Ella es mayor que él, ¿y qué?

En el telediario sale como noticia principal que Emmanuel Macron, presidente de Francia, es 24 años menor que su mujer... ¿por qué?

Nacho Benavides

Periodista especializado en cocina, hogar y decoración.

8 de noviembre de 2018, 11:01

No hace falta remontarnos a J.Lo y Casper o Ashton Kutcher y Demi Moore, simplemente con poner las noticias o abrir la web de cualquier periódico ya lo tenemos. Ahí están Brigitte Trogneux y Emmanuel Macron. No importa si el recién elegido presidente de Francia merece o no su victoria, aquí lo que importa, lo que ocupa portadas es que su mujer es una señora que le saca 24 años.

Hemos puesto el acento en la diferencia de edad entre Brigitte y Emmanuel, sin darnos cuenta de que es exactamente la misma diferencia de edad que separa a Donald y Melania Trump. Después de ver las numerosas portadas, artículos –con titulares como “Macron, el ministro que se lió con su maestra”– y tertulias que se han dedicado al tema de la diferencia de edad –a esto hay que añadir la historia de película que rodea a la pareja francesa–, tengo varias preguntas rondando por mi cabeza…

Asaltacunas, cougar, toy boy...

¿Por qué nos parece bien cuando él es mayor que ella y nos pone nerviosos cuando es al contrario? ¿Por qué tenemos que seguir escuchando términos como cougar o asaltacunas referidos a la mujer? ¿O toy boy referidos a hombres jóvenes? ¿Por qué ellos son machotes cuando van del brazo de una chica más joven y, en cambio, si una mujer supera en edad a su marido nos parece raro o de mal gusto? ¿Hasta cuándo va a durarnos esta viejofobia? ¿Quién se siente amenazado ante la idea de que una mujer adulta pueda tener una relación sana con un hombre más joven?

Aunque cada vez existe una mayor normalización ante esta situación y poco a poco nos va pareciendo menos importante quién es mayor que quién en una relación, todavía tenemos que lidiar con el sector más conservador de la sociedad (sin importar el país), que se cree con autoridad de decidir cómo debería ser la pareja ideal.

Una problemática que se agrava con la necesidad del género masculino más casposo de sentirse “macho” y demostrar su superioridad ante la mujer. Si soy un hombre, mi mujer tiene que ser más joven que yo y punto. Si tú eres una mujer y tu novio es más joven, eres una depredadora, una caza-yogurines.

Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones se llevan 26 años. Harrison Ford y Calista Flockhart, 24. Julio Iglesias es 20 años mayor que Miranda Rijnsburger. Madonna (58) es 33 años mayor que Aboubakar Soumahoro. Heidi Klum tiene 43 años y Vito Schnabel, su pareja, 13 menos. Shakira es 10 años mayor que Piqué. Hugh Jackman es 12 años menor que Deborra-Lee Furness. ¿Acaso es esto un problema? Rotundamente, no.

El envejecimiento de los hombres no es equiparable al de la mujer en la palestra mediática. Esto es así. Mientras que un hombre es como el vino y “mejora con los años”, la mujer, no. Tenemos que luchar contra las canas, las arrugas, la gravedad… ¿Y ellos? No, querida, a ellos no les hace falta. Ellos seguirán haciendo películas, saliendo en la tele o en los medios, pero tú, no, tú eres vieja, fea y ya no tienes valor.

Y yo me pregunto, ¿acaso no es esta situación otra manera de restar poder a la mujer? No voy a hacer un alegato feminista en contra del hombre, pero en nuestra mano está el cambiar esta situación y darle la vuelta a algo que llevamos ya arrastrando demasiado tiempo…

Foto portada: Cougar Town

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