Ana Molina, dermatóloga: “Lavarse la cara por las mañanas con jabón no es malo, pero tienes que utilizar un jabón adecuado”

Si eres asidua a las redes sociales, habrás visto como, en los últimos meses, las voces en contra de la limpieza facial se han multiplicado estrepitosamente. Cada vez son más los que defiende aquello de que lavar la cara diariamente tiene mucho más contras que pros, derivando hasta posicionamientos tan extremistas como el último movimiento, visto en TikTok: la ‘rutina cavernícola’ en la que, sencillamente, se elimina cualquier rastro cosmético de la piel e, incluso, cualquier ápice de agua, bajo la teoría de que la piel es capaz de regenerarse sola. 

Pero, ¿qué hay de cierto en este enfoque? ¿Es verdad que la limpieza facial es más perjudicial que beneficiosa para nuestra piel o es un bulo más, de los tantos que se propagan en el universo online? La Dra. Ana Molina, médico especialista en dermatología, tricología y estética, es firme: “Hay que limpiar la piel. Ya no solo por el maquillaje, que tiene una serie de metales, de pigmentos, etcétera, que pueden dañar la piel; sino por toda la polución que acumulamos en la piel durante el día y que tiene un impacto directo en nuestra piel”, explicaba en una de sus últimas charlas con Pelayo González, de PeopleUPcast.

Eso sí, que debamos lavar nuestro rostro por la multitud de partículas que se depositan sobre ella, no quiere decir que todo valga ni que todo sea igual de apropiado. Al igual que concretamos nuestra hidratación o nuestros sueros específicos en función de las necesidades de nuestra piel, la higiene facial debe diseñarse en función a las diferentes patologías que esta pueda presentar. 

Para resolver todas nuestras dudas en torno a al lavado del rostro, sobre sus beneficios, sobre cuándo realizarla y, especialmente, sobre el cómo y con qué tipo de limpiadores hacerla, desde la redacción de revista CLARA contamos con la opinión de la dermatóloga Ana Molina, junto al aval de otros especialistas.

Por qué limpiar la piel diariamente, según una dermatóloga

“El primer paso de una rutina facial siempre debe ser la limpieza”, introduce la Dra. Molina cuando se le pregunta por el paso a paso más adecuado para cuidar la piel. Una recomendación que forma parte de la nueva lista de consejos que la dermatóloga ha diseñado en colaboración con LIDL y que se apoyan idealmente con los nuevos lanzamientos de Cien, que incorpora los productos de cuidado específicos para el verano, con la mejor relación calidad-precio. 

Esta, además, añade que, durante todo el año, pero, especialmente, en los meses de verano, “la piel está expuesta a múltiples factores que pueden comprometer su equilibrio natural. Por eso, es fundamental adoptar una rutina de cuidado que combine una fotoprotección eficaz con una limpieza suave que ayude a restaurar su manto lipídico”. Dos pasos imprescindibles para la dermatóloga con los que, al mismo tiempo, se desmarca de cualquier negativa a no lavarse la cara. 

Eso sí, lavarse la cara no solo ayudará a sentir la piel limpia y ligera. Si no que, gracias a que este cosmético retira un importante porcentaje de residuos dañinos, también se ha demostrado que es un potente agente antienvejecimiento, protegiendo la función barrera de la piel y evitando que esta se degrade progresivamente. 

“En el último congreso de dermatología, nos dijeron claramente que la limpieza es uno de los pasos de la rutina que más eficacia ha demostrado para prevenir el envejecimiento, es decir que si tú solo pudieras hacer algo, desde luego sería protegerte del sol y limpiar muy bien la piel (de restos de maquillaje, de polución, de todo esos contaminantes que dañan nuestra piel) por encima de, por ejemplo, la hidratación”, explicaba la propia doctora en su conversación con Pelayo González. 

Cómo y cuándo debemos lavarnos la cara

Ahora bien, a la hora de hablar del momento del lavado o del cómo hacerlo, debemos tener especial cuidado. Al igual que ocurre con el lavado del cabello, se requiere de mimo, tiempo y de productos específicos para tratar la piel como esta se merece. De ahí que no todos seguiremos la misma rutina de higiene. 

