Es una de las piedras angulares de la cosmética coreana y, aunque para quienes no la practican puede parecer un exceso más de esta filosofía de belleza–al nivel del slugging o la famosa rutina coreana de 10 pasos– lo cierto es que es uno de los rituales de cuidado más recomendados por los dermatólogos y cosmetólogos. Nos referimos a la doble limpieza facial, el ritual diario de cuidado facial que "puede marcar la diferencia en la apariencia y bienestar cutáneo a largo plazo".
Así lo explica María Soláns, maquilladora profesional y directora de la escuela Mery Makeup, quien afirma que "la doble limpieza facial se ha convertido en un paso esencial dentro de las rutinas de cuidado de la piel, especialmente para quienes buscan una tez saludable y luminosa". Y es que la experta no lo considera "solo una tendencia, sino una inversión en la salud y belleza de la piel".
¿En qué consiste la doble limpieza facial?
La doble limpieza facial es un método de limpieza del cutis que implica dos pasos:
- Limpieza con un producto a base de aceite: este primer paso ayuda a disolver el maquillaje, el protector solar y el exceso de sebo, eliminando impurezas que los limpiadores tradicionales no pueden retirar completamente. Es el caso de un agua micelar, un bálsamo o un aceite bifásico. Son productos que se aplican directamente sobre la piel seca. Se masajean en el rostro y se aclaran con agua tibia o se retiran con un disco de algodón o de microfibra.
- Limpieza con un producto a base de agua: a continuación, se usa un limpiador acuoso –como un gel, una espuma, una leche limpiadora o una pastilla de jabón– para eliminar los residuos restantes, el sudor y las partículas contaminantes, dejando la piel completamente limpia y preparada para absorber mejor los tratamientos posteriores.
Tras los dos pasos de limpieza, lo ideal es aplicar un tónico para restablecer el pH y después continuar con el sérum de tratamiento y la hidratante.
Mejor limpieza, más beneficios
Con este doble ritual, según la experta, se consiguen beneficios extra respecto a la limpieza tradicional con un solo producto:
- Elimina impurezas en profundidad: previene la obstrucción de poros y la aparición de imperfecciones. Puntos negros y granitos más controlados al eliminar uno de sus factores desencadenantes, la limpieza deficiente.
- Optimiza la absorción de productos: permite que sueros, cremas y tratamientos penetren de manera más efectiva en la piel. Esto nos permitirá notar mejores resultados en nuestros rituales de cuidado del cutis.
- Mejora la textura y luminosidad: la doble limpieza reduce la acumulación de células muertas y residuos, promoviendo un cutis más suave y radiante. Se notará en el tono de la piel y el tacto.
- Equilibra la piel: es una rutina apta para todo tipo de pieles, desde las más secas hasta las grasas, adaptando los productos adecuados a cada necesidad.
Adaptar los productos
A la hora de adaptar la rutina de la doble limpieza a cada tipo de piel, hay que tener en cuenta sus necesidades para que el resultado sea el mejor y el cutis quede confortable. Por ejemplo, para el primer paso, los aceites limpiadores serán más adecuados para pieles secas y normales, mientras que el agua micelar irá mejor en las mixtas y grasas. Para el segundo paso, mientras que para las pieles secas sería más adecuada una leche hidratante, para las mixtas y grasas, una espuma o gel.
En general, las pieles mixtas y grasas deben evitar los limpiadores con fórmulas comedogénicas, mientras que las pieles sensibles deben optar por fórmulas suaves y respetuosas.
"Este método es ideal para quienes usan maquillaje diariamente, protector solar de alta cobertura o viven en entornos urbanos con altos niveles de contaminación", señala María Soláns. También recomienda la doble limpieza facial a aquellas personas con piel grasa o propensas al acné, ya que "ayuda a regular la producción de sebo y a prevenir brotes".
Por qué la necesitas
"Como en muchas ocasiones aplicamos diversos productos sobre nuestra piel, retirarlos no es fácil y la limpieza debe ir un paso más allá", señala la dermatóloga Andrea Combalia en su libro Piel Sana in Corpore Sano. Por eso recomienda realizar "una doble limpieza facial, como mínimo, por la noche, para limpiar la piel en mayor profundidad". Y respecto a las que temen que este ritual en dos pasos sea más agresivo con su cutis, la médica lo tiene claro: "Si eliges productos adecuados, no por tener dos pasos va a ser más agresiva".
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Limpieza facial sónica
Por otra parte, Combalia nos habla de los dispositivos de limpieza facial sónica que se pueden incorporar al ritual para optimizar la limpieza con geles y espumas. "Se trata de un tipo de limpieza en la que se incorporan unos dispositivos electrónicos con un cabezal que suele ser de silicona", explica la dermatóloga. "Actúan mediante ultrasonidos y facilitan la eliminación de las células muertas a la vez que estimulan la microcirculación", señala.
Si quieres usarlos junto con la doble limpieza facial, deberás hacerlo en el segundo paso, en combinación con geles y espumas limpiadora. Eso sí, nos advierte que es un tipo de accesorio totalmente opcional y que las pieles sensibles o con acné deben usarlo con cautela, ya que "podrían empeorar con la fricción".