¿Consideras que tienes una buena autoestima? ¿Te quieres a ti misma? No es cuestión de fórmulas complejas ni teoría psicológica. Es una pregunta sencilla que va directa a la médula, y que es esencial que contestes si pretendes tener una vida feliz. Porque si no te quieres a ti misma, vas a tener muy complicadas las cosas.
Ya sabemos que la autoestima depende en buena medida de la infancia. Pero según el experto en crecimiento personal, Álex Rovira hay algo mucho más importante que desarrollamos en la adultez, y es la autoimagen.
Álex Rovira
Por medio del método Homo Solver, que ha desarrollado junto al coach Francesc Miralles, el experto nos explica cómo conquistar nuestra autoimagen y tener una vida feliz. Y es mucho más sencillo de lo que imaginas.
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Una pregunta que lo cambia todo.
Homo Solver es un libro revelador. Por medio de quince capítulos, sus autores, Francesc Miralles y Álex Rovira, nos explican cómo afrontar los quince problemas más importantes de cualquier ser humano. Tuve la suerte de poder entrevistar a Rovira, y preguntarle qué necesitábamos las personas para querernos.
El proceso, en cierta medida, requiere de dos pasos elementales. Para empezar, no podemos querernos si no sabemos quiénes somos. Así que esa fue la primera pregunta que le plantee al experto. ¿Qué podemos hacer para conocernos, para descubrirnos? ¿Cómo resolver la mayor de las incógnitas? El gran: ¿quién soy?
Su respuesta fue contundente: “Haz y verás quién eres”. Si actúas desde la integridad, explica el experto, con tus valores, descubrirás quién eres.
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Haz y verás quién eres
Lejos de otras tendencias en el campo de la psicología, Rovira nos pide dejar de pensar. O, al menos, no hacerlo en exceso. “El autoconocimiento, el crecimiento personal, la capacidad resolutiva, no nacen solo de pensar o leer”, expone con elocuencia, “sino del compromiso con la acción consciente”.
No se trata, por tanto, de tenerlo todo atado. “No esperes tenerlo todo claro para empezar”, enfatiza Rovira. Porque cada paso que des en este camino, “cada problema que enfrentes con intención, te va a ir relevando y transformando capacidades que tú ni imaginabas que tenías”.
Para el empresario y experto en crecimiento personal está claro. “El lenguaje de la realidad es la acción”, y “la identidad se manifiesta en los actos”. Es por eso que su consejo, que bien puede resumirse en las cinco palabras que encabezan estos párrafos, podría continuarse con este otro: “Empieza por algo pequeño, pero verdadero, y sigue caminando”.
Aceptar lo descubierto
Es posible que en este camino de autodescubrimiento surja cierta voz de resistencia. Una que te dice que no eres capaz, que no merece la pena intentarlo. Una que te hunde y te limita. Es la baja autoestima, un mal que muchas compartimos.
El problema, me explica Rovira, es que “la autoestima es, fundamentalmente, el resultado, las retribuciones que hemos recibido cuando éramos pequeños”. Es decir, que, de adultos, es complicado reconstruir desde este punto. Por ahora, no disponemos de una máquina del tiempo que nos permita cambiar nuestra infancia.
Por suerte, hay una alternativa. “Cuando somos adultos”, continua el experto, “el camino para el desarrollo de la autoestima es el autoconcepto”.
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El autoconcepto
¿Qué diferencia hay entre esto de autoestima y autoconcepto? ¿No son lo mismo? En cierta medida están conectados, pero son conceptos distintos.
“La autoestima”, explica Rovira, “es cuánto me quiero. La autoimagen es cuánto me gusto. Y el autoconcepto, es cuánto me valoro”. Este último punto es crucial, porque es sobre el que tenemos mayor control. Y es que, como expone el experto, “la autovaloración nace a través de la acción, de hacer cosas en las que tú sientes que aportas algo”.
Cuanto más aportamos a los demás, cuántos más útiles nos sentimos, más valiosos nos consideramos. Y aquí es donde se produce la magia, porque, continua el escritor, “cuando tú mejoras tu autoconcepto y sientes que la vida vale la pena, que tú puedes aportar valor, entonces mejora tu autoestima, mejora tu autoaceptación, mejora tu aceptación. Porque al final, el amor propio no depende de lo que los otros te digan. La autoestima sí.
Mejorando la valía personal
Con esta idea, volvemos al punto de inicio. “Haz y verás quién eres”, bien podría convertirse en “Haz y amarás quién eres”, siempre que se hacer se vea motivado por nuestros principios, por nuestros valores. Por el deseo de hacer del mundo un lugar, un poquito más amable, un poquito mejor.
Es así de sencillo. “La autoaceptación y el amor propio”, asegura Rovira, “son aprendizajes que todos debemos hacer. Y como cualquier habilidad, se desarrollan con la práctica, con la paciencia y con el amor a la verdad”.
Y sí, por el camino podemos equivocarnos. Pero el experto lo tiene claro. “A quien le cueste aceptarse le diría: ‘no eres tus errores, no eres tus heridas, no eres las etiquetas que otros te han puesto. Eres un ser en evolución, lleno de posibilidades que aún no has descubierto. Y la sombra que ahora ves en ti, también guarda tesoros escondidos si te atreves a mirar con comprensión y te dejas de juzgar y machacar”.
La mejor forma de hacerlo, el primer paso para conseguirlo es cambiar el lenguaje interior. “Empieza por tratarte como tratarías a alguien a quien amas mucho, con amabilidad, sin exigencias imposibles, celebrando cada paso por pequeño que sea”, concluye Rovira.
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Un consejo final
Cuando estoy a punto de parar la grabadora, de cerrar el cuaderno y dar por terminada la entrevista, Álex Rovira me frena. Tiene un último consejo en la punta de la lengua, no lo puede dejar escapar.
Recordamos la pregunta. ¿Qué consejo le daría a alguien que no consigue aceptarse a uno mismo?
Y con energía renovada, vuelve a responderla con palabras que se te graban en la pena. “Le diría de nuevo que tu verdadera identidad no es lo que otros creen de ti, sino lo que tú descubres cuando te escuchas y actúas desde tu verdad más profunda. Y finalmente quizás le añadiría que no, no necesitas ser perfecto para merecerte, solo necesitas empezar a reconocerte y en ese camino, cada gesto de amor propio es un acto de coraje”.