Hay días en los que, simplemente, no nos sentimos con ganas de nada (y es normal). No siempre podemos estar motivadas o con ese afán por comernos el mundo, sino que los momentos de bajón también aparecen sin previo aviso. En esos días, vestirnos puede suponer todo un reto, pero es entonces cuando más valor adquiere la ropa como herramienta emocional.
Lejos de ser un acto superficial, construir uno de esos looks con los que nos sentimos guapas y favorecidas puede marcar por completo la diferencia. Eso sí, no se trata de disfrazarse o forzarse, sino de recurrir a fórmulas que sabemos que funcionan porque nos hacen sentir bien sin caer en quebraderos de cabeza innecesarios.
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Por este motivo, siempre hay que tener a mano una serie de trucos clave que nos resuelvan cualquier situación de emergencia en tiempo récord. Colores que iluminan, tejidos que se adaptan al cuerpo, prendas que potencian sin oprimir, etc. Saca papel y lápiz, porque a continuación te lo contamos todo.
Colores que te levantan el ánimo
En días en los que te sientes baja de energía, el color puede ser uno de nuestros mejores aliados. La psicología cromática es algo que existe y que actualmente está muy en auge. Esto se basa en conocer qué tonalidades son las que mejor nos sientan dependiendo de nuestro color de piel, ojos o cabello, sacando a relucir nuestros rasgos naturales.
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Por ejemplo, el amarillo (predominante en las últimas pasarelas), el azul cielo, el rosa empolvado o el verde. No hace falta vestirse de pies a cabeza con tonos vibrantes, basta con añadir un toque de color en una prenda clave, como una blusa, un pañuelo estampado o un bolso al hombro.
Aunque, si eres más de tonos neutros, no tienes por qué renunciar a ellos. El blanco, el beige y el gris claro también pueden transmitir calma y ligereza, siempre y cuando se combinen con texturas suaves. La clave es evitar los colores demasiado oscuros o apagados, ya que estos puedes intensificar esa tristeza o desánimo.
Prendas que se funden con el cuerpo
En esos días difíciles, lo último que nos apetece es enfundarnos en ropa rígida, ceñida o incómoda. El truco está en decantarse por tejidos que acaricien la piel y cortes que se adapten sin oprimir. Hablamos de prendas como los jerséis de punto fino, las camisas de algodón oversize, los pantalones fluidos y los vestidos holgados, aliados perfectos para garantizar el confort sin perder estilo.
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Un ejemplo de un buen look de día puede ser un par de pantalones vaqueros wide leg, combinados con una sencilla camiseta blanca y una blazer estructurada o un cárdigan. Si buscas algo más femenino, créenos cuando te decimos que un vestido midi con cintura elástica y caída fluida puede hacer milagros. Hay que encontrar ese punto de equilibrio entre no marcar más de la cuenta, pero tampoco escondernos debajo de cortes demasiado amplios.
Maquillaje mínimo, impacto máximo
Aunque no es algo relacionado directamente con el vestuario, es algo que también queríamos resaltar en esta ocasión. Cuando estamos de bajón, un par de productos de maquillaje pueden hacer milagros en el rostro: corrector, máscara de pestañas y labial con color consiguen un efecto ‘buena cara’ en solo unos minutos.
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Puedes añadir también un poco de colorete, devolviendo esa vitalidad y frescura al rostro. No hablamos de un maquillaje elaborado, sino de solo unos gestos mínimos que, sin duda, marcan por completo la diferencia. También puedes aplicar un poco de iluminador en zonas estratégicas (lagrimal, pómulo alto, arco de la ceja) para devolver luz sin esfuerzo. El efecto, junto al outfit adecuado, puede ayudarte a salir de casa con otra actitud.
Looks fáciles de copiar en un día gris
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Una pieza statement
Uno de los trucos clave para conseguir un look de matrícula con el mínimo esfuerzo es invertir en una prenda statement. Esto hace referencia a diseños que brillan con luz propia y a los que poco más le tienes que añadir para triunfar, como es el caso de esta falda plisada en amarillo mantequilla.
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Un vestido llamativo
Como bien te hemos adelantado anteriormente, el vestido es uno de esos comodines que siempre hay que tener a mano en el vestidor, ya que te viste en un solo gesto. Lo mejor es escoger uno en algún tono vitamina que nos ilumine el rostro.
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los conjuntos de dos piezas
Es otro de los aliados infalibles en el que te recomendamos que inviertas, porque te evita caer en la temida pregunta de "¿qué me pongo?". En este caso vemos como lo combina con un par de skeakers, aunque también queda de maravilla con sandalias de tacón o bailarinas.
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Básicos con un toque de color
Apostar por básicos a la hora de vestir siempre es una decisión inteligente, pero en esos días tristes, tenemos que ir un paso más allá. La técnica del pop of colour es perfecta para ello, viendo en este caso como la incluye a través de los zapatos y el color de labios.
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El poder de unos buenos jeans
Nunca subestimes el poder esos vaqueros que te sientan como un guante. Es ponérnoslos y sentirnos empedradas y seguras de nosotras mismas al instante. Y no tienes por qué conjuntarlos de forma elaborada, sino que una simple camiseta y unos zapatos planos son más que suficiente.
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Momento brilli brilli
Quien dijo que las lentejuelas no tenían cabida en nuestros looks diarios, se equivocaba por completo. Ahora se llevan combinadas con prendas sencillas para equilibrar el resultado, dando esa nota de brillo y alegría que muchas veces necesitamos a la hora de vestir.