Héctor Alonso, podólogo, pone en juicio las zapatillas Samba: "Necesitamos que sea más consistente para estabilizar mejor la pisada"

Más allá del ámbito del deporte, como todo en la moda, las zapatillas han evolucionado hasta convertirse en el calzado más solicitado para vestir bien a diario. No solo arrasan por su comodidad, sino que se han convertido en todo un icono de estilo debido a la variedad de diseños que se adaptan a todos los gustos. 

¿Quién no tiene unas Samba o, al menos, ha pensado en sumarse a esta tendencia? Este modelo de zapatillas lleva arrasando varias temporadas entre las mujeres más elegantes, ya que son muy versátiles: sientan igual de bien con unos vaqueros que con vestidos de inspiración bohemia. Y es que, ante tendencias tan ideales como estas, es fácil dejarnos llevar sin cuestionarnos si realmente son cómodas o si simplemente las elegimos por su estética (o, incluso, por presión social). 

Seguro que te resulta familiar esta situación: te compras unas zapatillas y, después de usarlas varios días, te causan rozaduras o simplemente te resultan incómodas. No te juzgamos porque puede que ni siquiera te las probases al comprarlas online y, aunque lo hicieses en tienda, caminar unos pocos pasos no es suficiente para saber si realmente te acabarán molestando. Es por ello que el podólogo Héctor Alonso se ha encargado de resolver todas las dudas, en concreto, respecto a las Adidas Samba.

Aspectos a tener en cuenta de las adidas samba

Dejando a un lado las Adidas Samba con plataforma, Héctor Alonso ha tomado como referencia las clásicas zapatillas de color blanco y negro que tienen un diseño retro y la famosa suela de goma. Precisamente sobre esa suela, el experto considera que tiene poca anchura: "Como mínimo tiene que ser igual de ancho que el contorno de nuestros pies", comenta por lo que si no es así no sería una buena opción llevarlas. 

Siguiendo con la zapatilla en general, a nivel de mediopié, el podólogo considera que flexa demasiado. ¿Cómo debería ser entonces? "Necesitamos que sea más consistente para estabilizar mejor la pisada", de esta manera se puede andar con total seguridad de que no vamos a tener problemas en el pie.

Puede que en todo lo anterior no te suelas fijar, pero seguro que a la hora de elegir un calzado tengas en cuenta que te sujete el pie. En el caso de las Adidas Samba, estas tienen poca sujeción lo cual puede rozar con la parte trasera que, además, es muy alta y demasiado rígida. Esto puede ocasionar ampollas que son un verdadero incordio. La solución para añadir sujeción sería pasar los cordones por los últimos agujeros de la zapatilla para que así se fije el tobillo.  

4 errores comunes a la hora de elegir calzado

Si alguna vez te has arrepentido de comprar unos zapatos que luego no pudiste devolver, pero que tampoco has usado porque te causan dolor en los pies, sabrás lo frustrante que es. Si además trabajas de pie, caminas mucho o tienes el pie plano o cavo, la situación se complica más. Es por ello que debes tener en cuenta los errores que se cometen a la hora de comprar calzado y que debes evitar. Héctor Alonso explica los más comunes:

• Elegir solo por estética: anticuada quedó la idea de que para presumir hay que sufrir. Es por ello que se debe priorizar la funcionalidad sobre el diseño a la hora de comprar unas zapatillas nuevas para así evitar dolor o molestias. 
• No considerar el uso del zapato: aunque creas que todos los zapatos sirven para todas las actividades, esto no es así. Fíjate muy bien para evitar lesiones. 
• Ignorar señales de desgaste: las propiedades de soporte y amortiguación se pierden con el desgaste, reemplaza el calzado con regularidad. 
• Equivocarse de talla: un calzado demasiado ajustado o grande afecta a la comodidad y estabilidad por lo que debes probártelos antes para acertar con la talla. 

Precisamente para no equivocarte con la talla, el podólogo Héctor Alonso comenta varios consejos como probártelos al final del día cuando los pies estén hinchados, siempre con unos calcetines similares a los que usarás y fíjate que haya un espacio de 1 centímetro entre los dedos y la puntera.