y si fuera la tiroides? También se ha visto que muchos casos diagnosticados como depresión en realidad se debían a hipotiroidismo

Estamos sobremedicadas

Hasta hace muy poco las mujeres no formábamos parte de los ensayos clínicos de nuevos medicamentos porque se suponía que los resultados en hombres eran extrapolables a mujeres automáticamente, cuando, de media, las mujeres pesamos menos, nuestro cuerpo tiene más grasa y estamos más sujetas a cambios hormonales.

  • Nuestros cambios hormonales. Ruiz Cantero señala que si no se incluye a la mujer en los ensayos clínicos de los medicamentos no se detectan “posibles problemas de interacción entre el fármaco evaluado y la variabilidad hormonal periódica de las mujeres, muy diferente a la de los hombres, lo cual puede tener como consecuencia más efectos secundarios”.
  • Metabolizamos diferente. Como apunta Valls Llobet, “varios estudios han demostrado que la actividad de una enzima hepática que ayuda al metabolismo y la transformación de numerosos fármacos es hasta un 40% superior en mujeres que en hombres”, por lo que nuestras dosis deberían ser más bajas.
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