Ya está aquí el buen tiempo. Y con las temperaturas suaves se han disparado nuestras ganas de organizar planes fuera de casa. Por eso te recomendamos esta selección de espacios que van a enamorar a las más foodies y que, además, ofrecen entornos e interiorismos que no dejan a nadie indiferente. ¡Comenzamos!
Al estilo chiringuito y con cocina de categoría
Bajo los mandos de Enrico Maimonte -formado en algunas de las cocinas más prestigiosas del mundo y recién nombrado Chef de Cuisine de NOBU Hotel Ibiza Bay-, te presentamos uno de los mejores restaurantes de Ibiza. Situado en la playa de Talamanca, ofrece deliciosas elaboraciones con protagonismo de los productos locales. Vas a disfrutar de comidas relajadas con los pies en la arena y el relajante sonido del mar de fondo.
Algunos de sus platos estrella son las famosas alcachofas con queso Idiazábal, gambas al pil-pil, almejas a la marinera, las croquetas, el pulpo o la tempura de bogavante, bacalao y espárragos. Y, por supuesto, los pescados de la isla -a la sal o al horno-, fresquísimos y que llegan en su punto perfecto. Ofrecen algunos de los arroces más sabrosos que puedes probar en la Isla Blanca: no te pierdas la paella ciega con rape, sepia, gambas, mejillones; el arroz con bogavante; la auténtica paella valenciana; la de verduras con trufa laminada; o el arroz con langosta de Formentera con rape, sepia y gamba.
¿Un plus? Su entorno, situado sobre la misma arena del Mediterráneo y bajo las palmeras. Chambao By the Beach es una opción ganadora para disfrutar del mar, el sol y la buena cocina, siempre con el toque de lujo relajado característico de NOBU Ibiza Bay.
Jérôme Galland
Con esencia italiana e instagrameable
Este restaurante madrileño es toda una revolución. Circolo Popolare, a los pies de la icónica Torre Picasso, es uno de los sitios de moda en los últimos tiempos. Es imposible no caer rendida al espacio donde se ubica: inmenso y acogedor, con dos plantas que tienen techos de más de tres metros de altura, una iluminación hecha a mano en Murano, colores vibrantes y salones repletos de pequeños detalles que deslumbran; como los muebles inspirados en Saarinen, las obras de arte de Olivetti o las revistas Domus de los 50. Aunque uno de los rincones más impactantes es la pared con dos mil botellas vintage iluminadas.
También destacan los centenares de metros de tela de leopardo que cubren el mobiliario. La propuesta gastronómica es casera, con productos que llegan de los mejores proveedores italianos (y también algunos locales). Y sí, es posible comer bien por unos treinta euros por comensal. Por ejemplo, pidiendo entrantes como las burratas traídas directamente desde Puglia; la stracciatella cremosa; la mortadela al tartufo de Negrini; los arancini pulled pork o sus ricas croquetas con punto de trufa. Como principales te puedes decantar por la pasta Casarecce all’arrabbiata si prefieres un puntito picante.
Aunque si te quieres dar un capricho, el pappardelle al bogavante es una explosión de marisco en tu boca. Las pizzas son otro de sus puntos fuertes y, entre ellas, atentas a un novedoso formato para compartir: la pizza al metro, ochenta centímetros de largo con una base extra crujiente, y sabores como la de mortadela y pistacho. Para terminar, el tiramisú o la mousse de chocolate XXL, perfecta para dos. ¡Y atención a los cócteles de autor y a sus bebidas para compartir! Como el Aperol Spritz o la Sangría Perche Ti amo, una versión “a la italiana” con lambrusco, perfecta para cinco o seis amigas.
Brasserie con decoración de premio
Dicen los expertos que es uno de los espacios más elegantes de la Costa del Sol y razón no les falta. El marbellí Nota Blu con sus mármoles, maderas, dorados y terracotas es un espectáculo visual. Sin olvidar los elementos nobles, el suelo de piedra natural y un mobiliario cálido de formas orgánicas con grandes ventanales a una terraza que cede todo el protagonismo a la vegetación.
La arquitectura destaca en la soberbia fachada de un local con mucha historia, ya que fue refugio de la jet set de medio mundo en la década de los setenta. Si bien en 2023 recibió el galardón al “Restaurante más bonito del Mundo” por los Restaurant & Bar Design Awards, la propuesta culinaria de Nota Blu -con Fabian Cangas como chef ejecutivo de Casanis Group- es notable.
Predomina la frescura de platos clásicos, un producto prácticamente sin manipulación y reclamos como la ensalada de coliflor, el sashimi de atún en brick crujiente, el lenguado Miso Meunière, el bogavante gratinado y la pizzeta de trufa. Entre las novedades de esta temporada destacan el tartar de gamba roja y caviar, o el surtido de frutos de mar más selecto. No nos olvidamos de la enoteca con más de dos mil botellas y la carta de cócteles, aportación de Colo Linari, uno de los bartenders más aclamados del momento.
Un trocito del Perú más auténtico
Os presentamos la joya de la cocina “peruyorkina” que ha conquistado Madrid desde su llegada a la capital. Llama Inn, situado en la siempre animada calle de Conde Xiquena 2, ofrece una experiencia culinaria contemporánea que fusiona lo mejor de la cocina peruana con un toque moderno.
En un ambiente que da importancia tanto a la esencia de Lima como a Brooklyn, merece la pena visitarlo por sus creaciones y sabores sorprendentes. Mantiene la base de la gastronomía genuina de Perú, pero adopta guiños contemporáneos que enriquecen la carta. Los ceviches y tiraditos son una fiesta, pero trabajan estupendamente la parrilla y las especialidades calientes.
Dos de sus platos estrellas son el lomo saltado, con crêpe de cebollino, ajíes encurtidos, palta, crema de rocoto (uno de los mejores de España); y el arroz con pato jerk, al wok con magret a la brasa. Interesante la carta de cócteles, sobre la que siempre están innovando y muy destacable su ya famoso brunch de los domingos, ¡no te lo puedes perder!