Alice Kellen es una de las escritoras más reconocidas de habla hispana en el sector de la literatura romántica. “El amor y la muerte son temas inagotables”, me confiesa en esta entrevista que concede a la revista CLARA con motivo de las grandes noticias que celebra este año 2025.
No solo tendremos pronto en librería una reedición de la colección de novelas cortas que está lanzando, dándole nueva vida a aquellos libros con los que empezó su carrera autoeditándose en Amazon. Además, Warner Bross y Netflix han confirmado, respectivamente, que tendremos película de Todo lo que nunca fuimos y serie de El mapa de los anhelos. Las expectativas están por las nubes.
JESUS UGALDE
Con esta excusa hemos tenido la oportunidad de charlar con Kellen, y reflexionar sobre los libros mal calificados como “femeninos”, los proyectos que la mantienen ilusionada, su proceso creativo y lo que podemos esperar de ella para el 2026.
Adaptaciones con mariposas en el estómago
Amazon
Pregunta: Nos hemos enterado de la noticia. Todo lo que nunca fuimos tendrá adaptación en el cine. ¿Cómo has recibido tú la noticia?
Desde dentro se vive distinto. Cuando estás dentro de todo el proceso, porque es verdad que al final los derechos los adquirieron hace cerca de tres o cuatro años. Luego vives como toda esta etapa en la que todo va muy lento, vas teniendo muchas reuniones con los productores… Hasta que de pronto llega un día en que te dicen que tira para adelante y te mandan el guio. Y ahí es cuando, al menos yo, lo vi real. Fue como, ‘ostras, que sí, que vamos a hacer una película’.
Pero bueno, lo estoy viviendo con mucha ilusión y también con un poquito de vértigo. Hasta que ya lo lees y te encaja el casting y todo, está ahí la expectativa, ¿no? Al final también eres como parte del público cuando adaptan una de tus novelas.
También sabemos que habrá adaptación de El mapa de los anhelos para Netflix. Estás a tope con las adaptaciones. ¿Son dos formatos muy diferentes? ¿El proceso será distinto?
Sí, claro. La serie sí que son varios capítulos, es una miniserie. Leí los guiones y fue como también esa sensación de ‘esto es real, ya está aquí’. Y bueno, el trabajo anterior a que salga a la luz es muy interesante. En este caso los guiones los ha adaptado Isa Sánchez, y creo que ha hecho un trabajo increíble. Al leerlo te das cuenta de cómo hay cosas que en la novela funcionan, pero luego, a la hora de adaptarlo a un medio visual tiene que cambiar. En este caso, por ejemplo, era la presencia la presencia de la hermana de Grace, Lucy. Teníamos que buscar cómo incorporarla a la trama. Y la verdad es que ha hecho un trabajo increíble y han tenido también muy en cuenta mi opinión, que siempre se agradece, para que siga siendo un poquito tuyo. Dentro de que eres consciente de que al final, estás dejando algo que has creado en manos de otros y que tiene que ser así. Porque son ellos los que saben, los que entienden y los que se dedican a esto. Pero bueno, con muchas ganas. El año que viene, el 2026, va a ser muy intenso en este sentido, porque llega todo, así que a ver qué tal.
Volviendo a los inicios
Tiene que ser impresionante. Empezaste autopublicando, y ahora vas a ver en la gran pantalla una de sus historias. ¿Cómo se vive ese éxito como escritora?
La verdad es que a veces cuesta un poco recoger y no ir automático. Pararte a pensar. Porque tampoco te sientas y te pones a hacer balance de en qué punto estás o lo que has logrado. Pero es verdad que yo siempre digo que he tenido la suerte de que todo haya sido como muy paulatino. Al final empecé en Amazon autopublicándome, pero luego me sacó en librerías una editorial pequeñita, después pasé a otra editorial mediana y luego después de cinco novelas ya llegó Planeta.
Entonces es como esta sensación de que vas subiendo como una escalera y te da tiempo a saborear cada momento y vas recogiendo lectores como año tras año. Yo siempre pienso que es más duro sacar una novela y que sea un éxito increíble, que te llegue todo de golpe. Porque creo que necesitas tiempo para asentar las cosas y poder tener una buena base.
¿Siempre supiste que te quería dedicar a esto?
Sí, lo que pasa es que no lo veía factible. Decir con 15 o 16 años ‘yo quiero ser escritora’, sonaba muy utópico y muy poco realista. Principalmente porque es un trabajo que aquí en España no tiene ninguna pauta. En Estados Unidos, Inglaterra u otros sitios sí que existe una carrera enfocada a la escritura creativa, pero aquí no. Aquí es un camino propio que tienes que hacer tú misma. Pero sí, a mí desde pequeña, lo que me gustaba hacer en mi tiempo libre era escribir y era lo que hacía cuando volvía del instituto. Dejaba la mochila y me sentaba en el escritorio por diversión y por placer.
