Incluir un sérum en tu rutina facial al entrar en la década de los 30 es una recomendación habitual de cualquier dermatólogo. Sin embargo, a los 50 años es un básico al que no debes renunciar ni un solo día. La piel de la cara es especialmente sensible, está siempre al descubierto y en constante contacto con factores externos como los rayos UV o la contaminación y con el paso del tiempo experimenta esto se traduce en pérdida de firmeza y elasticidad, aparición de manchas y arrugas y falta de luminosidad.
El sérum se convierte entonces en el cóctel perfecto para combatir estos efectos. Es el aliado de la crema antiedad, un imprescindible para combatir la piel apagada y lograr que el rostro resplandezca.
Este 2023 se han acabado las excusas para no empezar una rutina facial que te ayude a verte mejor, con la piel más iluminada y joven. Te damos toda la información que necesitas para que solo tengas que decidir qué sérum usar según tu tipo de piel y objetivos.
¿Qué es el sérum y para qué sirve?
Es un producto indispensable en la rutina facial. Un sérum es un cosmético en forma de emulsión que contiene una concentración de ingredientes activos muy elevada. Tiene una textura ligera que favorece la rápida absorción, lo que facilita la penetración profunda de los activos en la piel. Incluso pieles mixtas y grasas pueden utilizarlo asiduamente sin miedo a brillos y efecto pesado.
El sérum no sustituye a la crema hidratante, sino que la complementa. Refuerza la acción de esta, ya sea solo hidratante o bien contenga también algún tipo de tratamiento.
¿Cómo aplicar el sérum de la forma correcta?
Tras limpiar y tonificar el rostro, llega el turno del sérum. Tan solo necesitas unas simples gotas para que actúe de forma eficaz. A priori, el sérum se puede usar de día y de noche, o tan solo en uno de los dos rituales, depende de cada piel o los objetivos que busquemos.
- Importante. Debemos tener en cuenta que hay ingredientes que puede limitar su uso. Por ejemplo, el retinol (vitamina A), uno de los ingredientes estrella del momento en cuestión de antienvejecimiento, es fotosensible, que no fotosensibilizante. Esto implica que, aunque no genere ninguna reacción negativa directamente sobre la piel, pierde su eficacia en cuanto le dan los rayos solares. Además, por su acción exfoliante podría dejar la piel más debil frente a las radiaciones solares. En este caso, el ritual debería ser el siguiente: usar el sérum con retinol solo por la noche con la crema hidratante o antiedad a continuación; a la mañana siguiente lavarse bien la cara y tras el sérum y/o crema matutinos aplicar un fotoprotector solar FPS50.
¿Qué sérum es mejor para iluminar el rostro?
A día de hoy existen diversos tipos de sérums en función de su composición, del efecto que deseemos conseguir y del tipo de piel a tratar. En el caso del efecto iluminador que requieren las pieles maduras, ingredientes como la vitamina C son fundamentales por su poder antienvejecimiento.
- Sérums de vitamina C. Cuentan con efecto antioxidante y además son eficaces en el tratamiento y la prevención del envejecimiento cutáneo. Es un activo esencial para la síntesis de colágeno y elastina, por lo que resulta efectivo en la prevención y tratamiento de las arrugas superficiales de la cara. Asimismo, este tipo de sérum funciona como protector de la piel ante los radicales libres y el estrés oxidativo, y tiene una acción iluminadora, además de ayudar a unificar el tono. Recurrir a él a partir de los 40 o 50 años se convierte en un ritual prácticamente obligatorio.
- Sérums con ácido hialurónico. La función principal es hidratar, atraer el agua y transportarla a las capas más superficiales de la piel. Además, tiene un efecto relleno que consigue difuminar las líneas de expresión y mejorar la apariencia de las arrugas más marcadas. Tras su uso continuado durante varias semanas, la piel se ve más más tersa y jugosa. .
- Sérums con retinol. Hablamos de un producto reparador que aumenta la síntesis de colágeno y elastina, acelera la renovación celular, lucha contra la oxidación de los radicales libres y combate el fotoenvejecimiento. Todo ello lo ha convertido en el ingrediente antiaging más popular.