Llevo ya unos cuantos libros de romantasy a mis espaldas —muchos, ¿para qué nos vamos a engañar?— y puedo decir que Sangre y acero de Helen Scheuerer (RBA Lit) ha sido, con diferencia, uno de los que más he disfrutado últimamente. No porque invente nada nuevo, sino porque todo lo que hace, lo hace MUY bien. Engancha, emociona, y te deja con esa sensación adictiva de "un capítulo más y lo dejo", hasta que de repente son las dos de la mañana y sigues ahí, pegada a la historia como si tu vida dependiera de ello.
Sangre y acero, de Helen Scheuerer
Antes de que te lances de cabeza a esta reseña, déjame ponerte en situación Althea Zoltaire sabe que va a morir —¿menudo marrón, verdad?— Aunque, para ser justos, lo decide una profecía, no ella. Así que, mientras el reloj corre en su contra, decide cumplir su mayor sueño: convertirse en una guerrera de leyenda. ¿El único problema? En su mundo, a las mujeres no se les permite portar armas.
Lit RBA
¿La solución? Entrenar en secreto para entrar en la fuerza de élite que protege a los cinco reinos de las criaturas que acechan tras el Velo. Y si eso no fuera ya bastante complicado, aparece Wilder Hawthorne: un soldado tan temido como fascinante, con el que compartir espadas será… peligroso, en todos los sentidos.
Thea Zoltaire: una heroína con cuenta atrás
Thea Zoltaire es la clase de protagonista que me encanta: víctima de una maldición que amenaza con acabar con ella (literalmente) y con muchas más agallas que opciones reales. Lo tiene todo en contra, pero aun así sigue adelante. Y no hablo de la típica heroína que sufre en silencio y espera que las cosas se resuelvan solas. No. Thea entrena, se cabrea, se rebela y se levanta cada vez que la vida, los monstruos, o el sistema patriarcal de su mundo, la tiran al suelo.
Además, tiene ese punto ácido y directo que hace que sus diálogos sean oro puro, especialmente cuando se cruza con cierto personaje masculino.
¿Wilder Hawthorne? Sí, gracias
Wilder es el típico personaje masculino que frustra y enamora a partes iguales. Oscuro, poderoso, con secretos por doquier y un código de honor que le obliga a morderse la lengua (y las ganas) más veces de las que quisiéramos.
Ya desde el primer momento saltan chispas entre ellos, y aunque la tensión romántica está cocinada a fuego lento —somos lectoras de romantasy, ¿qué esperabas? — no te preocupes: todo llega. Por si te lo estás preguntando: sí, tenemos muchas de esas escenas que las fans del romantasy adoramos. Discusiones que acaban en besos acalorados, escenas spicy (que no te voy a spoilear, pero ufff), el momento “¿quién te hizo eso?” con venganza incluida, y varias sesiones de entrenamiento que incluyen arco, tensión contenida y esos acercamientos que hacen que te olvides de respirar. Básicamente, todo lo necesario para enamorarte de esta pareja.
@albawrites
El romance está muy bien, pero… ¿y la historia?
Sin entrar en spoilers, puedo decir que es una historia que combina muy bien los elementos clásicos del romantasy: entrenamiento militar, profecías oscuras, criaturas que dan mal rollo y una protagonista badass a más no poder.
La ambientación está bien lograda, con un mundo que mezcla magia, política y un pasado con muchos secretos por descubrir. Es un libro introductorio así que amigas: paciencia.
Lo importante es que te mete en la historia desde el principio y no te suelta. Tiene ritmo, tiene acción, tiene momentos emotivos y tiene un equilibrio muy bien medido entre la trama general y la parte romántica.
Y sí, no me olvido del grupo de amigos. Porque no todo es tensión romántica y entrenamiento militar: Sangre y acero también te regala esa sensación calentita de familia encontrada. Kipp, Cal, Wren... todos ellos aportan luz y humor a una historia que, por momentos, es oscura y desgarradora. Tanto es así que ya estoy temiendo por sus vidas en los próximos libros. Si la autora decide rompernos el corazón en el futuro, me va a tener llorando en posición fetal. Avisada queda.
¿Recomiendo Sangre y acero?
Sí. Mil veces sí. Especialmente si te gusta el romantasy con protagonistas complejas, romance slow burn, entrenamientos, pruebas, besos robados e intereses románticos que no saben qué hacer con lo que sienten. No es que me haya gustado. Es que ya estoy haciendo hueco en la estantería (y en el corazón) para los siguientes libros. Eso sí, prepárate: este es solo el primer libro y esto va a ser una serie larga. Pero si son tan buenos como el primero, que alguien me pase la daga: yo ya estoy dentro y no pienso salir.
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