Siempre digo que incluso aunque no hubiese ido bien, da igual, yo creo que hubiese seguido escribiendo toda mi vida. A veces más, a veces menos, y no de una forma tan profesionalizada, como cuando ya tienes un calendario y es tu trabajo. Pero creo que la escritura siempre habría formado parte de mi vida.
Proceso creativo y literatura romántica
¿Cómo es tu proceso creativo? ¿Cómo te enfrentas a escribir algo nuevo?
Pues el proceso quizá más complejo para mí, o más importante, es la pre-escritura. Son esos meses un poco de barbecho, que normalmente estás de gira de la anterior novela y empiezas a pensar en el siguiente proyecto. Y ahí no hay horarios. Ahí estás todo el día, da igual que estés en el tren, en la ducha, llevando a los niños al colegio en el coche. Tú estás pensando en los personajes, en la trama, encajando todo en tu cabeza y haciendo un poco como la escaleta y el esquema de lo que quieres contar.
Luego ya, una vez tienes esto, lo recoges y ya es el proceso un poco del volcado, que es cuando abres el ordenador y ya dices: ‘venga, ya lo tengo, voy a empezar a escribir’. Es otra parte, obviamente más técnica.
En el proceso a mí me gusta, o me gustaría, no siempre puede ser, trabajar por las mañanas. Es el momento en el que siento que mi cabeza está más limpia y despejada.
Normalmente, me gusta que sea algo intensivo, no me gusta alargar la escritura durante un año. Puedo alargar el pensar en una historia durante un año, pero lo que es ya escribirla, una vez me meto, son unos meses muy intensos en los que creo que hay que escribir todos los días o casi todos los días, tener mucha rutina, estar en casa, parar un poco el tema de los viajes, de promoción y de alguna forma como meterte en la cueva.
Aunque el género romántico, y en especial el juvenil, es lo que mejor está funcionando en el sector editorial, sigue quedando gente que mira mal hacia la mal llamada “literatura femenina”. ¿Tienes algún alegado a favor de la literatura romántica y de todos aquellos que la disfrutamos?
Sí, claro. Lo que pasa es que al final es verdad que con el paso de los años llega un punto en el que también yo me noto como cierto hastío a la hora de tener que reivindicar algo que me parece tan… No sé.
Al final, esto tiene que ver con los prejuicios ajenos, y te da la sensación de que tú tienes que hacerte cargo de esos prejuicios y estar como intentando convencerles. Y dices ‘bueno, pues oye, cada uno con sus cargas y sus prejuicios que se haga cargo y que se apañen’. Y escribes para la gente que a que le gusta el género o la gente que está abierta a leerlo. Porque mucha gente viene y te dice ‘yo nunca había leído una novela así porque pensaba que esto o aquello, y un día decidí darle una oportunidad y me gusta’.
Acabas escribiendo para esa gente y dejas de dedicar tiempo a otras personas que sabes que jamás, nunca van a abrir ni siquiera un libro o van a entender que hay público para todo.
Y es que además para mí el amor me parece un tema tan bonito... Es que los temas, los grandes temas, los que nos interpelan a todos son el amor y la muerte. Y me sorprende cuando a veces se hace de menos todo lo que tiene que ver con la parte romántica, con lo emocional, lo sentimental.
Se ve como cursi, como algo ajeno. Como si no nos enamorásemos todos, como si no hubiésemos pasado todos por esa etapa de encandilamiento y de vivir intensamente, de que el centro de tu mundo sea ese sentimiento. A mí me siguen encantando las historias de amor. Creo que, al igual que la muerte, es un tema inagotable que siempre seguirá presente. Se pueden hacer grandes cosas teniendo esa columna vertebral en la novela, que es una historia de amor. Creo que alrededor de esa historia de amor se pueden crear muchas formas diferentes, hay infinitas perspectivas y cada novela te ofrece algo distinto.
Y creo que se puede sacar muchísimo de ahí, que todavía queda y que siempre estarán presentes, afortunadamente.
Nuevos proyectos
Para acabar, Alice. ¿Nos puedes contar en qué estás trabajando? ¿Qué podemos esperar para este 2025 y el 2026?
Ahora en 2025 sacamos una novela, que es la segunda novela que autopubliqué en su momento, que se titula Sigue lloviendo. Es una novela cortita que forma parte de una colección un poco diferente, en tapita dura, pequeñita. Llevamos dos publicadas. El chico que llevaba constelaciones y La teoría de los archipiélagos. Son más sentimentales y son más cortitas. La teníamos pendiente porque no estaba disponible y aprovechamos este año, que no iba a sacar novedad, para que vea la luz. Esto sale en septiembre.
Y ahora he empezado con el próximo proyecto, que ya se publicará en 2026. Y bueno, estoy muy ilusionada. Gira en torno a un club de copas y a un grupo de amigos. Son cuatro chicos y de pronto aparece una chica que llega a sus vidas, y bueno, a ver qué sale de aquí.