Si se ha cruzado un magnético Leo en tu vida y quieres saber todo lo que esconde bajo esa apariencia de lindo gatito, toma nota de lo que te has visto y todo lo que te contamos a continuación.

Un gatito de armas tomar

De entrada, puede parecer que hace la siesta relajadamente como cualquier león en un soleado día en la sábana. Pero tras esos cariñosos y tiernos ronroneos, se esconde una fiera dispuesta a darte un zarpazo si está hambriento o si osas cruzar su delgada línea de la paciencia.

Tras esos cariñosos y tiernos ronroneos felinos, se esconde un feroz león

Además, no solo está representado por el león, el rey de la selva, sino que también pertenece al efervescente elemento de Fuego, y está regido por el Sol, el astro en torno al que giran todos los planetas.

Como consecuencia de estas coordenadas, Leo ha nacido para estar sobre un trono o un escenario real o imaginario (y es su razón de ser de su inclinación a la teatralidad y a la exageración en muchas ocasiones).

Soberbio, impulsivo y superficial

Con un panorama como este, no es extraño que cuando se le asaltan los nubarrones Leo tenga tendencia a ser astrológicamente egocéntrico, arrogante por naturaleza, orgulloso y altanero e inevitablemente narcisista, entre otras lindezas. Y es que ser el centro de atención del zodíaco no siempre es un regalo del cielo...

Fogoso y apasionado, vive concentrado en disfrutar del aquí y ahora

Su elemento,el Fuego, tampoco ayuda. Aunque le otorga valentía, generosidad, calidez y cercanía en el lado claro, también le hace impulsivo y víctima de los fogonazos en el lado oscuro; lo que puede traducirse en el peor de los casos en arranques de mal genio y actitudes prepotentes.

Sin olvidar su hedonista y apasionada manera de vivir, que en el lado positivo hace que Leo sepa disfrutar de la vida como nadie, se entregue en cuerpo y alma en todo lo que le apasiona y ame como ninguno. Pero que, en el lado negativo, puede desembocar en una cierta tendencia a la superficialidad, el despilfarro y la infidelidad...