Los nutricionistas se ponen de acuerdo: estos son los alimentos que NO puedes congelar (y los que sí)

El queso es uno de los alimentos que más controversia provoca acerca de si se puede congelar o no. Y la respuesta, por más que nos pese, no es rotunda ni absoluta. Poderse se puede congelar, pero los más puristas no lo recomiendan en ningún caso porque durante el proceso de congelación se rompe su estructura interna y al descongelarse se vuelve quebradizo.

¿Qué se puede hacer entonces?

• Si por lo que sea necesitas congelarlo (como, por ejemplo, cuando te ha sobrado mucho y no quieres tirarlo), se recomienda guardarlo ya rallado, en daditos, o cortado en cuñas o lonchas. Así lo puedes usar directamente después de descongelarlo y no lo tienes que manipular, que es cuando se rompe.
• Además, ten en cuenta que no todos los quesos reaccionan igual a la congelación. Los que peor llevan el congelado son los muy cremosos, los frescos, los requesones y los muy secos o curados. Y los que mejor lo llevan son el camembert, brie, havarti y los de dureza intermedia tipo emmental o gouda.

Aunque es posible que pierda parte de su textura original, por regla general, sí se puede congelar el arroz o la paella, pero el congelado tendrá que ser diferente dependiendo de si está suelto o es caldoso.

Cómo congelar el arroz

• Si es arroz suelto, como el arroz blanco, el de la paella tradicional o al horno, se puede poner en un tupper, procurando dejar el mínimo aire posible, y cerrarlo herméticamente con la tapa o film de cocina.
• Si es caldoso, en cambio, se recomienda separar el caldo del arroz, congelarlos por separado, y cocinarlos juntos de nuevo cuando los descongeles.

Solo tienes que echar un vistazo a la sección de congelados para ver que sí se pueden congelar las almejas, pero no de cualquier modo.

Cómo congelar almejas

• En el caso de este molusco, se recomienda congelarlo en crudo y con cáscara y todo, pero bien lavado. Para hacerlo, puedes colocar las almejas en un recipiente con agua y sal para que vayan soltando la arena y otras impurezas. Y pasadas unas horas, escurrirlas bien, meterlas en una bolsa de congelación, y meterlas en el congelador, donde pueden aguantar hasta unos tres meses.

La calabaza es una de las hortalizas que mejor aguanta la congelación, tanto cruda como cocida.

Cómo congelar calabaza

• Si la quieres congelar cruda, lo más recomendable es pelar la calabaza y cortarla en daditos. Para que no se peguen entre ellos durante el proceso de congelación, cólocalos separados sobre una bandeja que quepa en el congelador, tápala con papel film, congélala un par de horas y, luego, júntalos todos en un tupper o una bolsa. Así te será más fácil usar solo la cantidad que necesitas cada vez.
• Otra opción es congelarla cocida en forma de puré o crema. Solo tienes que cocinarlos de la forma habitual, dejar que se enfríe y, luego, meterlos en el congelador. Para que te dé más juego, la puedes congelar en raciones individuales o incluso rellenando una cubitera de hielo, para así tener cubitos que añadir a tus guisos, como hacemos con nuestra crema de veduras.
   

Las acelgas, como las espinacas y otras verduras de hoja verde, se pueden congelar siempre y cuando estén hervidas o escaldadas al menos, ya que las hojas frescas se estropean durante la congelación. Y una buena idea es separar los troncos, que son más duros, de las hojas verdes, que se estropean más, y congelarlos por separado.

Cómo escaldar y congelar acelgas

1. Pon agua a hervir y ten preparado un recipiente al lado con agua con hielo.
2. Una vez lavadas, sin las hebras del tallo y cortadas, súmergelas de 2 a 3 minutos en el agua hirviendo.
3. Acto seguido, pásalas rápidamente al agua helada. Así paras de golpe la cocción y, al mismo tiempo, las blanqueas.
4. Luego, solo te falta escurrirlas bien para que tengan la menor cantidad posible de agua.
5. Y como en otros casos, congélalas en tuppers o bolsas de congelación, en porciones pequeñas o raciones individuales.

