Tatiana Blatnik, la cuñada que acaba de perder Marie Chantal: su dura infancia y un compromiso irrevocable

Ni la de Reino Unido, ni la Holanda, ni la de Dinamarca. Si hay una Casa Real con la que los Borbones están unidos de por vida, esa es la de Grecia. Por motivos evidentes si se mira hacia arriba en el árbol genealógico, pues doña Sofía era hermana de Constantino II, el último Rey de los helenos. Desde entonces, y pese a que la monarquía llegó a su fin en el país, la relación entre ambas dinastías ha sido estrecha. Tan estrecha como que incluso han llegado a darse roces, aunque no entre sus miembros de sangre. Imposible olvidar la enemistad de las consortes. Letizia y Marie Chantal se 'enfrentaron' por el manotazo de la discordia.

Un trago amargo para las familias que ya parece estar resuelto, aunque parece que no era, ni de lejos, el último al que tendría que enfrentarse la parte más mediterránea de los Glücksburg. El drama continúa, y no solo por la tragedia interna que supuso el fallecimiento del cuñado de Juan Carlos I en enero de 2023. Ha sido uno de sus hijos el que ahora se ha convertido en en el objetivo de todas las miradas. Y no es Pablo, el marido de Marie Chantal y príncipe heredero de iure, sino su hermano pequeño. El príncipe Nicolás, el tercero de los hijos de Constantino, se separa de la venezolana Tatiana Blatnik después de 14 años de matrimonio.

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Lo ha hecho saber la oficina privada de la familia real a través de un comunicado antes de que se diese un estallido mediático, dejando claro que se trata de una decisión "tomada con gran cuidado y respeto mutuo, reflejando la profundidad de su aprecio". Palabras que remiten a un punto y aparte en sus vidas tras más de una década juntos y sin haber tenido ninguna descendencia. Sea como fuere, la idea es que sus interacciones futuras sigan "guiándose por estos mismos principios de respeto y comprensión", además de que "seguirán viviendo y construyendo sus vidas en Grecia".

El cese de su unión, a pesar de que se presuma amigable, cae como un absoluto jarro de agua fría para la estirpe, que recientemente se reunía en Windsor para la misa homenaje al rey Constantino que organizó la Corona británica. Y es en momentos como este en el que volver la vista atrás se convierte en inevitable, con el recuerdo de una relación que comenzó allá por el 2004, durante las olimpiadas de Grecia. Nicolás quedó prendado de ella, una mujer de familia multicultural, de madre alemana y padre esloveno que se había establecido en Venezuela. Tatiana, que ahora tiene 43 años, nació en Caracas, pero pronto aterrizó en Suiza y dio el pistoletazo de salida a esa andadura europea que, para su sorpresa, la llevó hasta la realeza.

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Tras estudiar en el internado Aiglo College, de allí voló de nuevo a América para formarse como socióloga en la Unversidad de Georgetown. En cualquier caso, fue de vuelta en Suiza donde conoció al hombre que hasta ahora ha sido su gran amor. El primer encuentro se dio en el club Gringo, en la elitista estación suiza de Gstaad. La llama se encendió y los llevó hasta el altar en el 2010 y en la isla griega de Spetses. Fue la primera boda real celebrada en el país pasados 46 años de la abolición de la monarquía. Gran paso que, más tarde, los llevó a mudarse al barrio londinense de Chelsea, donde se afincaron hasta el 2014, cuando volvieron a Atenas. Una última etapa en la que, más allá de la discreción, Tatiana ha hecho gala de un compromiso irrevocable con la salud mental con la creación del movimiento 'Breathe Hellas'.

La tragedia que marcó la infancia de Tatiana Blatnik

El hecho de que Blatnik esté tan concienciada con cuidar la cabeza tanto como el físico no es arbitrario. Al fin y al cabo, ella vivió de cerca cuan difícil es lidiar con una enfermedad mental cuando solo era una niña. Solamente tenía 7 años cuando su padre se quitó la vida de forma voluntaria, y aunque no descubrió el verdadero motivo del deceso hasta muchos años después, desde entonces su vida cambió para siempre. Es por eso que, si algo ha tenido claro Tatiana, es que nada debería estar por encima de los autocuidados que comienzan desde dentro. Una idea siempre presente para la exesposa del príncipe Nicolás: la de dejar una huella positiva en la sociedad.