Perder a un ser querido es siempre muy doloroso. Si no, que se lo digan a la reina Sofía, que acaba de volver a su país natal, Grecia, para la despedida y el entierro de su tío, Miguel de Grecia. Cuando parecía que la reina emérita iba a disfrutar de unas tranquilas vacaciones en Marivent, este duro golpe que ha azotado a la familia real helena ha hecho que tenga que viajar de forma urgente e inesperada.
Entre lágrimas, la reina Doña Sofía, y su hermana Irene, han viajado hasta Grecia para despedir a su tío abuelo, donde hoy se ha producido su funeral, que contaba con una corona enviada por los reyes eméritos y otra firmada por Felipe VI y Letizia. La familia real griega se ha vuelto a reunir para afrontar una nueva pérdida, que se suma al dolor por la pérdida de Constantino, el hermano de nuestra ‘royal’, que se produjo hace unos años. Ahora ha sido uno de los tíos más querido de la reina emérita, el que ha perdido la vida. Peor, ¿quién fue Miguel de Grecia y cuál fue su peculiar historia marcada por el amor?
Muy querido y “casi primo”
La unión que la reina emérita tenía con Miguel de Grecia no era únicamente familiar, sino que también existía una gran amistad y complicidad entre ellos. Esto es debido a que ambos tenían una edad muy aproximada. Como fue el menor de los nietos de Jorge I, la edad corresponde con la nuestra reina Sofía, que es incluso un poco mayor. Mientras la madre de Felipe VI nació en noviembre de 1938, su tío lo hizo unos meses después, en enero de 1939.
Miguel de Grecia y Dinamarca nació en el exilio, concretamente en Roma, ya que la monarquía griega había sido derrocada en 1924. Es hijo del príncipe Cristóbal de Grecia, el hermano del padre de nuestra reina emérita y de la princesa Francisca de Orleans. Esta poca diferencia de edad, y la unión que quiso potenciar la familia que se encontraba fuera de su tierra, hizo que vivieran durante toda su infancia y juventud tremendamente unidos, ya que en vez de ejercer como tío, en realidad era considerado como un primo más de las hermanas griegas.
Infancia difícil
Lo cierto es que la familia como sus primas fueron un gran apoyo para el aristócrata que tuvo una infancia difícil. En primer lugar, su padre murió cuando aún no había llegado a los dos años. Y su madre fallecería cuando Miguel tenía únicamente 14 años, quedando huérfano a tan corta edad. Es por eso que la ayuda y refugio de muchos de sus familiares fue fundamental para él.
Según explica Elena Castelló en 'Mujer Hoy' “Miguel está relacionado con la familia real británica, la danesa, la francesa, la española y la rumana” y los lazos con todos hizo que viviera en muchos lugares y de muy diferentes formas, como por ejemplo “El príncipe vivió, durante el exilio de la II Guerra Mundial, en Marruecos, en Málaga, en España y finalmente en París, antes de regresar a Grecia” añade la periodista. Durante su juventud en París, Miguel cursó estudios en Ciencias Políticas en la universidad, lo que le permitió entender la compleja dinámica de una Europa en constante cambio entre guerras.
Apasionante historia de amor y arte
Una de las características que más destacaba de Miguel de Grecia era su gran carácter y su pasión por lo que de verdad le importaba, por eso nunca le importó ser diferente a los demás ‘royals’. De hecho, por defender a alguien a quien quería, terminó renunciando a su puesto en la monarquía, y es que corría el año 1965 cuando, para casarse con la pintora y escultora griega Marina Karella, decidió renunciar a sus derechos sucesorios, ya que en aquel momento no estaba permitido que un miembro de la realeza se uniera a una plebeya.
“Fue amor a primera vista. Ella me pareció encantadora y fue muy amable conmigo, verla fue como una revelación”, describía el propio Miguel de Grecia. Desde entonces, se consolidó este matrimonio firme y apasionado por el arte, la cultura y la literatura. Junto a su mujer, tuvo dos hijas, Olga Isabel y Alejandra de Grecia, y ahora tenían 2 nietos.
Miguel de GreCIA, el famoso escritor
Pero si por algo era reconocido Miguel de Grecia, más incluso que por su historia ‘royal’, era por ser un escritor y literato de fama internacional. Miguel de Grecia ha logrado destacar no solo por su sangre real, sino también por su capacidad para contar historias o analizar diferentes temas mediante la palabra. Su obra literaria es muy completa y variada, puesto que abarca desde novelas históricas hasta biografías y memorias, pero con un enfoque único en el que descubrir más sobre la historia de Grecia, del Imperio Otomano y de las casas reales europeas, los tres temas que más dominaba.
A lo largo de su vida, el ‘royal’ ha escrito un total de 31 libros, muchos de los cuales exploran la historia europea y los intrincados lazos de las casas reales, que él mismo conoce muy bien, como “Los últimos zares”, “La emperatriz del adiós” o “El regente”. Consiguiendo muy buenas opiniones tanto de crítica como de público, que han visto en él una mezcla perfecta entre “protagonista” y narrador para llegar a temas tan interesantes.