Como en el caso de las almejas, también se pueden congelar los mejillones, pero a diferencia de estas, se recomienda congelarlos ya cocinados y sin la cáscara.

Cómo congelar mejillones

• Lávalos bien, ábrelos cocinándolos al vapor o hervidos, retíralos de la cáscara y congélalos. También puedes congelar aparte el caldo que han soltado para añadir a guisos y sopas de pescado. 

La tortilla de patatas, como otros alimentos o comidas que llevan patata, de entrada no se deben congelar porque la fécula se deshace durante la congelación y la patata se 'encalla', pierde su sabor y su textura se vuelve harinosa.

Cómo congelar tortilla de patatas

• Sin embargo, hay quien defiende que se puede hacer si se congela la tortilla a medio hacer. Es decir, fríes las patatas, las mezclas con el huevo batido y congelas la mezcla sin cocinar, dejando el cuajado para cuando la vayas a consumir.

La pasta es otro de los alimentos que la mayoría de expertos ponen en la lista de los alimentos que no se pueden congelar porque no reaccionan bien a la congelación y descongelación.

Cómo congelar la pasta

• Como en otros casos que te hemos mostrado, si te ves en la necesidad de hacerlo, procura que sea suelta, bien escurrida y rociada con aceite para que no quede pegada. Y cuando vayas a comerla, descongélala y caliéntala a fuego lento al baño María.

Sí se pueden congelar lo huevos, pero no tal cual, enteros y con cáscara.

Cómo congelar huevos

• Lo obligatorio es sacarlos de la cáscara para que no se rompa cuando el huevo se expanda durante el proceso de congelación y luego, lo puedes congelar tal cual, o separando las yemas de las claras, o batiéndolo. Es última es la opción más recomendada por los expertos.
• En todos los casos, aconsejan añadir una pizca de sal o un componente ácido que evite que la yema se endurezca y se formen grumos al descongelar, y hacerlo en recipientes herméticos para que no se oxide, pero dejando un mínimo espacio para la expansión del huevo.

Del mismo modo que el salmón fresco, también se puede congelar el salmón ahumado manteniendo todas sus propiedades.

Cómo congelar salmón ahumado

• Saca el producto de su envoltorio original y congélalo en raciones con tuppers o film de cocina. Así, a la hora de usarlo, podrás coger solo la cantidad deseada sin que se estropee el resto. Si además quieres que luego se separe bien, intercala hojas de papel film entre los filetes.

Como en el caso de la tortilla de patatas, no está recomendado congelar la ensaladilla rusa porque lleva patata y mayonesa, dos ingredientes que no toleran muy bien la congelación.

Cómo congelar la ensaladilla

• El único caso en que se congela la ensaladilla rusa es con las verduras crudas o precocinadas y sin mayonesa ni atún ni huevo, es decir, solo los taquitos de verduras y hortalizas que hacen de base de la ensaladilla, y que se han de hervir o cocinar al vapor después de descongelar.

El gazpacho, como otras sopas y cremas, sí se puede congelar.

Cómo congelar gazpacho

• Lo primordial es que una vez hecho lo coloques en un recipiente que lo llene por completo, para que no quede casi aire, que es el responsable de la oxidación y la proliferación de gérmenes y otros agentes patógenos.
• Y después de descongelarlo, lo tendrás que volver a batir, para que todos los ingredientes se amalgamen de nuevo.

También el calabacín, como las acelgas y otras verduras, se puede congelar si lo escaldas o lo cocinas primero, nunca crudo del todo.

