“Tenemos la obligación moral de cuidarnos cada uno”, escribe José Viñas, sabio español de la longevidad, en su libro La ciencia de la longevidad. Porque si no te cuidas, envejecerás mal y quienes tendrán que cuidarte serán los demás. “Cuidarse es un acto altruista, no egoísta”, añade el experto en una entrevista para Cuerpomente. 

La misma idea la rescata Mónica Fuentes, campeona de Powerlifting a los 60 años, una mujer inspiradora que nos enseña lo importante que es entrenar fuerza para mantenernos en buena forma durante muchos años

Fuerza
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“A mis hijos les regalo en seguir haciendo ejercicios de fuerza para ser una adulta mayor, autoevalúente y entretenida” se puede leer en sus redes sociales. Y es que para ella hacer ejercicio no es solo cuestión de estética, de salud o de estilo de vida. Es un regalo activo que hace a sus hijos por tres poderosas razones. 

Tres regalos que puedes hacer a tus hijos cuidándote

Para nuestros hijos queremos solo lo mejor. Y lo expresamos con afectos, regalos y atenciones. Pero quizá la manera más idónea de demostrarles todo este afecto no sea otra que cuidarnos a nosotras mismas. 

El tiempo pasa, y empezar a entrenar a los 40, los 50 o los 60, puede garantizarnos llegar a los 70 o los 80 en plena forma. Valiéndonos por nosotras mismas, sin necesidad de que nadie nos ayude a guardar las compras, a ducharnos o incluso a cocinar. Por no hablar de vivir al máximo esos años que son para el disfrute, para caminar sin prisa y compartir con aquellos a los que queremos sin que nada nos limite. 

Por eso, asegura Mónica, el mayor regalo que puedes hacer a los tuyos es seguir activa. Y sobre todo, entrenar fuerza

Visitarlos a donde quieran que vayan

La vida nos lleva por derroteros inimaginables. Es por eso, explica Mónica, que su vida dio un vuelco a los 59 años, cuando comenzó a entrenar fuerza. A los 60, tan solo ocho meses después, batió el récord en levantamiento de peso en su categoría y se convirtió en campeona de powerlifting en Chile. La primera en su categoría, Master 3. 

Pero lo que siempre la ha motivado a entrenar y a mantenerse en forma no ha sido ganar títulos, ni siquiera mejorar su figura. Su verdadero objetivo era convertirse en “una mamá que puede ir a ver a sus hijos donde quieran que estén, no importa la edad que tenga”. 

Para ella, entrenar fuerza cada día es una garantía de movilidad. “Hasta mis últimos días voy a tener músculos”, explica, “voy a hacer ejercicio de fuerza, ¿para qué? Para caminar, para desplazarme, para no depender de nadie y que si me voy a tropezar me pueda levantar a tiempo, porque van a estar activadas mis fibras rápidas de los músculos”. 

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Independencia en el día a día

El segundo de los regalos que Mónica espera poder hacer a los suyos es ser “una mamá que se pueda limpiar hasta el último rincón de su cuerpo”, algo que a muchas mujeres les preocupa a medida que pasan los años. 

La independencia y la autonomía son esenciales para no depender de aquellos a los que amamos, pero también para poder seguir viviendo con libertad, con nuestras propias normas y horarios. Todo esto, Mónica asegura que lo va a conseguir porque va a “trabajar movilidad, la movilidad de caderas, de hombros, de todo lo que significa moverte, para limpiarte a ti misma, en la ducha y en otras partes más íntimas”. 

Más allá de la evidente incomodidad evitada, esto que dice Mónica tiene un impacto clave en la salud mental. Poder seguir encargándote de tu propia higiene a medida que pasan los años tiene un fuerte impacto en la autoestima, algo que a los psicólogos especializados en adultos mayores les preocupa. 

Esta autonomía preserva nuestra dignidad, mejora la percepción que tenemos de nosotras mismas a medida que pasan los años y reduce la sensación de ser una carga. Por no hablar del claro impacto que tiene sobre nuestra calidad de vida. 

Disfrutar
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Seguir disfrutando de la vida

No nos gusta pensar en la vejez. Da miedo. La vemos como una etapa triste y apagada, pero no tiene por qué ser así. De hecho, los psicólogos han probado que existe lo que ellos llaman “curva de los 50”, que demuestra que a partir de esta edad es cuando más preparados estamos para disfrutar. Para vivir siendo felices. Porque tenemos más herramientas para gestionar el estrés y menos razones por las que estresarnos. 

El único obstáculo es la salud. Y por eso, como dice Mónica, el tercer regalo que concederás a los tuyos si te pones a entrenar desde ya es ser “una mamá entretenida, ágil, y una abuela que pueda ir con los nietos a cualquier lugar”.

Te estarás preguntando qué relación tienen la diversión y el deporte. Más allá de conservar la movilidad, que es esencial para poder ir a todas partes sin limitaciones, el ejercicio, como señala Mónica, es esencial para que conservemos “un sistema nervioso activado y una mente lúcida”. 

Así que sí, hacer ejercicio te ayudará a ser la madre que tus hijos merecen a los 60, a los 70, a los 80 e incluso a los 90. La esperanza de vida ha cambiado, así que es hora de cambiar la forma en la que nos cuidamos. Y empezar a entrenar fuerza es el primer paso. La pregunta es, ¿tú que le vas a regalar a tus hijos?