No te cortes un pelo

Olga G. San Bartolomé

No te cortes un pelo

Soy peluquera profesional desde hace más de 30 años. Mi experiencia me ha enseñado que cada cabello, cada piel y cada cuerpo son diferentes y reaccionan de una manera distinta en cada caso. Como los productos y trucos no funcionan en todas las mujeres igual, os iré contando casos reales con los que me encuentro día a día y las soluciones más efectivas para cada problema.

Qué herramienta de peinado es mejor para ti

"¿Secador o plancha?"

Piensa primero en cómo es tu pelo y qué peinados sueles hacerte. Esto te ayudará a decidirte a la hora de escoger entre el secador o la plancha.

Chica pelo secado
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Olga G. San Bartolomé

Peluquera experta en cuidado del cabello con más de 35 años de experiencia.

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Es una duda muy habitual entre mis clientas. Cuando he acabado de peinarlas, muchas me preguntan qué herramienta es la mejor para mantener su look. La respuesta es que siempre depende del corte o estilo que lleves y, por supuesto, de la calidad de tu cabello (si es fino, grueso, rizado, encrespado, teñido, seco, quebradizo...)

En función de las necesidades prioritarias de tu pelo, será más recomendable elegir la plancha o el secador. Y para que lo veas más claro, aquí tienes tres casos prácticos. Seguro que en alguno de ellos te ves reflejada y te sirve de orientación.

1. Media melenita escalonada

¿Tu pelo es además muy fino y encrespado y tiene las puntas algo deshidratadas y quebradizas?

Qué herramienta y productos puedes utilizar

  • Lo primero es usar un champú y acondicionador que recuperen el cabello dañado. Antes de secar, aplica un producto de peinado especial que controle el encrespado y proteja del calor del secador.
  • La herramienta ideal es un secador de iones negativos. De esta forma, cierras por completo las cutículas del cabello. Además, ahorras tiempo en secarte el cabello y es mucho más silencioso.
  • El complemento ideal es un cepillo especial para cabellos finos, que facilita un acabado perfecto.

Cuando hayas terminado de secar y moldear, tendrás la sensación de haberte hecho el mejor de los tratamientos en el cabello. Lo sé, verlo para creerlo: un cabello suelto, hidratado, brillante y sedoso.

Chica secador

2. Pelo abundante y grueso

Posiblemente también tengas el pelo rizado y muy encrespado, y, ¡cómo no!, te apasiona llevar el cabello liso.

Qué herramientas y productos utilizar

  • Lo más importante es centrarte en el encrespado. Ya que quieres una melena bien lisa y pulida, tienes que controlar y facilitar el peinado. Así, el champú y acondicionador debería ser antifrizz.
  • Antes del secado, ponte una crema de peinado, que te ayudará a controlar el encrespado. Si esta no tiene protección térmica, aplica después un poco de protector para asegurarte de que el cabello quede totalmente protegido del calor del secador y la plancha.
  • En este caso, se usa primero el secador (mejor si es iónico) y se pasa después la plancha. Merece la pena invertir en una que sea profesional para facilitar el peinado. Seguro que la amortizarás: te durará más tiempo y protegerá mejor el pelo.
  • Al acabar, utiliza una laca de fijación suave que mantenga al cabello alejado de la humedad del ambiente.

3. Melena larga y lisa

¿Lo llevas teñido y es algo quebradizo? No me digas más, seguro que preferirías tener algo de movimiento de medios a puntas.

Qué herramientas y productos utilizar

  • Para lavar y acondicionar el cabello, utiliza una gama reparadora. De esta manera conseguirás que en poco tiempo el cabello deje de romperse y que las puntas estén más hidratadas y flexibles.
  • Antes de secar, aplica, sobre todo en puntas, un protector térmico específico para cabellos coloreados o con mechas.
  • Como en los casos anteriores, seca con un secador iónico, porque así sigues aportando hidratación.
  • Y si quieres darle forma de medios a puntas, usa la plancha, mejor si es de vapor. Con ella además de unas ondas sueltas y preciosas, conseguirás que se vean más flexibles. Esta plancha es muy recomendable para cabellos que de alguna manera están secos o castigados.

Texto: Olga G. San Bartolomé