Lo que más me gusta del verano es leer en la playa. Cuando llega el momento siesta y todos se abandonan en los brazos de Morfeo, yo saco el libro y disfruto de la calma, de pasar las páginas con el mar de fondo.
Pero seamos sinceras. La playa tiene también sus distracciones, por lo que lo ideal es no llevarse lecturas demasiado complejas. Lo que necesitas son libros ligeros y adictivos que no te permitan despegarte por más escándalo que monten los vecinos en la sombrilla de al lado.
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Para mí, la fórmula perfecta se compone de una prosa sencilla (pero bonita), una historia que enganche desde el principio y un desarrollo que no ocupe más de 300 páginas. Así puedes llevarlas a todos lados, y no te exigen una gran concentración.
Ojo, porque esto no quiere decir que no sean buenas novelas. Lejos de las grandes novedades editoriales, como el nuevo libro de Isabel Allende, encontramos pequeñas joyas que se leen de una sentada y que son perfectas para disfrutar en la playa. En particular, este verano tengo cinco en la mira que son ideales para estos meses de calor.
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‘Una casa de hierro y de viento’ de Lorenzo Bonini y Paolo Valsecchi
La novela histórica suele ser un género algo pesado para el verano, porque los libros de este género tienden a ser largo. Pero he encontrado una cortita que va genial para estas fechas. Además, tengo que confesarlo, no me resisto a las novelas con las sagas familiares con mujeres fuertes. Disfruté muchísimo con la Saga Blackwater, que usa esa fórmula a la perfección, y este libro promete apuntar en la misma dirección.
Tiene 320 páginas (dentro de lo aceptable para estas fechas) y nos cuenta la historia de tres mujeres. Marta, la última descendiente de una poderosa familia de la que solo quedan ruinas y sombras; Laura, la primogénita rebelde y amante de la libertad que vuelve a casa con el corazón roto; y Ariadna, que dedica sus mejores años a levantar la empresa de la familia, hasta que algo la hace cambiar radicalmente de opinión. Y en el centro de todo está Giuseppen Riccardo Badoni, un emprendedor visionario de ambición desenfrenada que ha escrito en su diario sus secretos más ocultos. Y ese diario ha ido a parar a las manos de Marta.
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‘Hotaru’ de Bárbara Marui
Hace poco hablé de mi reciente pasión por los feel good japoneses. La obsesión no iba a parar en verano, así que te traigo una novela corta, de menos de 300 páginas, escrita por una española de pluma ligera y sencilla que te va a enamorar. Es un libro para disfrutar en la playa y sentirte bien, así de sencillo y poderoso.
El libro nos cuenta la historia de Seiya Hayashi, un neumólogo que padece una extraña enfermedad respiratoria sin cura que mató a su padre cuando era niño. Suena triste, pero espera. Porque por prescripción médica, Seiya vuelve al pueblo en el que nació, y con ayuda de su madre, monta una clínica de salud. Allí sucede todo, porque por medio de este cambio de escenario, Seiya se reencuentra con personas de su juventud, conoce a nuevos habitantes del pueblo y, por el camino, recupera lo más importante: lo que fue. Y ojo, que el libro está cargado de romance, porque uno de los antiguos rostros que vuelve a ver es el de Hotaru, su primer amor.
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‘Peligro en el atlántico’ de Erica Ruth Neubauer
Erica Ruth Neubauer, ganadora del Premio Agatha (y a mí todo lo que se acerque a la Dama del Crimen me tiene automáticamente enamorada) ha sacado el que, para mí, va a ser el cozy crime del año. Porque lo tiene todo.
Tenemos un inmenso y lujoso transatlántico, al puro estilo de Titanic y a una intrépida detective con un olfato muy afinado para los secretos ajenos. No está en el barco por casualidad. Tiene una doble misión: desenmascarar a un espía alemán y ayudar a una joven rica heredera a encontrar a su marido desaparecido. La forma en la que todo esto se enrevesa y enreda, tendrás que descubrirla por tu cuenta. Es una novela de 300 páginas, fácil de leer y que engancha desde el principio.
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‘Este whisky está de muerte’ de Natalie Jayne Clark
Tengo que reconocerlo: para mis las novelas de crímenes son el aderezo ideal a un día de playa. Tienen ese lenguaje que engancha y que te permite seguir concentrada en la lectura sin demasiado esfuerzo. Y cuando son cozy crimes cargados de humor negro, como este de Natalie Jayne Clark, mejor que mejor.
Tenemos a una pareja de mujeres, con dos cadáveres y una destilería. Porque nuestras protagonistas (que sí, son pareja) quieren sacar a delante un negocio de whisky en un pueblo aislado del mundo, cargado de rumores y prejuicios. Y por si eso no fuera obstáculo suficiente, al abrir su destilaría encuentran… Dos cadáveres conservados a la perfección en dos barricas.
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‘Casas limpias’ de María Agúndez
¿Te apetece algo más profundo, pero con una prosa muy fácil de leer? Entonces tienes que leer Casas limpias, una novedad literaria de la que está hablando todo el mundo. Personalmente, estoy obsesionada con esta novela.
Agúndez escribe con una claridad abismal, y al mismo tiempo te deja pensando en cada frase. Su protagonista podrías ser tú, podría ser yo o cualquier otra mujer del siglo XXI. Y te va a hacer reír, pensar y hasta llorar. Es una montaña rusa que este verano va a sentar de fábula a quienes veraneen en la playa. De la trama no voy a decirte nada, prefiero que la descubras página a página, porque empieza con fuerza y no te suelta hasta el final.