Por ejemplo, en lo que refiere a cuándo debemos lavar nuestro rostro, Ana Molina sostiene que “si vives en un lugar con mucha contaminación o te has maquillado, la (doble) limpieza nocturna es esencial para mantenerla saludable.” Para realizarla, primero “usa un limpiador a base de aceite para eliminar toda la suciedad liposoluble (maquillaje, contaminación, exceso de sebo). Y, después, un limpiador a base de agua para eliminar los residuos restantes y dejar la piel fresca”, señala la doctora, añadiendo que, de esta forma, “te deshaces de todo lo que la piel no necesita y tu rostro queda limpio y libre de impurezas”. 

Pero si, además de esta limpieza profunda, queremos completar nuestra higiene a la mañana siguiente, para retirar productos más untuosos o grasosos que no se han absorbido del todo, no pasa nada. “Lavarse la cara por las mañanas con jabón no es malo, pero tienes que utilizar un jabón adecuado”, nos aclara la dermatóloga. 

¿Qué limpiador es mejor para lavarnos la cara?

Al igual que el cuándo o el cómo lavarnos la cara despierta ciertas dudas, también es imprescindible saber qué jabón o, mejor dicho, qué limpiador cosmético, es mejor para conseguir un rostro limpio y saludable. 

Para la Dra. Molina, “los limpiadores conocidos como SYNDET o limpiador sin jabón o sin sulfatos, son el tipo de limpiadores que siempre debemos usar”, independientemente de nuestro tipo de piel. Estos son jabones específicamente diseñados para la limpieza de la piel, “diseñados con un pH similar al de la piel (que es 5,5)” y con tensoactivos suaves “capaces de hacer una limpieza exhaustiva, pero a la vez respetuosa”, apostilla Ana Molina. 

Estos, además, permitirán hacer una limpieza saludable y enfrentar errores tan comunes como un exceso de limpieza que, en ciertas pieles, pueden derivar en problemas de sequedad. “Con la edad, la piel está más seca y el gran error que vemos es que la gente retira su grasita natural en la limpieza. Pero no, hay que respetar la grasa natural”, añade Molina y, para ello, este tipo de jabones son ideales. 

Una apreciación que la Dra. Leire Barrutia, dermatóloga especializada en dermocosmética, completa, afirmando que, junto a estas fórmulas suaves, existen geles limpiadores en función del tipo de piel que poseamos. “Si tenéis piel grasa, un gel limpiador con ácido salicílico o ácido glicólico, puede ser beneficioso. Mientras que, si tenéis piel seca, podéis escoger un gel limpiador más suave, que respete la función barrera”, explica Barrutia. 

Esta, además, propone completar esta limpieza con fórmulas exfoliantes que retiren, renueven y mejoren el estado de la piel. En palabras de Barrutia, “algo que podéis hacer es, sin aclararos el gel limpiador,  aplicar encima un exfoliante físico o scrub. Esto se puede hacer todos los días y aunque parece que, a veces, nos puede irritar la piel, al contrario. Fortalece la barrera cutánea.”

Cómo completar tu rutina diaria, según la Dra. Ana Molina

Y si, entendida esta higiene fácil, quieres optimizar tu día a día con cosméticos que ayuden al mantenimiento y mejor de la piel, tengamos la edad que tengamos, Molina, en colaboración con LIDL, defiende que, una vez, la piel está limpia, el siguiente paso es la hidratación.

En pieles maduras “se recomienda aplicar una crema con efecto reafirmante que contribuya a reforzar la función barrera de la piel y a prevenir el envejecimiento prematuro inducido por la radiación UV”, explica la doctora. Mientras que, para pieles más jóvenes, lo ideal será una hidratante más ligera y con activos como, por ejemplo, el ácido hialurónico, “capaz de aportar hidratación prolongada a la piel hasta 72 horas y de activar los procesos intrínsecos de la piel para la propia producción de ácido hialurónico.” 

Y cierra tu rutina facial con un buen protector solar, preferiblemente de alto espectro, dado que será tu mejor tratamiento antiedad. Eso sí, deberás “usarlo cada día y reaplicarlo es imprescindible durante la temporada estival”, concluye la dermatóloga.