No existen dos rutinas de cuidado facial iguales: todo depende de las necesidades de la piel. Lo que sí es universal es la advertencia de que dormir sin desmaquillarse es uno de los errores más comunes. En esto coinciden todos los expertos, sin excepción. Algo que también ocurre cuando se trata de la frecuencia con la que se debe lavar el rostro.

Famosas como Salma Hayek defienden no lavarse la cara por las mañanas: "Mi abuela me enseñó a no lavarme la cara por la mañana nunca. La piel produce todos los aceites que necesita para lucir joven", afirma la actriz. En cambio, famosas como la diseñadora Carolina Herrera no se acuesta ni una noche sin desmaquillarse con un limpiador universal antienvejecimiento. Entonces, ¿qué es lo correcto? Los expertos coinciden en que hay que limpiar el rostro sí o sí y se debe tener en cuenta la frecuencia ideal: ni mucho ni poco.

Dermatóloga enjuagar pelo playa pisicina verano
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Los extremos rara vez son la solución y, cuando se trata del cuidado de la piel, encontrar el equilibrio es la clave. No lavar el rostro puede traer consecuencias negativas, pero hacerlo en exceso también tiene su inconvenientes. "Lavar la cara más de dos veces al día no aporta beneficios y puede irritar la piel", indica la dermatóloga Marian Rivas, dermatóloga.

Aspectos a tener en cuenta para lavar bien la cara

Cuando se trata de limpiar el rostro, más no siempre es mejor. "Tu piel no necesita estar más limpia, tu piel requiere estar más equilibrada", aconseja Sabrina Diaz, dermatóloga clínica, estética y láser. Y es que, una limpieza demasiado frecuente puede llegar a tener inconvenientes: alterar la barrera cutánea, provocar irritaciones y empeorar problemas como el acné o la resequedad. 

"Hacerlo dos veces al día parece ser lo más efectivo", comenta la dermatóloga Marian Rivas. Y más allá de no obsesionarnos con la limpieza del rostro, se deben utilizar ciertos productos que protejan la microbiota de la piel. ¿Qué significa esto? Se refiere al ecosistema que está en la piel, el cual ayuda a protegerla de factores externos. Si alteramos esto, lo que se provoca es que la piel quede en desequilibrio y completamente expuesta a agentes externos. 

piel sin maquillaje
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Respecto a los productos idóneos para lavar la cara, la dermatóloga Leire Barrutia aconseja comenzar con un aceite limpiador: "Quitan el maquillaje, la suciedad liposoluble, los filtros solares, incluso el maquillaje de ojos". Después recomienda utilizar un limpiador, dependiendo del tipo de piel:

  • Piel grasa: con ácido salicílico o glicólico. 
  • Piel seca: un gel limpiador más suave que esté centrado en hidratar y proteger la barrera cutánea. 

Lo que se debe evitar a toda costa son los jabones agresivos o exfoliantes con ácido salicílico al 2% porque no son aptos para todo tipo de pieles. Además, exfoliar todos los días generaría una agresión cutánea. En su lugar, opta por jabones que mantengan el pH de la piel y utiliza cremas con probióticos.  


Cómo realizar la doble limpieza de la piel

Multitud de expertos hablan de la doble limpieza de la piel que, lejos de ser una tendencia, "se ha convertido en un paso esencial dentro de las rutinas de cuidado de la piel, especialmente para quienes buscan una tez saludable y luminosa", explica María Soláns, maquilladora profesional y directora de la escuela Mery Makeup. Tal como su nombre indica, la doble limpieza consiste en dos pasos: 

  • Con un producto a base de aceite: se utiliza con el objetivo de eliminar todas las impurezas y ayuda a disolver el maquillaje, el protector solar y el exceso de sebo. Productos como el agua micelar, un bálsamo o un aceite bifásico se aplican sobre la piel seca, se masajea el rostro y se aclaran con agua tibia o se retiran con un disco de algodón.
  • Con un limpiador a base de agua: se refiere a un gel o espuma. Se centra en eliminar los residuos restantes, tales como el sudor, la suciedad o las partículas contaminantes. De esta manera se equilibra el pH de la piel: esta queda completamente limpia y lista para absorber mejor los tratamientos posteriores.