M. Paz Pellús, farmacéutica: “Con la fotoprotección solar oral conseguimos una cobertura más uniforme que con las cremas”

Afortunadamente para la salud de nuestra piel, la fotoprotección vía tópica, las famosas cremas solares de toda la vida, ya está instaurada en las rutinas de cuidado facial de muchas personas y cada vez se extiende más entre los consumidores de forma diaria. Incluso, ya muchos (sin ser expertos en el tema) afirman que ponerse protector solar es la base de cualquier cuidado, de una piel sana y rejuvenecida.

En materia de protección solar, es indispensable contar con un protector solar con un alto factor de protección (SPF), especialmente en los meses de primavera y verano. Además, lo ideal es que sea de amplio espectro, es decir que proteja de todos los tipos de rayos porque “son distintos tipos de radiación y es diferente la penetración en las capas de la piel, por lo que vamos a tener daño en la capa más superficial y en la siguiente capa, un poco más en profundidad”, cuenta M. Paz Pellús, farmacéutica evaluadora de seguridad de productos cosméticos y experta en asuntos regulatorios en la industria cosmética y que, además, comparte todo su conocimiento en su cuenta de Instagram @maypa_.

Por un lado, se encuentran los rayos UVA, que se trata del 95% de la radiación que llega a nuestra piel, según cuentan los expertos de Cantabria Labs. Y, aunque posee un menor poder energético, presenta “una mayor capacidad de penetración que le permite traspasar nubes, cristales y llegar hasta una capa más profunda de nuestra piel, la dermis”, añaden.

Además, son los que más dañan la piel, ya que, como indica el laboratorio español, ”a corto plazo, dañan el colágeno y la elastina, alteran el sistema inmunitario y pueden provocar alergias solares. A largo plazo, son responsables del fotoenvejecimiento cutáneo y la aparición del cáncer de piel”.

Por otro lado, los rayos UVB son el 5% restante que llega a la superficie terrestre. Esta radiación es retenida por las nubes o por medios físicos como por ejemplo los cristales, mientras que “el nivel de penetración en el cuerpo humano es la de la capa más superficial de la piel, la epidermis”, exponen los expertos de Cantabria Labs. Este tipo de radiación B son los que hacen que la piel coja el tono bronceado en verano, pudiendo llegar a provocar las temidas quemaduras solares.

Fotoprotección vía oral: todo lo que debes saber

La fotoprotección oral es el complemento ideal a la protección en crema porque protege las fibras de sostén de la piel, es decir, el colágeno y la elastina, lo que se conoce como ‘colchón dérmico’. De hecho, una exposición prolongada al sol puede dar lugar a una elastosis solar, una condición en la que la piel se acaba engrosando, cuarteando y perdiendo flacidez.

Uno de los principales beneficios de los suplementos solares, que normalmente vienen en cápsulas, es que protegemos toda la superficie de la piel que no se llega a hacer de forma tópica. Así lo explica la evaluadora de seguridad de productos cosméticos: “lo más importante es que, al final, conseguimos una cobertura más uniforme que con las cremas”.

Y, pese a parecer un asunto nimio, "todavía hay gente que no se aplica bien la protección solar. Hay gente que no reaplica el tiempo que tiene que replicarlo. Hay muchas veces que se nos olvidan zonas como las orejas, los empeines, que son los sitios donde más nos quemamos en verano", declara M. Paz Pellús.

Por tanto, las cápsulas solares no sirven como una sustitución de las cremas que se aplican por vía tópica, sino que es “una forma de completar la protección tópica de una manera uniforme y prolongada en el tiempo” y es una forma muy buena de hacerlo. “La fotoprotección oral va a conseguir que aumentemos el tiempo de exposición a la radiación”, expresa la farmacéutica, lo que significa que podremos estar expuestos a la radiación y no quemarnos tan pronto.

Ingredientes que, sí o sí, debemos fichar en la fotoprotección oral

Según la experta, son varios los ingredientes indispensables para proteger la piel del sol, especialmente los filtros biológicos con poder antioxidante. Algunos de estos son la astaxantina o el hidroxitiroxol. Con respecto a este último, como desvela la experta, “se ha visto que es 10 veces más potente que la vitamina E y 100 veces más potente que la vitamina C”.

Sin embargo, en este grupo, el principal, el que tiene más estudios, es el Polypodium leucotomos, que “es un extracto de un helecho y un activo muy completo”. Podríamos decir que, en términos de protección oral, este ingrediente se ha alzado como el buque insignia, ya que es una planta que ha sobrevivido a todos los cambios planetarios porque no le afecta el sol y, por lo tanto, no se quema. Su importancia viene determinada por, además de su poder antioxidante, por otros dos factores muy importantes: 

1. Su capacidad fotoinmunoprotectora. “Nos va a ayudar proteger las células de Langerhans, que son las células implicadas en la inmunidad de la piel”, explica Pellús.
2. Su efecto antienvejecimiento. La farmacéutica sostiene que “va a potenciar esa reparación y los fibroblastos los encargados de la producción del colágeno, entonces va a tener un potente efecto antienvejecimiento, además de disminuir la hiperpigmentación”.

Además, lo interesante es que los suplementos solares incluyen otros “ingredientes que nos aportan ese poder antioxidante que también nos hace falta con respecto a la generación de radicales libres. Ya no solamente es potenciar la protección, sino que hay un añadido que siempre es beneficioso”, comenta M. Paz Pellús.

Para quiénes están recomendada la protección solar oral

Aunque, realmente, todos podemos beneficiarnos de los efectos de la protección oral, ya que “vamos a prevenir esos daños que nos va a producir el sol”, tal como recomienda la farmacéutica experta en industria cosmética, es casi de carácter obligado que ciertas grupos utilicen este nutricosmético de forma regular:

• Personas que tengan patologías que cursan con inflamación como psoriasis, dermatitis o acné.
• Personas con un fototipo de piel muy claro.
• Personas con tendencia a las hiperpigmentaciones (manchas).

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