Si por algo será recordado el 2024 en Dinamarca, sin duda será por el gran cambio que ha experimentado allí la Casa Real. Una metamorfosis que, en realidad, comenzó a gestarse semanas antes de que comenzase el mes de enero. Y eso que no se hizo saber hasta el 31 de diciembre de 2023, durante el discurso de Fin de Año, cuando Margarita II comunicó a los súbditos de la Corona y al resto del mundo su decisión de abdicar en favor de su hijo Federico.
Fue así como quedó anunciado 'el principio del fin', porque se trataba de un cierre ciertamente amargo a las más de cinco décadas que la Reina había ejercido como soberana. Todo a raíz del escándalo provocado por su primogénito, después de que la revista 'Lecturas' se hiciese eco de la escapada secreta del heredero a Madrid junto a Genoveva Casanova. Escenario difícil para la institución que supuso su retirada en el propósito de apaciguar a las masas, y pistoletazo de salida a una etapa agridulce para la ya exmonarca.
Y eso que Margarita todavía mantiene el título de Reina e incluso participa en actos oficiales. Lo hizo el pasado miércoles en una conferencia sobre esclerosis en Copenhague, aunque ya desde la distancia y viendo cómo su hijo mayor es el encargado de representar al reino a efectos prácticos. El caso es que incluso ha tenido ocasión de 'volver' ser la persona de referencia de la dinastía durante las sonadas ausencias de Federico.
No obstante, entre habladurías y críticas constantes a la gestión del nuevo Rey, a la más longeva de los Glücksburg se le acumulan los problemas. Véase el inesperado accidente que ha sufrido y que le ha supuesto ingresar en el hospital.
El accidente de Margarita II que preocupa a los daneses
Fue la misma Casa Real danesa la que hizo público a través de un comunicado emitido jueves 19 de septiembre. "La reina Margarita fue trasladada por la noche al Hospital del Reino después de caerse en el castillo de Fredensborg", informaba el texto difundido por la agencia Ritzau. Claro, conciso y sin profundizar en demasía en este hecho que tuvo lugar el miércoles 18. Eso sí, exponiendo el estado en el que se encuentra la Reina, de 84 años de edad, después de sus primeras horas ingresada en el centro médico.
"Se encuentra bien, dadas las circunstancias, pero está bajo observación", puntualizaba el mensaje publicado, en el propósito de calmar a las gentes y relajar la preocupación entre los daneses. Una preocupación comprensible, dada la edad de la que hasta hace unos meses era soberana de la nación, que tampoco termina de resolverse en este ejercicio de hermetismo atronador. Dinámica que lleva el silencio por bandera, y en realidad no es ninguna novedad para la monarquía danesa. Con la gran diferencia, claro está, de que la Corona ya no cuenta con el enormísimo respaldo del inconmensurable cariño que el pueblo profesaba a Margarita por su labor.
GTRES
Un cariño mutuo de forma simbólica, pues ella siempre alegó que su trabajo era "de por vida". Esa fue su intención en todo momento y así lo hizo saber siempre que le preguntaban por la posibilidad de ceder el testigo en vida. Ahora, su realidad es bien distinta. Más descansada, pero con la pena de que la nueva generación ya ocupa el título que durante tantísimo tiempo ostentó y cuidó. Con la complejidad añadida de que no todos parecen estar contentos con la figura de su hijo en el primer escalafón de la institución, a la que ha sumado este 'misterioso' bache de salud.
Federico X, muy cuestionado en su labor de Rey
Federico, por su parte, sí se ha pronunciado sobre este momento complicado. Lo ha hecho de forma directa con la prensa durante uno de sus últimos actos, en los que ha reiterado que "mi madre está bien dadas las circunstancias", además de dar las "gracias por hacer la pregunta" y asegurar que "está en buenas manos". No tan en buenas manos está, por contra, la Casa Real. Al menos así lo han sentenciado muchos observadores de la Corona durante los últimos meses, en vista de las decisiones que el Rey ha tomado en los poco más de ocho meses que se cumplen desde la proclamación.
Gtres
Y es que por mucho que el 14 de enero de 2024 será por siempre una fecha que Federico nunca olvidará, la polémica estaba servida y le precedía. A los cuestionamientos constantes sobre la solidez de su matrimonio con Mary Donaldson se sumaron pronto las críticas por sus repetidas ausencias. Esas semanas en las que apostó por tomarse vacaciones, aunque fuesen familiares, cuando ni siquiera se cumplía medio año desde su ascenso al trono. Controversias que han ido relajándose con el paso del tiempo y la demostración de una implicación cada vez mayor. La gran duda sigue siendo si logrará enmendar del todo sus sonoros errores.