La Navidad no tiene por qué ser sinónimo de preparaciones y guisos súper pesados. Las ensaladas también encajan. Tan solo tienes que añadir algún ingrediente especial (como el marisco, el jamón de pato, un queso cremoso o frutas tropicales y exóticas, por ejemplo) y, de este modo, una simple ensalada de diario se convierte en una fiesta para los sentidos repleta de magia.