Lourdes Montes (41 años) está viviendo una etapa muy dulce de su vida. A nivel profesional no le puede ir mejor las cosas al frente de la firma Mi Abril desde que en 2017 decidió dejar el mundo de la abogacía por perseguir su sueño de crear su propia marca de moda flamenca. Junto a la artista Rocío Terry, la mujer de Francisco Rivera ha sabido hacer despuntar su proyecto de forma exponencial. Hoy visten a un sinfín de rostros conocidos en todas las Ferias de Abril. Influyó mucho el hecho de que siempre le apasionase el mundo del diseño, además de ser toda una experta en cuestiones estilísticas. En temas de belleza también tiene una voz autorizada. De ahí que todo lo que diga sobre estos temas importe a muchas mujeres que la siguen de cerca.
En lo personal no se queda atrás. El pasado mes de mayo daba a luz al tercero de sus hijos, Nicolás, fruto de su matrimonio con Francisco Rivera. Aunque ya tenía la experiencia de los dos partos anteriores, el de Carmen, de nueve años, y el de Curro, de seis, lo cierto es que recuperarse no es una cuestión baladí. Pero parece que la diseñadora no ha tenido ninguna dificultad. Si ya reaparecía públicamente espectacular durante el primer día de la Feria de Abril de Sevilla con un traje de flamenca en negro de su propia marca, su paso por un evento que la marca Rowenta había preparado en su icónica Casa Rowenta en Madrid con posterioridad para presentar sus últimas novedades de belleza y hogar, lo confirmó.
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El legado de Carmina Ordóñez
Precisamente, uno de sus hijos, la primera, lleva el nombre en honor a su abuela: Carmen Ordóñez. "Lo cierto es que tiene un significado familiar evidente, aunque a mí me gustaba antes de casarme con Francisco. Era uno de los nombres que estaban desde el comienzo en mi lista. La verdad es que me hubiese encantado conocer a Carmen", decía en una entrevista con Vanitatis antes del nacimiento de la pequeña sobre su suegra y el nombre que decidieron para su niña.
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Lourdes Montes llegó a la vida de Francisco Rivera con posterioridad al fallecimiento de Carmen Ordóñez. Tal y como reconoce, le hubiera hecho mucha ilusión tener un encuentro con la madre de su marido. No solo por lo obvio, sino también porque siempre fue un personaje que le gustó. Pese a que ya no vive, de alguna manera la tiene siempre muy presente.
Carmina Ordóñez, una mujer única
Carmen Ordóñez no fue una mujer corriente. Pese a sus demonios internos, tenía un carisma y una forma muy intensa de vivir la vida que la hicieron única. Era una figura mediática icónica, conocida por su estilo de vida glamoroso, sus relaciones sentimentales y su carácter fuerte, que la llevó a ser protagonista de la prensa del corazón durante décadas. Fue la mujer más bella de la época dorada del papel cuché.
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Pese a su trágico final, Carmina Ordóñez fue feliz hasta el final porque vivió la vida como quiso. "A mí plin, yo soy Ordóñez Dominguín”, decía la madrileña siempre. La hija del diestro Antonio Ordóñez, nieta de los toreros Cayetano Ordóñez Niño de la Palma y de Domingo Dominguín y sobrina de Luis Miguel Dominguín siempre tendrá un hueco muy especial en los corazones de muchos.