Sin dolor

Cómo ir cómoda con tacones

Descubre los modelos de tacón y zapatos más cómodos, y los trucos para que subirte a ellos no sea una tortura para tus pies.

Mamen Lorenzo

Directora de Estrategia Digital

1 de diciembre de 2017, 11:15

Unos zapatos de tacón alto pueden hacer mucho por nuestras piernas: parecen más largas y tonificadas y, como resultado, la silueta se estiliza. Vamos, que conseguimos en un momento una versión 2.0 de nosotras mismas. Pero… como en todo, no hay premio sin sacrificio: después de unas horas subidas a los tacones podemos dejar de sentir los pies (literalmente). ¿Se puede llevar tacones sin dolor? La respuesta es sí. En nuestra galería de imágenes puedes encontrar los modelos de zapatos y tacón más cómodos, pero toma nota también de estos trucos para elegir y llevar zapatos de tacón sin dolor y con estilo:

Fíjate en el alto ¡y en el ancho!

Y es que a la tortura de llevar el pie prácticamente de puntillas se puede sumar la de llevar los dedos apretados debido a la punta estrecha. Esto ocurre sobre todo con los stilettos. Para evitar la doble tortura, busca zapatos de tacón alto que tengan la zona del principio del empeine ligeramente abombada para que haya sitio para todos tus dedos (sí, la mayoría de las mujeres tenemos cinco dedos, aunque muchos fabricantes parecen haberlo olvidado).

Un número más

Si encuentras un salón en punta con la parte delantera abombada y aun así no estás cómoda, prueba a llevar un número más y a poner una almohadilla de gel en el interior para que el pie no se vaya hacia delante. Como último recurso te queda elegir un modelo de punta redondeada, menos sexy pero… definitivamente más cómodo.

El secreto es el equilibrio

Cuando te mires unos zapatos de tacón comprueba que se mantienen de pie por sí solos… Parece una tontería, pero hay taconazos que cuando los dejas solos en el suelo y les das un ligero toque en la zona del talón tiemblan y se tambalean, o incluso se caen. O sea que, aunque la dependienta te mire raro, antes de probártelos, déjalos en el suelo y dales un pequeño toque con el dedo para comprobar su estabilidad. Si no tiemblan, la horma es buena.

Apuesta por la sujeción

Si no has nacido con el superpoder de caminar con tacones con la misma naturalidad que si llevaras unas zapatillas (tranquila, es casi tan difícil como el de la teletransportación), la ayuda extra de una pulsera atada al tobillo o un abotinado que te sujete el empeine será de agradecer. Lo malo de este tipo de zapatos es que acorta visualmente la pierna y no estilizan tanto como los que muestran el empeine. Si tus piernas son cortas o anchas, solo te los recomendaríamos para llevarlos con pantalones, jamás con faldas o vestidos.

¡Bienvenido tacón ancho!

La suerte nos acompaña estas últimas temporadas en las que se llevan los tacones gruesos, ya que al tener una base mucho más ancha reparten mejor el peso y resulta más fácil caminar con ellos. Si a esto le sumamos una plataforma delantera, el resultado será una comodidad parecida a la de las zapatillas del gimnasio (esta última frase repítela como un mantra, el poder de tu mente es infinito).

El confort de las cuñas

Son de largo los zapatos altos más cómodos que existen. Las cuñas reparten mucho mejor el peso del cuerpo y evitan el dolor, lo que las hace perfectas para las no iniciadas en el mundo de los tacones, ya que es más fácil conseguir un caminar elegante que con un tacón normal. Si las eliges abotinadas, sumarás un plus de seguridad a tu forma de andar.

¡Cuidado con las tiras finas!

Aunque a muchas nos parezcan un refinado instrumento de tortura (nos incluimos en este grupo), las sandalias de tacón alto y tiras finas son una preciosidad que realzan y dan elegancia a cualquier pie. Para ir más cómoda con este tipo de calzado, apuesta por modelos con las tiras un poco más anchas y planas, ya que las que son redondas tipo cordón se clavan en la piel.

Tacón medio

Por último, para llevar unos tacones sin dolor puedes reducir unos centímetros su altura y escoger los tacones medios, que también se llevan mucho esta temporada. Si encima colocas una almohadilla antideslizante en el interior del zapato, para evitar que el pie se vaya hacia delante, podrás llevarlos todo el día o toda la noche.

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