"El puente de Londres ha caído", dijo Edward Young por línea segura a Liz Truss el pasado septiembre de 2022. Una frase aparentemente literal, pero cuyo significado implicaba la noticia más delicada para una nación entera. Tanto el secretario privado de Isabel II como la primera ministra sabían de buena tinta que eso no era más que un eufemismo para avisar de que la Reina había muerto. Y de que debía ponerse en marcha la operación prevista. Una de las muchas, porque la 'Operación Puente de Londres' solo era una opción. ¿Existen estos planes en España?

En las últimas semanas, la crónica real ha puesto sobre la mesa la incertidumbre que planteael funeral futuro de Juan Carlos I. A fin de cuentas, su situación es radicalmente distinta a la de la que fuera monarca inglesa. En ningún caso, cabe destacar, se trata de algo que remita a no estar ya en el poder, pues sobre el papel no deja de ser el padre de Felipe VI un antiguo soberano. No obstante, su desvinculación de la Familia Real y otros tantos escándalos, así como su residencia en los Emiratos Árabes Unidos, no dejan de ser factores desconcertantes.

Es de recibo admitir que el desconcierto no sería tanto para el Rey emérito. Al menos, no en lo que a las intenciones y los deseos se refiere. Desafortunadamente, el exmonarca ha tenido que lidiar con algunas despedidas en sus casi 87 años de vida. Funerales de otros monarcas y autoridades de todas las índoles imaginables que le han servido para saber qué quiere y qué no en el día que le den el último adiós.

Juan Carlos quiere una despedida como la de su abuelo

En su caso, y pese a que ahora esté instalado en el Golfo pérsico, no tendría ninguna duda de que quiere algo muy similar a uno de sus predecesores directos. Un hombre que reinó en España, pero al que no se le pudo dar una despedida de Estado hasta pasadas algunas décadas de su deceso. Nada más y nada menos que Alfonso XIII, su abuelo paterno, y referente en materia de exequias. Además, la referencia no es arbitraria, puesto que como él, el padre de su padre también tuvo que abandonar España, pero en su caso se debió a la proclamación de la Segunda República.

Funeral Alfonso XIII
Gtres

Prueba de que Juan Carlos I gustará de "un funeral como el de Alfonso XIII" dejó el medio 'Vozpópuli' el pasado 2022, justo cuando el marido de doña Sofía reapareció públicamente para asistir al funeral de Isabel II. Sea como fuere, es evidente que en estas declaraciones, que se citan del entorno del propio Rey emérito, el planteamiento remite al 'segundo' funeral del rey Alfonso.

Es decir, al que tuvo lugar en el año 1980. Concretamente, el 19 de enero, cuando se celebró el funeral de Estado previsto, con el traslado de los restos mortales del bisabuelo del actual Rey desde Roma, en la Iglesia de Santa María de Montserrat de los Españoles, hasta España.

Funeral Alfonso XIII
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Un día para el recuerdo en el que Alfonso XIII fue por fin despedido en su tierra natal como el soberano que fue. Y a eso mismo aspira su nieto, cuyo entorno remitía al citado portal que "hay decisiones ya tomadas" y que "no hay ningún tipo de dudas de que el monarca tendrá un funeral de Estado" en el momento en el que fallezca. Incluso se apuntaba a que este tema "ya fue tratado" entre Juan Carlos y su hijo Felipe antes de marcharse a Abu Dabi en el 2020.

¿Ha habido alguna confirmación de la Casa Real española sobre esto? La respuesta es que no. Que "se verá en su momento". Un misterio que, según ha señalado recientemente el boletín digital 'Monarquía confidencial', ha empezado a obsesionar al exmonarca. "Y eso ha llegado a influirle anímicamente, hasta el punto de mostrarse en ocasiones decaído ante esas incógnitas".

¿Qué particularidades tuvo el funeral de Alfonso XIII?

En lo que al devenir de los acontecimientos sobre el funeral de Alfonso XIII que se sirve como la particular lista de deseos del antiguo jefe de Estado, no son pocos los detalles a tener en cuenta. Basta con revisar la crónica de 'EL PAÍS' publicada en el después del gran día, en el que por supuesto estuvieron presentes Juan Carlos I y doña Sofía. Ellos, sus tres hijos y otros tantos invitados al monasterio de El Escorial en aquel nublado 19 de enero de 1980. Además de las gentes que se acumulaban en las inmediaciones del enclave, ondeando banderas de España y luciendo bufandas y gorros con los colores rojo y gualda que los vendedores ambulantes ofrecían.

Juan Carlos y Sofía 1980
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El periodista Jesús de las Heras recogió que "por el acceso central de la lonja iban pasando los invitados al funeral". Con una anécdota de lo más particular, pues "un miembro de la Oficina de Información Diplomática, del servicio de protocolo atiende a un caballero con tarjeta de invitación que ya no encuentra lugar donde sentarse. Le explica que hay ochocientas plazas, pero que se han repartido más invitaciones. Hace días que en el palacio de La Zarzuela los teléfonos no han dejado de sonar solicitando invitaciones".

Funeral Alfonso XIII
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No es de extrañar que nadie quisiera perderse un momento tan señalado. No faltó de nada. Incluso a pesar de la nieve y el hielo que cubría algunas zonas de una jornada tan fría, poco podría eclipsar el protocolario desfile de la Guardia Real a caballo o la llegada en formación de helicópteros, que traían consigo el armón con el féretro de caoba y herrajes de bronce donde iban los restos mortales del difunto. El encargado de presidir la ceremonia fue el propio Juan Carlos. El broche de oro a un adiós grandioso en el que todo detalle estuvo milimetrado. Es ese el adiós que quiere Juan Carlos.