Estate alerta

El cloro de la piscina, ¿es malo para la salud?

Si cuando te metes en una piscina se te ponen los ojos rojos, la solución no es bajar el nivel del cloro, sino ser más precavida. Te contamos cómo disfrutar de la piscina sin problemas.

Mamen Lorenzo

Directora de Estrategia Digital

31 de julio de 2018, 09:56

Cómo nos gusta ir a la piscina en verano. Aprieta el calor y qué mejor que un baño fresquito en la piscina, seguido de una buena lectura en la tumbona, poniéndote bien morena. Pero a pesar de cuánto podemos disfrutar de ella, para muchas personas un día en la piscina acaba frecuentemente con irritación de los ojos.

¿Cuál es la causa de la irritación?

El cloro es un elemento químico que se utiliza para evitar la aparición de gérmenes en las zonas de baño. En concentraciones elevadas y en pieles susceptibles, puede ocasionar problemas y también fuerte irritación en los ojos.

De hecho, demasiado cloro en los ojos puede incluso llegar a provocar una conjuntivitis. Pero está comprobado que la culpa de la irritación no es solo del cloro, sino de la mezcla de esta sustancia con el sudor, la saliva y la orina de los bañistas. El nitrógeno de esos fluidos se mezcla con el cloro, formando un subproducto que se conoce como cloraminas, que son sustancias muy tóxicas que causan irritación.

Revisa nuestra galería para conocer bien las diversas causas de la irritación de tus ojos en la piscina y cómo prevenirla.

Si se te ponen los ojos rojos...

  • Usa gafas de baño. Te protegerán de irritantes como el cloro y contaminantes como virus y bacterias. Asegúrate de que se ajustan y sujetan bien a tu cabeza. Deben apretar para que no te entre agua. Pero no tienen que hacer daño ni dejar excesivas marcas.
  • Antes de saltar al agua, huele y observa. Si la piscina huele raro y se ve turbia, lo más probable es que tenga cloraminas.
  • Contribuye a la higiene de la piscina. Toma una ducha de uno o dos minutos antes de entrar al agua frotándote todo el cuerpo a conciencia.
  • No nades con lentillas. Usar lentillas en la piscina aumenta el riesgo de contraer una infección (si llevas gafas de natación, puede entrarte agua). Y si te las pones tras salir de la piscina, asegúrate de lavarte bien las manos antes de hacerlo.
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