Cómo congelar el calabacín

• Lo puedes cortar en rodajas, en láminas, en taquitos, rallado… y lo escaldas en agua hirviendo (sin sal). El tiempo puede depender del tamaño del corte, pero, por regla general, bastará con un minuto para que no se ablande en exceso. De este modo, no se pegará durante la congelación. Luego lo pasas agua fría, lo escurres y lo secas, y listo para congelar.

Al igual que el calabacín, se puede congelar la berenjena sin ningún problema escaldándola o cocinándola previamente.

Cómo congelar la berenjena

• Para escaldarla, córtala en láminas o en rodajas y métela en agua hirviendo con un poco de limón (para que no se ennegrezca). Pasado un par de minutos, retírala y métela en agua fría para parar la cocción. Y una vez enfriada, sécala con papel absorbente y congélala. Puedes congelar los trozos juntos, por raciones o de forma individual en bolsas de congelación (lo que facilita su posterior utilización).
• También la puedes congelar cocinada.

Otro de los alimentos que puedes ver en la sección de congelados son todo tipo de setas y, por supuesto, champiñones. Y, por lo tanto, tú también puedes congelarlos en casa.

Cómo congelar champiñones

• Si quieres que conserve mucho más su sabor, el truco para congelar champiñones es cocinarlos al vapor para que no cojan tanta agua como si los escaldaras. Si los vas a congelar enteros, necesitarás unos 5 minutos. Y si están laminados, bastará con unos 3. Retíralos rápidamente, déjalos enfriar en un escurridor para que vaya expulsando la mayor cantidad de agua posible, ponlos sobre papel absorbente para que acaben de secarse, y congélalos en tuppers o bolsas de congelación. 
• También los puedes congelar cocinados (fritos, salteados...). Pero del otro modo resultan más neutros para usarlos en todo tipo de platos.

Aunque sí es posible congelar la leche, no se recomienda hacerlo porque, además de afectar a su estructura, textura y sabor, pueden producirse alteraciones en sus grasas y sus componentes que pueden ser potencialmente nocivos para la salud.

¿Y el yogur y la mantequilla?

• El yogur, tampoco. Sea del tipo que sea, con el proceso de congelación y descongelación cambia su textura y puede cortarse. 
• La mantequilla, sí. Puedes guardarla en bloque envuelta en film de cocina o dentro de un envase hermético o una bolsita de congelación.  

La coliflor es otra de las verduras que aguantan bien la congelación si previamente la lavas y la escaldas o la cocinas. 

Cómo congelar la coliflor

1. Lávala y separa los arbolitos. Es mejor congelarla en porciones pequeñas, ya que así te será más fácil sacar solo la que necesitas en un momento dado.
2. Deja los arbolitos en remojo durante unos 10 minutos para que suelten todas las impurezas. 
3. Mientras, pon agua a calentar con un puñado de sal y hiérvelos de 2 a 3 minutos.
4. Transcurrido ese tiempo, pásalos a agua fría para parar la cocción y escúrrelos bien.
5. Mételos en un tupper o en una bolsa de congelación. 

Sí se puede congelar la bechamel, pero hay que tener en cuenta que al descongelarla sus elementos se desligan un poco y queda un poco aguada. Por este motivo, no se suele congelar sola. Pero sí los platos que la llevan tanto en la cobertura como en el relleno: lasañas, canelones, croquetas...

El aguacate tal cual no se suele congelar porque, una vez descongelado, pierde su textura y su untuosidad. Sin embargo, sí se puede congelar triturado para elaborar guacamoles y otros patés y salsas. 

Cómo congelar el aguacate

• Pélalo, quita el hueso y aplástalo con un poco con limón (para evitar que se ennegrezca con la oxidación) e introdúcelo en un envase hermético o film de cocina que no deje aire.

A excepción de los frutos rojos y de los cítricos sin piel (que se pueden congelar sin problema) la mayoría de la fruta no se puede congelar cruda, tal y como sucede con casi todas las verduras. Aquí puedes saber cómo congelar los distintos tipos de fruta.