¿Qué es el síndrome de Asperger?

A mi sobrino le acaban de diagnosticar síndrome de Asperger y alucino porque me han dicho que es un tipo de autismo, y a mí no me lo parece. Es un poco tímido, pero nada más.

Rafael Santandreu

Psicólogo y autor del libro "Sin Miedo".

16 de septiembre de 2017, 05:00

A mi sobrino pequeño le acaban de diagnosticar síndrome de Asperger y alucino porque me han dicho que es un tipo de autismo, y a mí no me lo parece. Es un poco tímido, pero nada más. De todas formas, ¿qué es exactamente eso?

Las personas con síndrome de Asperger tienen un autismo muy ligero. Sus características más llamativas son:

  • Poco manejo de lo emocional.
  • Mucha literalidad en el lenguaje.
  • Necesidad de orden y rutina.

Un asperger no suele sentirse cómodo con la expresión de emociones: tocar, besar, arrullar, acariciar… y le resulta muy difícil hablar de cómo se siente. Incluso, la expresión facial de las emociones suele ser menor a la habitual.

No entiende fácilmente los juegos de palabras, los dobles sentidos, las bromas o los chistes. De hecho, le encantan las matemáticas y la computación porque se trata de un lenguaje claro e inequívoco. No en vano, las profesiones típicas de los asperger son la ingeniería, la informática y la mecánica.

Además, suelen necesitar rutinas y orden porque, de lo contrario, se estresan y “se pierden”, como me decía una adulta con asperger, que era médico.

¿El asperger tiene cura?

Es importante darse cuenta de que el asperger no se cura. De niños pueden mejorar con algunos entrenamientos neuronales como el neuro-feedback, pero llegados a la edad adulta, hay que aceptar las características de su personalidad y punto. De hecho, los asperger tienen fantásticos rasgos, como la sinceridad y la curiosidad.

Por último, añadir –con mucha precaución– que existen intervenciones dietéticas en niños pequeños capaces de revertir tanto el autismo como el asperger. También trabajos de hiperestimulación neuronal. Vale la pena intentarlo porque hay muchos casos de éxito con ello, pero tienen mayor probabilidad cuanto más joven sea el pequeño. Tres de los tratamientos más famosos son el programa Son-Rise de los Kaupfman, el método Doman y el tratamiento dietético Gaps de la doctora Natasha Campbell.

Yo, personalmente, he visto casos completamente revertidos y no tengo la menor duda de que, al menos en algunos casos, existe esa posibilidad.

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