"El Papa se ha despertado esta mañana y continúa con su tratamiento habitual", reza el último comunicado oficial del Vaticano acerca del estado de salud de Francisco, además de señalar que "su estado es el mismo desde anoche". Son estos mensajes los que están manteniendo alerta desde hace días a la comunidad católica, pendiente en todo momento del ingreso hospitalario del pontífice por una infección respiratoria. Un ingreso que, más allá de la inevitable preocupación, ha puesto algunos asuntos sobre la mesa.
Asuntos de índole oficial, sobre todo. Véase cómo hay que proceder cuando un Papa fallece, así como todo lo que concierne a un funeral de estas características y quiénes serían los encargados de representar a cada país en un hipotético último adiós. Y nada mejor en casos como este que echar un vistazo al pasado para ver cómo se sucedieron los acontecimientos en pontificados previos. El inmediatamente anterior, el de Benedicto XVI, todavía con don Juan Carlos I y doña Sofía en el primer escalafón de la Corona española.
Gtres
La diferencia de Sofía del funeral de Juan Pablo al de Benedicto
Revisar las imágenes de aquel periodo -desde el cónclave de 2005 hasta el de 2013, cuando el propio Benedicto ya había hecho pública su intención de renunciar a su cargo- es también recordar a la Sofía de Grecia de entonces. La Reina serena, siempre junto a su esposo cuando la ocasión lo requería, y por supuesto cumpliendo con los protocolos de vestimenta estipulados. Esos que, en los actos oficiales papales y dado su rol de reina española, remiten al tocado con la tradicional peineta y mantilla de encaje.
Gtres
En blanco en eventos como la entronización del antiguo Papa, que tuvo lugar el 24 de abril de 2005, pero en riguroso negro cuando se trata de unas exequias. Un 'requisito' del luto con el que también había cumplido ese mismo año en el funeral del Papa Juan Pablo II.
Gtres
Sea como fuere, seguir la línea cronológica del tiempo hasta la actualidad nos hace toparnos con una situación similar en la que, sorprendentemente, ninguno de estos accesorios decoró la cabeza de la madre de Felipe VI. Y eso fue precisamente el funeral de Benedicto XVI. La despedida definitiva con la misa funeral del jefe de los católicos, fallecido el 31 de diciembre de 2022, tuvo lugar el 5 de enero de 2023 en la Basílica de San Pedro, tan solo un día después de la capilla ardiente.
Gtres
Un acto al que la abuela de la princesa Leonor acudió sola y en el que se sentó en la primera fila, justo al lado de los reyes Felipe y Matilde de Bélgica. Esta última, ataviada con la correspondiente mantilla negra. Algo que la diferenciaba de Sofía, que llevaba su pelo suelto, perfectamente peinado, pero sin nada que lo cubriese. Una decisión que, en realidad, podría explicarse por el hecho de que en aquel momento ya no era activamente la reina de España. Casi nueve años atrás había ascendido su hijo al trono y, por ende, ya era su nuera Letizia Ortiz quien ocupaba el rol de consorte del soberano. Todo lo anterior, con el añadido de que el despliegue general fue menor en aquel funeral, dado que el difunto también era emérito.
Letizia nunca ha llevado peineta ante un papa
Letizia no estuvo presente en el funeral de Benedicto como sí lo estuvo su suegra. No obstante, a lo largo de su trayectoria dentro de la realeza sí ha podido la esposa del actual soberano tener encuentros con pontífices. Véase la audiencia privada que ella y el Rey tuvieron con el Papa en el Vaticano en el año 2014, tan solo unos días después de la proclamación de Felipe. Por fin podría apostar por el blanco en su vestimenta, valiéndose del 'Privilège du Blanc', que permite a las reinas vestir de blanco en este tipo de reuniones. Cuando era princesa, no existía esta opción.
Para muestra, la misa inaugural de la entronización de Francisco, que tuvo lugar en el año 2013, cuando Letizia ostentaba el título de Princesa de Asturias. Para la ocasión, mientras reinas como Paola de Bélgica pudieron jugar sus cartas al blanco, ella optó por un conjunto negro. Negra también la mantilla de encaje que cubría su cabeza, pero sin peineta.
Gtres
Elección de desmarcarse de la tradición de incluir este accesorio para tocarse, con todos los matices necesarios dada su posición dentro del organigrama 'royal' por la época, que curiosamente coincide con la de la madre de su marido diez años después. Ahora, queda por ver si habrá peineta -o no- en acontecimientos venideros.